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| viernes noviembre 15, 2024

NITZAVIM-ROSH HASHANÁ 5778


B’H

La sección de Nitzavím (firmes) contiene algunos de los principios más fundamentales de la fe judía:

La unión del pueblo judío: «Todos ustedes se encuentran hoy firmes ante Di-s, su Di-s, los jefes de sus tribus, los ancianos, los oficiales, todos los hombres de Israel; los niños, las mujeres, el extraño que vive con ustedes; desde el leñador hasta el aguatero».

La futura redención: Moshé advierte sobre el exilio y la desolación de la tierra que ocurrirá si el pueblo abandona las leyes Divinas. Sin embargo luego profetiza que, al final, «Retornarás hacia Di-s… Aunque tus desterrados estén en el extremos del cielo, también de allí te reunirá Di-s… y te traerá a la tierra que tus padres poseyeron».

La practicidad de la Torá: “Porque este mandato que te prescribo hoy no está más allá de ti, ni está lejos. No está en el cielo… No está del otro lado del mar… Por el contrario, es muy cercano a ti, en tu boca, en tu corazón, para que lo lleves a la práctica».

El libre albedrío: «Mira, pongo ante ti hoy, la vida y lo bueno, la muerte y lo malo… Y elegirás la vida».

 

LA ELECCION ES NUESTRA

«Mira, pongo ante ti hoy, la vida y lo bueno, la muerte y lo malo… Y elegirás la vida». Di-s nos marca un camino, nos indica el rumbo que debemos tomar, pero… ¡Está en nuestras manos elegir si seguimos ese camino o nos desviamos de él!

Somos seres racionales, sabemos discernir qué es bueno para nosotros y qué es lo contrario. Claro, se puede decir que también un animal puede realizar esa distinción, más en el animal es instintivo, en cambio en nosotros es fruto de un proceso de pensamiento, de análisis. Utilicemos esa capacidad para elegir la vida y lo bueno. ¡ELIJAMOS LA VIDA!

 

SIN DISFRACES

Llegó el día del Juicio, Rosh HaShaná. El lunes y el martes de la próxima semana todos nos presentaremos ante el Juez Supremo, quien determinará nuestra suerte para el nuevo año. Para esta ocasión vale la siguiente historia:

Un rey salió de cacería, pero se extravió en el bosque. Comenzó a deambular sin rumbo, hasta que, por la noche, cuando estaba desfalleciente de hambre y cansancio, divisó una luz. Era la cabaña de un guardabosque. El rey, con sus últimas fuerzas se acercó a la choza y golpeó la puerta. El guardabosque, sin reconocerlo, lo introdujo, le dio de comer y beber y le preparó un lecho. Por la mañana, cuando el rey recuperó las fuerzas, el guardabosque lo acompañó hasta la salida del bosque y le indicó el camino para volver a la ciudad. De regreso en su palacio, el rey, para recompensar al hombre, lo hizo traer al palacio y lo nombró jefe de los guardabosques reales.

Con el tiempo, el hombre se complicó en una intriga de palacio y, al ser descubierto, fue condenado a muerte en la horca. Como última voluntad pidió que la horca fuera ubicada ante la ventana del rey y que lo vistieran con su vieja ropa de guardabosque. Su deseo le fue concedido. Cuando el rey vio marchar a la horca al condenado, reconoció las ropas y recordó lo ocurrido. Entonces el hombre fue perdonado y volvió a su cargo.

Así es en Rosh HaShaná. Nos presentamos al Juicio con nuestra verdadera vestimenta. Dejamos de ser Juan, José, Dora, Susana, para volver a ser Iojanán, Iosef, Dvora, Shoshana. Nos presentamos con nuestra verdadera ropa y le decimos al Creador: “¡Míranos! ¿Nos reconoces? Somos los que en medio del desierto salimos a tu encuentro, cuando las otras naciones te rechazaban. Somos los que te reconocimos como Rey, los que aceptaron Tus leyes gritando: ‘Haremos y escucharemos’. Somos Tus hijos, somos Tu pueblo. Reconócenos. Danos un  buen año de salud, parnasá y, por sobre todas las cosas, UN AÑO DE PAZ.Y es seguro que el Rey de reyes nos reconocerá y saldremos triunfantes del juicio.

¡QUE SEAMOS INSCRIPTOS Y SELLADOS PARA UNA VIDA BUENA, LARGA Y EN PAZ!

 

¿Se puede coronar un rey en una sociedad democrática?

Por el Rebe de Lubavitch, Rabi Menajem Mendel Schneerson

Saludo y Bendición:

Un tema básico de Rosh HaShaná es que efectúa la coronación de Di-s como rey de Israel y rey del universo, como se expresa en nuestra sincera plegaria y pedido: “Reina sobre todo el mundo”.

Dicho pedido implica la disposición de ponerse a uno mismo en total conformidad con la soberanía divina; que uno está preparado para someterse completamente al rey divino, hasta el punto que todo su ser, y todo lo que uno tiene, es sólo del rey. Este es el significado de kabalat ol, “la aceptación del yugo” de la soberanía divina, que encuentra expresión en todas las áreas de la vida diaria.

En realidad, cada día debe traer la aceptación del yugo divino, particularmente cuando uno recita el Shemá. Pero existe una diferencia sumamente básica: en el nivel diario, kabalat ol, aunque sea acción inaugural y fundamental del día, es solamente la base sobre la que se predica el comportamiento de uno durante el día. Rosh HaShaná, sin embargo, es un tiempo en que la sumisión a la soberanía divina es también la cualidad y contenido del día, permeando a toda la persona y manifestándose en todo lo que el hace.

Todo período y todo lugar tienen cualidades especiales y dificultades especiales.

En nuestro tiempo, hay una tendencia prevaleciente en varios círculos hacia un incremento en la autosuficiencia e independencia, no sólo con respecto a cuestiones materiales, sino también en cuestiones ideológicas; una mayor falta de disposición a someterse al orden establecido, a aceptar las cosas antes que sean completamente entendidas por la propia mente, y así sucesivamente. Esto, parecería, representa un desafío para el concepto de kabalat ol.

Este es el caso particularmente en países que son (relativamente) jóvenes y que fueron establecidos sobre una fundación de “auto iniciativa” y energía joven, y donde este espíritu caracteriza toda la estructura de la vida personal y comunitaria, todo lo que hace más difícil atenerse al criterio de kabalat ol.

A pesar de lo anterior, tenemos el axioma de que Di-s no exige de una persona algo que está más allá de su capacidad. Dado que la sumisión a la soberanía de Di-s es la esencia de Rosh HaShaná (y la fundación de todos nuestros actos durante el año), esto es obviamente aplicable a todos los tiempos y lugares. Ciertamente, es posible e incumbe a nosotros alcanzar una aceptación completa del reinado divino también en nuestra época y en las circunstancias arriba mencionadas.

Efectivamente, hay una cualidad especial en nuestro kabalat ol particularmente en nuestros tiempos y en esta parte del mundo. Una persona que no está condicionada a la autosuficiencia completa sino que está acostumbrada a la independencia en ciertas áreas pero no en otras, cuando dicha persona acepta algo incondicionalmente, no constituye una aceptación cabal e inequívoca. Dado que dicha persona está acostumbrada a que le digan lo que hacer, frecuentemente está obligada a doblegar su voluntad y modificar sus opiniones. Por otro lado, cuando una persona que, como regla, no resigna su independencia y sus convicciones, es convencida de que debe reconocer y someterse a una autoridad superior, hace esta decisión en un nivel mucho más profundo y fundamental y está respaldada por un compromiso total e inmutable.

Con Bendición,

  1. Schneerson

(www.es.chabad.org)

 

¡¡¡SHANÁ TOVÁ!!!

 

 

 
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