B’H
La sección de Vaiélej (y él fue) recuenta los eventos del último día de la vida terrenal de Moshé. «Tengo ciento y veinte años hoy», dice Moshé al pueblo, «y no puedo salir y entrar más». Moshé transfiere el liderazgo a Ieoshúa, y escribe (o concluye la escritura de) la Torá en un rollo que deja en manos de los Leviím para ser guardado en el Arca del Pacto.
El precepto de Hakel (reunir) es dado: cada siete años, durante el festival de Sucot del primer año del ciclo de Shmitá (año sabático), todo el pueblo judío, hombres, mujeres y niños, deben reunirse en el Templo de Ierushaláim, donde el rey debe leer de la Torá frente a ellos.
Vaielej concluye con la predicción de que el pueblo judío se apartará del pacto con Di-s, causando que Di-s se oculte, pero también con la promesa de que las palabras de la Torá «no serán olvidadas de las bocas de tus descendientes».
LIDER HASTA EL FIN
Cuando alguien, a los 120 años, está en su lecho de muerte, sólo piensa en su vida pasada y en el juicio que le espera.
Pero Moshé, el día de su muerte lo dedicó por entero a enseñar a Israel y a designar un sucesor que guiara al pueblo en la conquista de la Tierra Prometida. Y esa es la clave del liderazgo de Moshé y una enseñanza para todos los líderes de todos los tiempos. Aun en sus minutos finales deben anteponer el bienestar de aquellos a quienes lideran por encima de sus propios deseos.
SHABAT SHUVA!
El Shabat entre Rosh Hashaná y Iom Kipur se llama Shabat Shuva , Shabat de Retorno , ya que la lectura de la hafatará comienza con las palabras Shuva Israel «Retorna oh Israel», de la profecía de Oseas . También se conoce como Shabat Teshuva porque cae durante los Diez Días de Arrepentimiento.
Las oraciones en este Shabat son las mismas que en uno común con la excepción de las incorporaciones que se hacen para la Amidá durante los Diez Días de Arrepentimiento. Avinu Malkenu no se recita. En la bendición al final de la oración Maguen Avot en la noche del viernes, las palabras – haE-l ha Kadosh – se sustituyen por -haMelej haKadosh.
El Shabat fue dado a Israel como un tiempo para el estudio de la Torá y la oración, y, aunque siempre se debe tener cuidado de no pasar el tiempo sin hacer nada o en una conversación inapropiada, en Shabat Shuva uno debe tener especial cuidado para concentrarse por completo en la Torá, la oración, y la reflexión sobre el arrepentimiento, logrando así perdón el por alguna conducta impropia que hayamos tenido en algún otro Shabat.
Mientras estamos en el exilio, ¿Dónde está Di-s?
¿Qué hace Di-s mientras estamos en Galut?
Por Naftali Silberberg
En nuestra Parashá, Moisés profetiza sobre el exilio de nuestra nación, así como nuestra redención final, con respecto a la cual, dice, «Di-s hará retornar a tus exiliados y Él tendrá piedad de ti. Él una vez más, os recogerá de todas las naciones, donde Di-s, tu Di-s, te ha dispersado»(Deuteronomio 30:3).
Aunque galut (exilio), por definición, es un momento en el que la presencia de Di-s en nuestras vidas no es evidente y palpable como lo era —y pronto será otra vez —durante los días de gloria del Santo Templo, esto de ninguna manera marca una pausa en nuestra relación con Él. Esta idea fue expresada por José antes de la primera vez que nuestra nación fuera enviado al exilio, cuando informó a sus hermanos que iban a pasar muchos años exiliados en Egipto, pero «Di-s estará con vosotros» (Génesis 48:21).
Di-s es omnipresente, Él está con todos en todo momento, de modo que la garantía especial de José de que Di-s estaría con los judíos se refería a la presencia manifiesta y protección de Di-s. De hecho, aunque nuestros exilios han sido momentos de grandes dificultades nacionales, persecuciones y, peor aún, son estas tribulaciones las que atestiguan el hecho de que Di-s sigue estando «con nosotros».¿Pues hay alguna otra explicación para el hecho de que una nación pequeña desplazada, e indefensa sobreviva a todas las superpotencias que se esfuerzan denodadamente por aniquilarla?
Pero no pensemos que Di-s es un director que mantiene un ojo vigilante sobre nosotros mientras Él permanece serenamente sin ser afectado por nuestro sufrimiento, el versículo (Salmos 91:15) cita a Di-s como diciendo, «Yo estoy con él [Israel] en la angustia». Este fue el mensaje que Di-s transmitió al elegir aparecerse a Moisés en una zarza, cuando los judíos estaban siendo oprimidos por los egipcios. Cuando sufrimos, es como si Él fuera pinchado por las espinas. Después de todo, ¿hay un padre que no se angustia cuando su niño sufre?
El versículo citado arriba, de la Parashá de esta semana, lleva esta idea un paso más allá. El texto hebreo empleado en este versículo es bastante inusual. En lugar del común וְהֵשִׁיב, que se traduce como «El [Di-s] te hará regresar», es usada la palabra וְשָׁב, que se traduce literalmente como «Volverá». Sobre esto nuestros Sabios comentan: «De aquí aprendemos que la Presencia Divina reside entre Israel, por así decirlo, en toda la miseria de su exilio. Y cuando son redimidos, Di-s escribe [aquí en las Escrituras], la redención de Si mismo — ¡Porque Él, también, volverá con ellos! »
Esto no es simplemente un padre que es compadece de su hijo. Se trata de un padre que acompaña a su hijo en el exilio. Un rey que voluntariamente se une a su hijo en cautiverio.
Y cuando llegue el momento de la redención, Él volverá, junto con todos y cada uno de nosotros, como profetiza Isaías (27:12). «Y serán reunidos, uno a uno, hijos de Israel». (www.es.chabads.org)
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