El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, habla durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de la ONU, el 20 de septiembre de 2017. (AP / Seth Wenig)
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
El jueves, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, dará un discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y que varios de sus asociados han prometido que será «extraordinario». Otros han predicho un anuncio dramático, incluso histórico.
Los asociados de Abbas, sin embargo, han llorado más de una vez en los últimos años, anunciando dramáticos discursos que resultaron no contener declaraciones particularmente inusuales. Puede ser que esta vez también, Abbas se conforme con otra oración en la que critica a los Estados Unidos por sus movimientos unilaterales con respecto a los palestinos, hace un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga en el conflicto israelo-palestino para mantener la solución de dos estados que está viva, y, por supuesto, el nivel de innumerables cargos contra Israel.
Aunque Abbas también puede afirmar que Israel no cumple con su parte de los Acuerdos de Oslo, y que, por lo tanto, son nulos y sin validez, es poco probable que su discurso tenga un significado duradero.
Lo que debería molestar a Israel en esta etapa no es tanto el contenido de su discurso en Nueva York en unos pocos días, sino las medidas concretas que Abbas está planeando para el futuro cercano.
Más de una fuente ha dicho que le ha dado a Hamas, a través de Egipto, un ultimátum explícito: acordar transferir la responsabilidad de la seguridad en la Franja de Gaza a la Autoridad Palestina, incluida la entrega de «las armas de la resistencia» a principios de octubre. De lo contrario, Abbas detendrá la transferencia de fondos de la Autoridad Palestina a la Franja de Gaza.
Los fondos en cuestión, que se consideran críticos, ascienden a $ 96 millones por mes y se utilizan para pagar los sueldos de aproximadamente 60,000 funcionarios de AP en Gaza (que han estado recibiendo la mitad de su paga durante meses en cualquier caso), así como para servicios vitales tales como las cuatro horas de electricidad al día que recibe el ciudadano promedio de Gaza, además de combustible y medicinas.
Detener la transferencia de estos fondos a Gaza equivaldría a una sentencia de muerte financiera que podría tener una importancia crítica para Israel, en la forma de una escalada de tensiones, brotes de violencia y, finalmente, un conflicto a gran escala con Hamas.
Los palestinos caminan en una calle oscura durante un corte de energía en el campo de refugiados de al-Shati en la ciudad de Gaza, el 11 de junio de 2017. (AFP / Mahmud Hams)
Una forma de lidiar con tales movimientos por parte de Abbas que se ha examinado en el pasado es deducir los fondos que retiene de Gaza de los pagos de impuestos que Israel transfiere a la Autoridad Palestina, lo que significa que Israel restaría todos los shekalim que Abbas decidiera no dar a Gaza y transfiere la suma total a la Franja de una manera u otra.
Pero en realidad hacerlo no es tan simple. Primero, ¿Cómo puede Israel encontrar un mecanismo para pagar los salarios de 60,000 funcionarios de la AP en Gaza? Además, ¿Cómo se asegurará Israel que el dinero llegue a los bolsillos de los habitantes en lugar de a las arcas de Hamas? E incluso si se encuentra una manera de garantizar eso, el proceso haría que Israel interviniera para garantizar la supervivencia de Hamas en Gaza, aunque indirectamente.
Además, la última vez que Israel intentó deducir estos impuestos del dinero que transfiere a la Autoridad Palestina, Abbas ordenó que no se aceptaran en absoluto fondos fiscales de Israel. A ningún funcionario de la Autoridad Palestina, incluidos los de Cisjordania, se le pagó durante tres meses, lo que creó un efecto de olla de presión inmediata que condujo a la amenaza de un brote violento en Cisjordania y en Gaza.
Cuando pasaron los tres meses, Israel cedió y reanudó la transferencia de los fondos de impuestos, en su totalidad, a la Autoridad Palestina.
La tarjeta de seguridad
Abbas tiene otra arma que puede usar contra Israel si decide retener los fondos de impuestos: puede detener la coordinación de seguridad entre Israel y la Autoridad Palestina, como lo hizo después de la crisis por los detectores de metales instalados en el Monte del Templo el verano pasado un ataque terrorista en el sitio sagrado.
Las reuniones entre los funcionarios de seguridad israelíes y palestinos cesaron y la coordinación se redujo al mínimo, lo que creó una buena cantidad de tensión entre las partes. Tal medida llevaría, a largo plazo, a entrar en conflicto con la AP en Cisjordania en lugar de Hamas en Gaza. Cabe señalar que, en la actualidad, la coordinación de seguridad entre Israel y la Autoridad Palestina continúa.
Un informe de 2017 emitido esta semana por el Departamento de Estado de EE. UU. sobre la guerra contra el terrorismo en Medio Oriente declaró explícitamente que la AP y sus fuerzas de seguridad habían operado contra el terrorismo y prevenido ataques terroristas contra israelíes, entre otras cosas, arrestando a miembros de Hamas, Jihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina.
El informe menciona positivamente al Servicio de Seguridad Preventiva de la Autoridad Palestina, dirigido por Ziyad Hab al-Rih, y al Servicio de Inteligencia General, dirigido por Majed Faraj, como los líderes en este trabajo.
Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina se reúnen durante una protesta en la ciudad cisjordana de Ramallah para pedir al presidente de la AP Mahmoud Abbas que ponga fin a las sanciones financieras contra los palestinos en la Franja de Gaza el 14 de junio de 2018. (AFP Photo / Abbas Momani)
Israel también tiene cosas positivas que decir sobre la coordinación de seguridad ya que todo continúa como de costumbre, ya sea detenciones o prevención de ataques terroristas.
Incluso en el reciente incidente cuando una camioneta llena de soldados israelíes ingresó al campamento de refugiados de Qalandiya , los policías palestinos fueron los que rescataron a los soldados, que no sufrieron más que heridas leves, un hecho que es extraordinario teniendo en cuenta la ubicación y el momento. Si bien esta coordinación es vital para la AP, es crítica para Israel.
Abbas tiene en sus manos el futuro de la coordinación de seguridad y, en gran medida, el status quo que rodea a Gaza. Muestra una capacidad impresionante para controlar lo que sucede en el terreno, tiene una influencia dramática en el progreso de las conversaciones entre Egipto, Hamas e Israel sobre un acuerdo de alto el fuego, y ha logrado, con sus acciones, cambiar la dirección de El Cairo.
El pensamiento de Egipto sobre un acuerdo sin Abbas ha experimentado un cambio completo: El Cairo ahora está trabajando para la reconciliación entre Hamas y Fatah, y trabajará en un acuerdo solo una vez que se haya logrado.
El rais
Abbas, a los 83 años, también ha logrado asegurar su estatus como el único y todopoderoso gobernante en la AP y en Fatah, sin que nadie en la última organización lo haya desafiado.
Si bien no hay escasez de conflictos en Hamas entre unos en Gaza liderados por Yahya Sinwar y otros fuera de él bajo Saleh al-Arouri, Fatah, está acostumbrado a las rivalidades y las peleas, solo toma sus órdenes de marcha de Abbas.
No se está llevando a cabo una verdadera discusión sobre un sucesor, aunque varios altos funcionarios de Fatah se están preparando en silencio para el día después de Abbas. (Algunos lo hacen bastante ruidosamente, como Tawfik Tirawi, otros fueron arrestados por los servicios de seguridad para fabricar armas en tiendas de fabricación de armas en el norte de Cisjordania).
Todos estos desarrollos entre Cisjordania y la Franja de Gaza, ante todo entre ellos y la inminente decisión de Abbas de detener la transferencia de $ 96 millones por mes, se espera que tengan un efecto dramático en el estado de cosas entre Israel y Gaza.
Un palestino trepa una valla mientras las latas de gas lacrimógeno disparadas por las fuerzas israelíes atraviesan el cerco de seguridad al este de la ciudad de Gaza el 14 de septiembre de 2018 a través del humo negro de la quema de neumáticos. (Foto Said Khatib / AFP)
Su financiación prevista se detiene en UNRWA, la agencia de refugiados palestinos de la ONU que proporciona asistencia directa o indirecta a cada tercer palestino en Cisjordania, que ya está al borde del colapso financiero, sin fondos de la administración Trump. Los sistemas de alcantarillado y agua de Gaza también dejarán de funcionar y, a medida que se intensifiquen las dificultades financieras, cada vez más miembros de la clase media alta de Gaza están cayendo en la pobreza.
¿Y Hamas? Su propósito es claro: no lo tomará de esta manera. Tiene la intención de hacer todo lo posible para obligar a Israel a actuar de manera decisiva contra tal movimiento por parte de Abbas.
Hamas no quiere guerra en esta etapa; más bien, está planeando «solo» impulsar los enfrentamientos fronterizos, el lanzamiento de globos incendiarios hacia Israel, y así sucesivamente.
Pero si estas manifestaciones violentas no logran producir ningún cambio real en la situación financiera en Gaza, es probable que Hamas no se detenga ahí. Arrastrará a ambos bandos a un conflicto sangriento y violento para mantener el control del enclave palestino.
https://www.timesofisrael.com/abbas-bluster-at-un-isnt-what-should-worry-israel/
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