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| domingo diciembre 22, 2024

Jeremy Corbyn Y El Antisemitismo


Algo me dice que Vds. esperan que yo llame a Jeremy Corbyn antisemita. Se habló mucho del tema en la prensa….pero prefiero evitarlo.

No voy a llamar al Sr. Corbyn por ninguna de sus características. Él dice que no es antisemita. Hamas dice que no es antisemita, el supremacista blanco David Duke dice que no es antisemita y esto a mí me alcanza.

¿Esto les parece irónico? Señoras y señores, yo soy incapaz de ser irónico.

Sabemos cuál es el aspecto de un antisemita.  Es alguien que usa botas altas y un brazalete con una svástica y que grita “Juden raus”. Jeremy Corbyn usa la camiseta de un reputado comercio británico bajo su camisa y habla suavemente. Los antisemitas acusan a los judíos de matar a Jesús. Corbyn es ateo y no parece importarle si cometieron o no el asesinato. No me  corresponde a mí dictaminar si esto se debe a que Jesús era judío y que su muerte significaba que habría un judío menos en el mundo.  Y cabe reconocer que él no niega el Holocausto….

Sin embargo, debemos admitir que él conoce a alguien que sí lo niega. En realidad él conoce a un sorprendente número de personas que lo niegan.  El hecho de que él niegue que haya estado en su compañía, aunque una cantidad de fotografías lo muestran junto a ellos, honrando las tumbas de genocidas entusiastas,  no prueba nada. Al parecer, habían decidido comparar amistosamente sus creencias y curiosamente se encontraron con que ambas tenían las mismas medidas. Por supuesto, uno puede pasarse la vida en compañía de negadores del Holocausto y autores de libelos de sangre y no recordar a todos por su nombre.

Si se me permite citar la pieza de Oscar Wilde “La importancia de ser Ernesto”: “Asociarse con un antisemita del cual no se sabe que lo es, puede ser considerado un mero descuido, pero encontrarse regularmente con antisemitas da la impresión de ser un  hobby”.

Cuando pienso en todos los tipos indeseables con los que anduve, me doy cuenta de cuán fácil es equivocarse respecto a la gente, sobre todo cuando se visten con capuchas y se entretienen con cruces ardientes. Y Jeremy ¿ está bien si lo llamo Jeremy? no ha sido nunca lo que se dice una persona observadora.

Tomemos ese mural del que se declaró admirador que muestra a banqueros jugando al monopolio sobre las espaldas de los oprimidos del mundo. Vds. y yo, señoras y señores, si miramos a esos  banqueros codiciosos, de narices ganchudas, sifilíticos, nos damos cuenta que están copiadas de las famosas caricaturas de Julius Streicher. Pero Jeremy es tan inocente en lo referente a caricaturas antisemitas  que no vio nada ni remotamente ofensivo en ellas . “No las miré con atención” explicó más tarde. ¡ Cuántas veces más va a repetirlo! Yo pude haber estado allí pero no tuve nada que ver. No me acuerdo. No miré atentamente…..

Esto me recuerda a los que vivían cerca de las chimeneas de Bergen Belsen y sostienen que nunca sintieron ningún olor que les llamara la atención…. Yo creo que Vds. son personas desconfiadas. Corbyn es un hombre ocupado.  Los hombres ocupados no tienen tiempo para entretenerse con emociones. Si hay una imagen de un judío sediento de sangre, coincide con la que yo tengo en mi cabeza, no es algo que llame la atención.

Yo me pregunto ¿ Existe algo así como un antisemita por distracción? Jeremy Corbyn dice ser pacifista.  Un pacifista suele tratar de reunir a dos partes enfrentadas por un conflicto. Pero ¿ si él lo es, por qué lo vemos siempre tomando té solo con los palestinos? ¿Será que se haya olvidado de invitar a los israelíes? El pobre debe ser muy olvidadizo

Esto puede generar la poco simpática sospecha de que lo que le interesa no es la paz, sino el triunfo de los que considera sus camaradas y la destrucción del bando contrario.

Según sus seguidores, Corbyn no tiene ni un hueso racista en su cuerpo. Pero no tengo idea de qué es un hueso racista ni cómo sabemos quién lo tiene y quién no. Tenemos 64 huesos en cada brazo ¿Cómo podemos estar seguros de Jeremy Corbyn no algún leve dolor en alguno de ellos, cuando ve a una figura extraña como yo caminando frente a él en el centro de Londres, llevando en el brazo un volumen con los discursos completos de Benjamín D’Israeli y silbando “my idische mame”?

¿Y cómo interpretar el inconsciente de Corbyn que siempre nos recuerda su oposición de toda la vida al racismo cuando pretende desmentir las acusaciones de antisemitismo?

Después de todo, el antisemitismo no es exactamente racismo. Es más bien una superstición, de origen teológico, envuelta en irracionalismo medieval, y actualizada para el uso de la izquierda y útil cada vez que se busca de apuro una explicación simple  para todos los males del mundo. Hablar del antisemitismo como racismo es toda una contradicción para Jeremy Corbyn, porque para él  los judíos no son oprimidos ni explotados, sino que son usureros, colonialistas y conspiradores, es decir, son quienes originan el racismo. Una vez que se define a los judíos como racistas y se define el sionismo como una empresa racista, ningún antisemita vuelve a declararse racista.

Hasta ahora hablamos de psicología, ahora pasemos a la ciencia. La vida política de Corbyn ha sido determinada por la primera ley de la inercia de Newton que establece que un objeto permanecerá inmóvil para siempre, si es que no es movido por otro objeto en movimiento. Pero esto contradice la política socialista. Corbyn aparta su rostro cada vez que oye la palabra judío y mira al vacío cuando le hacen una pregunta sobre este tema, porque teme al caos que podría producirse con un cambio de opinión o con la aceptación de una opinión diferente a la suya.

Yo dedicaré algunos segundos, no de mi vida, sino de este discurso, para decirles cosas que importan a todo el mundo y no solo a los judíos. Sencillamente, a un hombre tan odioso, tan pagado de sí mismo y tan tozudo como Corbyn no se le debería permitir que haga al país lo que le está haciendo a su partido.

Los que admiran a Corbyn consideran una virtud que él nunca haya cambiado sus puntos de vista.  El problema es que esto solo es una virtud si esos puntos de vista son realmente válidos.

La persistencia en un pequeño error es un acto de  obtusidad. La persistencia en un gran error es una locura peligrosa. La ideología que eligió Corbyn está atrasada por más de medio siglo. Ella llevó a la muerte a millones de seres humanos.  El hecho de que otros ideólogos contrarios a él no hayan sido más convincentes en sus formulaciones, no es un argumento válido. No es necesario ser un admirador incondicional de occidente para rechazar a aquellos cuya única ambición es destruir todo lo construido por la civilización occidental…..especialmente si se trata de alguien que se autodenomina pacifista.

Este debería ser un gran momento para el laborismo. El brexit es una pesadilla, Jacob Rees Mogg es el infierno, Boris Johnson nos ofrece una pantomima de mal gusto- el laborismo debería librarnos de todos ellos. Pero Corbyn no es mucho mejor con su endeble y vergonzante apoyo a la permanencia en la unión europea.

Es el hombre inadecuado, en el momento inadecuado, defendiendo causas indignas de ser defendidas.

No tengo nada contra la gente mediocre que se admira a sí misma y abunda en todos los partidos. Ellos rondan en la periferia de todos los centros de poder como fantasmas de un pasado que todo el mundo quiere olvidar. La desgracia del Sr. Corbyn fue que alguien lo sacó de la periferia y lo hizo aterrizar en el centro.

 Por su bien y por el nuestro, alguien lo tiene sacar pronto de allí dejándolo donde corresponde, bien atrás.

 

(Howard Jacobson Es Un Escritor Judío-Británico, Galardonado Con El Prestigioso Premio Man-Booker )–

Traducido Del Inglés Por Egon Friedler

 
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