Sólo cuando usted nota el picor es cuando sabe que ha sido una de las víctimas de los tábanos. Más de 90 especies de tábanos transmiten parásitos protistas llamados Leishmania. Foto shutterstcock
Un tábano no hará ruido antes de picarlo. Estos insectos, de color beige, se lanzan en picada en silencio a atacarlo y sabrá que ha sido una de sus víctimas sólo cuando nota un picor. Normalmente, la picadura no es más que una molestia.
Se sabe que más de 90 especies de tábanos transmiten parásitos protistas llamados Leishmania. Una pequeña parte de las personas infectadas por el parásito acaban desarrollando leishmaniosis, enfermad que afecta a más de 88 países.
Israel se sumó a esa lista recientemente. Algunos de ellos están viviendo un brote de leishmaniosis cutánea, la forma más común de la enfermedad, que se manifiesta en úlceras en la piel y, en ocasiones, cicatrices permanentes e incluso discapacidad.
La forma más grave de la leishmaniosis es la mucocutánea, que destroza las membranas mucosas de la nariz, la boca y la garganta y afecta principalmente a Perú, Bolivia, Brasil y Etiopía. Otra variación es la leishmaniosis visceral, que puede ser mortal si no se trata y es frecuente en Brasil, Etiopía, India, Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Sudán.
La profesora Shulamit Michaeli, vicepresidenta de investigaciones de la Universidad Bar-llan, en Israel, está trabajando para comercializar un nanomedicamento que protege de la leishmaniosis y la trata, además de otras enfermedades transmitidas por la picadura de insectos voladores como la enfermedad del sueño (tripanosomiasis humana africana) o el mal de Chagas (tripanosomiasis americana), común en Latinoamérica.
En colaboración con el profesor Jean-Paul (Moshe) Lellouche, jefe del departamento de química de la misma universidad, el laboratorio de ciencias de la vida de Michaeli, en el Instituto de Nanotecnología y Materiales Avanzados de Bar-llan (BINA), patentó un producto que mata los dos tipos de parásitos de Leishmania encontrados en Israel y también la Leishmania que causa la leishmaniosis visceral.
Combinando un polímero y un ingrediente farmacéutico unidos por nanopartículas de óxido de hierro especialmente fabricadas, el medicamento sólo tarda 20 minutos en hacer efecto en el cultivo del laboratorio.
La Leishmania se propaga a través de glóbulos blancos llamados macrófagos, explicó Michaeli.
“El nanomedicamento elimina casi el 95% de los parásitos de los macrófagos sin dañarlos. No se observaron signos de toxicidad en los ratones a los cuales se les inyectó, lo que sugiere que el nanomedicamento que hemos creado no es tóxico”, dijo a ISRAEL21c. “No hubo cambios en los hemogramas ni en las enzimas hepáticas”.
El tratamiento funcionó tanto en insectos como en mamíferos (ratón), agregó.
Viaje del parásito
El parásito comienza su viaje en el intestino del insecto, donde vive durante dos o tres semanas antes de migrar a las glándulas salivares. Una vez allí, cuando el insecto pica a un animal, el parásito pasa e éste a través de la saliva. Es entonces cuando el mamífero pasa a ser el cuerpo donde vivirá el parásito.
Una vez se ha probado el éxito del nanomedicamento en ratones, el laboratorio lo modifica para convertirlo en pomada para curar la leishmaniosis cutánea que, según Michaeli, no siempre responde al tratamiento que normalmente se usa, hecho por la empresa farmacéutica israelí Teva.
“Vimos cómo al aplicar nuestra pomada de manera preventiva, inmediatamente después de inyectar el parásito en los ratones, evitábamos el 80% de la lesión. Y notamos una mejoría en cómo evolucionaba la lesión una vez que existía”, dijo Michaeli.
Teóricamente, las personas que viven en las zonas con alto riesgo de contagio podrían tener esta pomada a mano para aplicársela en el caso de que notar la picadura de un tábano, para así evitar que desarrollen leishmaniosis.
“Estamos negociando con una empresa farmacéutica israelí para comenzar a elaborar la síntesis del medicamento que se podría usar para tratar a los humanos infectados”, agregó.
Los dermatólogos de dos de los principales centros médicos de Israel que trabajan con pacientes afectados por leishmaniosis están esperando poder probar el nanomedicamento, según Michaeli.
Aunque hay otros medicamentos contra la enfermedad en el mercado, algunos no existen como crema o son demasiado caros. “El nuestro no es caro y su fabricación es bastante sencilla”, dijo.
El proyecto de Michaeli y Lellouche ha tenido el apoyo de la Autoridad Israelí de Innovación de Israel (IIA) y financiación adicional de la Fundación Applebaum, que tiene sede en Nueva York. Michaeli espera poder continuar recibiendo apoyo del IIA y de la universidad para crear el medicamento.
El año pasado el laboratorio de Michaelli publicó los resultados sobre el mecanismo de migración de los tripanosomas en la revista PLOS Pathogens. Pronto publicarán otro artículo sobre las pruebas del nanomedicamento en ratones.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.