Hezbollah no está preparado para una confrontación y, desafortunadamente, también hay preguntas importantes sobre la preparación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), y también: los rusos están interesados en enfriar la crisis con Israel, pero a nuestras autoridades les resulta difícil mantener la boca cerrada…
Resulta posible asumir que, con cuidado, Israel también ha reanudado sus operaciones contra Irán en Siria. Para ser más precisos: el silencio se aparta a un lado.
En los últimos años, el censor militar se ha esforzado mucho en impedir que los medios de comunicación de Israel expongan las acciones que se están llevando a cabo en Siria para mantener la ambigüedad. Los sirios y los rusos saben exactamente cuándo y dónde opera Israel, incluso si no siempre comprenden el sistema de su accionar. Para no exacerbar la crisis actual con Israel, los rusos ordenaron a todos que permanezcan en silencio, pero ahora, en el ambiente de las elecciones posibles en Israel, los medios de comunicación son más responsables que nuestros tomadores de decisiones, que no superan el impulso de presumir. Tal vez el censor debería hablar con ellos también.
Los rusos continúan manteniendo la atmósfera de crisis, pero no rompen los platos. La línea directa entre la sede de la Fuerza Aérea de Israel en Tel Aviv y la sede de la Fuerza Aérea de Rusia, en las cinco ciudades sirias, sigue funcionando como siempre, pero ahora los rusos exigen una notificación más anticipada de nuestra actividad aérea y una definición más clara del área en la que operaremos.
En septiembre, cuando nuestro Yevgeny solía levantar el tubo de la línea de emergencia para actualizar a Sergey que la fuerza aérea estaba operando, los rusos apagaban el radar de sus baterías S-300 y S-400 y evitaban el contacto electrónico con los aviones israelíes de la IAF. En las últimas semanas no siempre apagan los sistemas pero se aseguran de no “señalar y abrochar” con sus radares a los aviones israelíes, que ya de por si se considera esto una acción agresiva, recordándonos que están allí.
Las imágenes satelitales del S-300, que se desplegaron en Siria y estaban destinadas a ser entregadas al ejército de Assad, revelaron que todavía no estaba operativas. Los propios rusos extendieron el período de entrenamiento de los equipos sirios, que se supone deben operar la batería, hasta marzo del 2019. Esto deja cinco meses para llevar a cabo negociaciones, en las que los rusos esperan recibir una devolución por no entregar esta peligrosa arma a manos sirias, que probablemente sea uno de los elementos en la próxima cumbre de Trump-Putin.
Israel redujo significativamente su actividad en Siria durante estas semanas, pero los iraníes también redujeron sus esfuerzos para establecerse allí. Ellos obedecieron una directiva rusa para bajar su perfil para no agravar la crisis. Pero esto ha desviado sus esfuerzos hacia el Líbano, donde se está desarrollando un problema más grave para Israel: Irán está operando una ruta de contrabando aéreo al aeropuerto de Beirut e intenta acelerar la finalización de las plantas de fabricación de misiles de precisión ubicadas alrededor del aeropuerto.
Israel intentó de diversas maneras frustrar estos esfuerzos, pero el éxito fue parcial: Se puede suponer que algunas fábricas ya tienen actividad de montaje de misiles de baja precisión. Hezbollah, por su parte, le dejó claro a Israel que un ataque aéreo en las instalaciones llevaría a una respuesta severa, una guerra, e Israel se abstuvo de atacarlas.
La ecuación de disuasión
El uso, por parte de Irán, de aviones civiles para el contrabando plantea un nuevo desafío. Israel no podrá interceptar estos aviones, y un ataque a la carga descargada de ellos en suelo libanés nos llevará a una confrontación. Por lo tanto, el esfuerzo israelí de las últimas semanas se ubica en el campo de la conciencia: La exposición de Hezbollah y las actividades de Irán, ya sea de contrabando o en la frontera, con la esperanza de despertar a la opinión pública contra ellos, en el Líbano y el mundo.
Un éxito parcial: Hezbollah está realmente preocupado por la exposición, lo que lleva a varias acciones. La exposición de las fábricas en Beirut ha penetrado también en el discurso libanés, incluso en la medida en que Nasrallah en su último discurso ya ha anunciado que se niega a abordar los reclamos israelíes. Está a punto de recibir el golpe por el fallo del tribunal internacional sobre el asesinato del primer ministro libanés, Rafik Hariri, y no será agradable. La jurisprudencia indicará el número de miembros de la organización responsable del asesinato en 2005.
Además, los EE.UU. aprobarán una ley con sanciones secundarias para Hezbollah que perjudicará a cualquier empresa que se mantenga en contacto con una empresa que trabaje con la organización terrorista, pero ahora debe invertir mucha energía en el trato tanto a nivel nacional como internacional.
La disuasión opera en ambas direcciones: Hezbollah también le teme a una guerra y entiende que ésta terminará con la destrucción del estado libanés. En los últimos años, el Líbano ha vuelto a ser la perla del Medio Oriente: todos los fines de semana los turistas de toda la región acuden a Beirut, donde se puede disfrutar del alcohol, las hermosas playas y las mujeres en trajes de baño. Esto contrasta con la mayoría de los países de la región. El Líbano es también la capital bancaria de la región: una gran parte del dinero del Medio Oriente se guarda en los bancos de Beirut. Una guerra con Israel cambiará la faz de este país por muchos años.
Ambas partes en este equilibrio entienden las difíciles implicaciones de entrar en un conflicto armado. Hezbollah no destruirá a Israel, pero ciertamente nos dolerá. Hay tanta energía acumulada aquí y también en Hezbollah, que una confrontación con ellos será muy violenta desde el principio. No “de a poco” como en 2006, sino más bien como una “Operación abuela”: comienzas rápido y aumentas lentamente.
Hezbollah no está preparado para tal confrontación: Todavía tiene grandes fuerzas en Siria, y todavía está luchando para llenar las filas de los 2,000 muertos y 6,000 heridos, el precio de su ayuda a Assad. Desafortunadamente, también hay preguntas importantes sobre la preparación de las FDI para tal campaña, pero Hezbollah está decidido a mantener la ecuación de disuasión, y si Israel decide actuar cinéticamente contra los proyectos de misiles y contrabando en el Líbano, asumirá el riesgo y responderá.
El primer ministro Netanyahu, quien nunca ha mostrado un instinto aventurero, desconfiará de embarcarse en esta aventura en la víspera de las elecciones. Esta es una aventura, después de la cual pueden terminar muchas carreras en los niveles políticos y de la seguridad. Pero después de las elecciones, y en el supuesto razonable que los esfuerzos de Hezbollah e Irán continúen, es posible que el primer ministro enfrente el dilema de si permitir que Hezbollah produzca misiles de precisión en masa o frustrar una guerra seria. Me resulta difícil ver a un primer ministro israelí eligiendo la primera opción
Traducido por Hatzad hasheni
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