En el artículo anterior desarrollaba desde la perspectiva del poder inteligente, el poderío que el Estado de Israel ejerce a nivel global. Quizás no hay individuo -al menos en Occidente- que no tenga algo que mencionar sobre Israel, ya sea positiva o negativamente, su poder disuasorio es reconocido a nivel internacional por diversos elementos que fortalecen la fuerza de la realidad a través de mitos en ocasiones con participación divina.
Otro de los cuerpos disuasorios del Estado judío es su ejército, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF o Tzahal), que algunos catalogan como uno de las fuerzas armadas más poderosas del mundo. Quizás este ideario nace de las victorias israelíes en sus guerras regionales contra estados árabes (1948, 1967 y 1973), desde hace varios años este país no enfrenta una guerra total contra ningún otro estado, aunque de forma persuasiva ha realizado acciones militares que sorprenderían a cualquier fuerza armada en el mundo.
La operación Entebbe en 1976, el ataque a la planta nuclear iraquí en la década de los 80s (coordinado con la República Islámica de Irán), acciones contra objetivos iraníes y contra el ejército sirio en la guerra que libran desde el 2011 o golpes militares contra organizaciones terroristas con un alto grado de inteligencia.
Si bien el estado de Israel no es grande en proporciones territoriales, ni tampoco tiene un ejército numeroso en cuanto a cantidad de efectivos y equipo, sí se le endosa una efectividad como a pocos cuerpos de defensa formales en el mundo. Ciertamente que en términos numéricos hay otras fuerzas armadas en la región que poseen mayor cantidad de recursos, pero en la práctica, se escucha en todas las filas militares lo estratégicas que son las fuerzas israelíes, sus artes marciales, el equipo de defensa que utilizan y hasta los tiempos de respuesta.
Otro de los aspectos donde se juega entre la realidad y la ficción es en la parte de diplomacia pública de algunas comunidades judías con tendencias pro Israel que podrían hacer frente a distintos gobiernos para afianzar las relaciones entre Israel y ese Estado, algo que ocurre mucho con los Estados Unidos. Sin embargo, el lobby que hacen otras minorías como las comunidades cristianas que promueven este tipo de apoyos por una cuestión teológica, al final el apoyo brindado por determinado estado entra más desde el punto de vista de los intereses de su propia agenda estratégica y sin duda Israel para muchos países occidentales es un aliado “natural”. Las otras alianzas con países como Egipto, Arabia Saudita y hasta Turquía son muy limitadas o necesitan de brindar incentivos fuertes para no perder el apoyo, que se sabe proviene del gobierno de turno y no necesariamente del pueblo.
Por último, pese a esta combinación entre mito y realidad que conlleva lo apasionante de los análisis sobre el estado de Israel, lo cierto del caso es que en la estrategia del poder inteligente que emprende el estado judío, éste es tan fuerte como quiere que sus detractores lo vean, y se mantendrá fuerte mientras no cambie la perspectiva de lo que hace internamente, porque el blindaje con el que cuenta, además de las alianzas estratégicas que por supuesto posee, entre esas la de tener de su lado a la principal potencia militar del mundo, le permite mantener una política un tanto inamovible en cuanto al crecimiento de su poderío militar y disuasorio.
Quizás en el único campo donde Israel no es fuerte, es en el trabajo ante la opinión pública y la prensa. Pese al mito extendido sobre que los judíos controlan los medios de comunicación, habría que ser extremadamente masoquista para ser quien los domine y permita semejantes amagos de mensajes recalcitrantes contra el Israel y sus gobernantes, que a veces desvían sus dardos y rayan en elementos que van más allá de la “sana crítica” que se puede hacer contra cualquier estado democrático del mundo. Si Israel es una democracia pese a las campañas de deslegitimación que van de la mano con este trabajo frente a la opinión pública, el cual lo ha llevado a ser afectado aún frente a organismos internacionales, donde la agenda ha sido capturada durante años en generar resoluciones contra Israel como si no existieran problemas en el resto del globo.
Sin duda que Israel logra el equilibrio en el marco militar y en la decisión de no “pedir permiso” para actuar, porque finalmente cuando hace uso de la fuerza militar en actos de legítima defensa, es criticado. Cuando se retira, es insultada y tratada como “cobarde”, entonces la política de llevar la batuta en cuanto a que no importa mucho la opinión pública le puede sumar más críticas y detractores, pero han optado por este camino que enriquece la disuasión del manejo equilibrado de su poder inteligente.
Primera Parte:
https://porisrael.org/2018/11/22/estado-de-israel-de-la-inteligencia-al-mito-de-la-omnipotencia-i/
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