Me pregunto cómo se pasa tan fácilmente de “en estos momentos tan delicados de lucha por la seguridad, es una irresponsabilidad ir a elecciones” a “adelantar ahora las elecciones es lo más comprensible”. Realmente…no es por buscar la quinta pata al gato pero..¿acaso cambió algo en el mapa geopolítico de Israel y no nos hemos enterado? ¿Qué pasó que ahora están todos tan felices de ir a las urnas en abril y no en noviembre 2019?
A mediados del mes pasado, a raíz de la dimisión del entonces Ministro de Defensa Avigdor Liberman por sus críticas al alto el fuego con Hamas, Israel parecía al borde de elecciones tempranas. Sin el partido de Liberman en la coalición, el gobierno quedaba con un apoyo de solamente 61 de los 120 diputados de la Kneset, o sea la mitad más uno del parlamento y era lógico pensar que una situación así no permite suficiente estabilidad. Eso, sumado a las ambiciones políticas del Ministro de Educación Bennett que parecía a punto de anunciar que también él se va porque Netanyahu no aceptó nombrarlo a él Ministro de Defensa, hizo pensar que en cuestión de horas se anunciaba el adelanto de las elecciones.
Pero allí apareció el Primer Ministro que con rostro serio se dirigió a la nación y explicó por qué él, que tanto había aportado a la seguridad nacional, resultado herido en combate y hasta perdido un hermano a manos del terrorismo, pedía no hacerlo. “La seguridad nacional va más allá de la política y las consideraciones personales”, dijo en una dramática alocución en vivo a todo el país. Dejó la sensación que Israel estaba por lidiar con una inminente amenaza a su seguridad que “cobrará sacrificios”.
Claro está que después de escucharlo a él, sólo un kamikaze político habría pedido ir a elecciones tempranas. El gobierno, quedó claro, sigue funcionando. Todo sea por la seguridad nacional. Al menos hasta noviembre, cuando hay que ir a las urnas por ley.
Pero en la política todo es posible y he aquí que hoy todo se ve distinto. Para Netanyahu ahora “es lo más natural ir a elecciones”. Recordemos…estamos hablando de siete meses antes de tiempo. O sea, también ahora falta bastante hasta noviembre. Pero ahora está todo bien. ¿Desaparecieron los desafíos de seguridad? Justo ahora que Estados Unidos se retira de Siria y deja el terreno abierto a Irán que sueña con destruir a Israel ¿ya no hay amenazas de seguridad ante las que actuar con responsabilidad?
Aclaremos ahora: el sarcasmo de arriba no pretende minimizar los aportes de Netanyahu a la seguridad de Israel. Y por supuesto, es cierto que fue oficial en una unidad élite de las Fuerzas de Defensa de Israel, lo cual siempre significa correr peligro de muerte en cada operativo. Y trágicamente, perdió a su hermano Yoni en el heroico operativo del 4 de julio de 1976 en Entebbe, Uganda, el rescate de los rehenes en manos de terroristas que habían secuestrado un avión de Air France y separado a los pasajeros israelíes del resto.
Todo eso es más que cierto. Es más: Netanyahu jamás fue aventurero en temas de seguridad. No ha tomado decisiones con las vísceras, menos que menos en temas de vida o muerte.
Lo que choca del adelanto de las elecciones es ver la facilidad con que las consideraciones de interés nacional cambian según la situación política. Choca más que nada porque es indudable que también hasta las elecciones Israel seguirá lidiando con numerosos desafíos de seguridad en varios frentes. Irán intenta establecerse definitivamente en Siria, Hizbala continúa usando el territorio del Líbano como base para un futuro enfrentamiento con Israel, Hamas sigue azuzando a la violencia y organizando atentados en Cisjordania…y la lista no acaba aquí.
La oposición, como era de esperar, considera que Netanyahu decidió ir a elecciones tempranas por sus consideraciones personales. Lo vinculan a la espera de la decisión del asesor legal del gobierno Avihai Mandelblit sobre la recomendación policial de acusar a Netanyahu por sospechas de corrupción. Netayahu comprende, dice la oposición, que debe adelantarse a dicha decisión.
Al parecer, Mandelblit anunciaría recién después de las elecciones si decide inculpar a Netanyahu tal como recomendó la policía, o no. Si lo hace antes, podría acusársele de intentar incidir en el resultado de las elecciones. Pero si al terminar de estudiar todos los casos resuelve que hay que presentar acusación y abrir juicio ¿está bien que postergue el anuncio al respecto?
Cabe suponer que la oposición concentrará su campaña electoral en las sospechas de corrupción (soborno, fraude y abuso de confianza) contra Netanyahu. Por su parte, él destacará que nadie tiene más experiencia de gobierno que la suya y pretenderá convencer nuevamente a la ciudadanía que es el más apto para seguir liderando a Israel. A decir verdad, mientras la oposición continúe tan dividida, no inspirará mucha confianza.
Netanyahu es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero no es sano que ningún gobernante sea visto como irremplazable. De todos modos, la respuesta final la da el pueblo, el 9 de abril, en las urnas.
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