El Arca de Noé en plenitud. Foto: cortesía de la Fundación El Arca de Noé.
El Arca de Noé es una querida historia bíblica que ha inspirado a muchos pero un hombre ha llevado su imaginación a un nuevo nivel: construyó una réplica a tamaño natural de la mítica embarcación y espera poder llevar navegando hasta Israel.
Johan Huibers, un devoto cristiano los Países Bajos, siempre estuvo interesado en todas las cuestiones relacionadas con el agua. A los 30 años soñó que la provincia en la que vive se inundaba y decidió tomar medidas. El resultado: construir el arca descrita en el Génesis.
Al principio, el constructor y carpintero fabricó un arca diseñada para que pudiera caber en la mayoría de los canales holandeses. “Quise compartir la palabra de Dios en los Países Bajos”, explicó Huibers a la agencia de noticias Jewish Telegraphic (JTA). El neerlandés afirmó que le preguntaban “¿Por qué es la mitad de pequeña que la de la Biblia?”. Eso lo decidió a vender el arca pequeña y construir un de tamaño natural.
La embarcación final tardó cuatro años en ser construida por siete personas y casi cinco millones de dólares de presupuesto. Fue terminada en 2013. Atracado en los Países Bajos, el barco ya dio la bienvenida a cientos de miles de visitantes a bordo durante los últimos años.
Según la Fundación El Arca de Noé, “la embarcación trae la esperanza que nos ha enseñado Jesucristo en todo el mundo”.
El barco fue construido con madera de pino y mide 29 metros de ancho, 125 de largo y 23 de alto. Puede transportar a más de 5.000 personas en sus cinco cubiertas. Actualmente está cerrado a visitantes debido a desacuerdos con el municipio en donde se encuentra anclado pero se utiliza como un zoológico interactivo con figuras de animales que aparecen en la Biblia.
Lo cierto es que el arca no tiene motor y tiene que ser remolcada para navegar, lo que hace que viajar en ella sea una aventura algo cara. El primer destino de la lista de Huibers es Israel.
“Se trata de una réplica del barco de Dios. Sólo tiene sentido si lo llevamos a la Tierra Prometida”, comentó el constructor a JTA. Y añadió: “Me gusta esa tierra, me gusta el país, amo a su gente. Ellos no obedecen a nadie, hacen lo que quieren, conducen como locos, empujan mientras esperan en fila y no escuchan a nadie. Justo como yo. “
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