En 2010, a Recep Tayyip Erdogan le fue conferido el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Europea de Madrid, debido a su supuesta dedicación al entendimiento y reconciliación entre los pueblos y por su compromiso con los valores de la Alianza de Civilizaciones en el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas. Obviamente ningún jurado puede prever el futuro y, como ocurrió en este caso, vaticinar lo sarcástico de las circunstancias, pues el presidente turco ha venido aislando a su país, sirviéndose de la instigación contra otras naciones, culturas y religiones.
Juegos con el odio
Son frecuentes los escandalosos discursos de Erdogan, incitando el odio antisemita mediante falsas acusaciones con las que difama al pueblo judío y al Estado de Israe
Sin embargo, Erdogan ya había dado contundentes indicios de sus propósitos. En la década de los 70, el joven Recep ingresó en la congregación juvenil del islamista Partido de Salvación Nacional. Tras el golpe de Estado de 1980, dicho partido fue proscrito, aunque en 1983 supo encubrir su ideología para retomar su legalidad y continuar en la actividad política, con el nombre de Partido de la Prosperidad; al amparo de esa agrupación, fue electo alcalde de Estambul; pero en 1998 se le sentenció a 10 meses de prisión acusado de intolerancia religiosa. Posteriormente, con astucia, Erdogan supo suavizar y disfrazar sus tendencias fundamentalistas al instaurar el Partido de la Justicia y el Desarrollo, presentado como islamodemócrata, el cual ganó las elecciones en 2002. Desde ese entonces hasta el presente, Erdogan está en el poder en Turquía, primero como premier y desde 2014 como presidente; aprovechó su jerarquía para lograr modificar la Constitución y ya anunció su candidatura para 2019.
En esta era, Turquía ha venido mostrando, cada vez con mayor énfasis, su vocación imperialista, dejando de lado la vía democrática, vulnerando el sistema de libertades e imponiendo características de una tiranía; incluso, ha estado respaldando y financiado a grupos terroristas, como en el caso de Hamas, al punto que, ante las violentas manifestaciones palestinas en la frontera entre Gaza y el sur de Israel, como un espaldarazo al régimen opresor gazatí, expulsó a los cónsules de Israel en Ankara y Estambul. Al mismo tiempo, son frecuentes los escandalosos discursos de Erdogan, incitando el odio antisemita mediante falsas acusaciones con las que difama al pueblo judío y al Estado de Israel.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.