Un análisis de la arena palestina apunta a una división terminal y a un callejón sin salida. La Autoridad Palestina ha optado ahora, más que nunca, por rechazar el dinero de la ayuda estadounidense, mientras que Hamás se burla abiertamente de la ayuda humanitaria que le ofrece Qatar, aunque inmediatamente la aceptó por la puerta de atrás.
A lo largo de la historia, los tentáculos terroristas de la OLP, y el “sumud” palestino (firmeza) en su núcleo, han sido financiados por los países árabes y occidentales, en una mezcla letal entre alarmistas y antisemitas. Muchos de los países esencialmente estaban pagando “dinero de protección”, ya sea voluntariamente o por chantaje, para ayudar a resolver el “problema palestino” movidos por la preocupación que la OLP les hiciese daño. Otros países utilizaron la organización como un “perro de ataque”, un poder para promover sus intereses.
Al mismo tiempo, el terror palestino se utilizó contra nosotros como un “bono” para aprovechar la existencia principal de la OLP como una entidad económica corrupta, parasitaria y rentable (similar a la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas – UNWRA). La realidad, sin embargo, ha cambiado. Ahora la coalición occidental está luchando junto a los árabes contra el terror islámico. Sin embargo, todos recuerdan que los arquitectos del terror palestinos (y sus Hermanos Musulmanes) son en esencia los “mentores” de estos grupos terroristas islamistas radicales a los que actualmente se les consideran como una enfermedad mundial.
Mientras tanto, el problema palestino ha sido marginado y estos amenazan con “quemar la casa”, ya que el mundo se centra en la amenaza que representan Irán y sus representantes en Yemen, Irak, Siria y el Líbano. A medida que las relaciones de Israel con los árabes mejoran gradualmente, los palestinos se están dando cuenta, ayudados por los recortes de ayuda estadounidenses al presupuesto de UNRWA, que la narrativa ficticia del refugiado palestino se está disipando.
Si bien Israel es visto como un componente vital en la alianza regional contra el terrorismo, la Autoridad Palestina aún se encuentra confinada en una camisa de fuerza, hablando sobre los “refugiados” que regresarán a Israel en una inundación y que Jerusalén, la razón del sionismo, se convertirá en su capital. Lo harán, creen, a través de la presión internacional.
Entonces, ¿cómo puede el presidente de la Autoridad Palestina, que organiza este terror, recolectar el dinero de protección y cuya existencia depende de los estados donantes, atreverse a rechazar el dinero de la ayuda estadounidense destinado a los aparatos de seguridad asistidos por Israel para mantenerlo en el poder?
El rechazo descarado por parte del millonario presidente de la Autoridad Palestina del dinero estadounidense se deriva de las acusaciones de Hamás que él – de hecho – es un colaborador israelí (lo que es cierto) y de la demanda estadounidense que la Autoridad Palestina se exponga a demandas de parte de las víctimas del terrorismo. Ningún sindicato del crimen admitiría que su dinero de extorsión fuera devuelto a sus víctimas. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, está luchando por internalizar que sin esta colaboración con Israel, Hamás devoraría a su gobierno y los activos que ha acumulado a través de la corrupción, muy similar a la situación en Gaza.
En términos de marketing global, no es fácil vender una historia falsa sobre un “país imaginario para una nación dividida” cuyas personas se matan entre sí. Según la alegoría árabe, “los habitantes de Gaza están en una zanja y los residentes de Judea y Samaria están en otra”. Ninguna varita mágica puede unir a las tribus hostiles en Gaza, Judea y Samaria. Incluso su odio asesino de los judíos no es suficiente.
Ahora Abbas se está preparando para celebrar elecciones separatistas en Judea, Samaria y Jerusalén. Los palestinos, al parecer, nunca han ganado un shekel que no fuera por ese “dinero de protección”. Por lo tanto, a la luz de las condiciones geopolíticas actuales y la disminución de las “donaciones”, la Autoridad Palestina se convertirá en un enclave autónomo palestino-jordano desmilitarizado en Judea y Samaria.
En Gaza, la situación de Hamas está empeorando. La organización está robando dinero a través de maletas llenas de efectivo y contrabando desde Turquía e Irán, y desde sus agentes de recaudación de fondos en África y Malasia; pero la gente está hambrienta, lisiada y exhausta. Hamás sigue persiguiendo su meta declarada de exterminar a todos y cada uno de los judíos “escondiéndose detrás de cada roca y árbol”; pero en Gaza lo único que se encuentra detrás de las rocas y los árboles es el desempleo, la enfermedad, las drogas y la desesperación.
En medio de las acusaciones y denigraciones contra Hamás, por parte de la Yihad Islámica Palestina, que también ha colaborado para vender la resistencia contra Israel a cambio de algunos combustibles y dólares, Hamás rechazó públicamente la asistencia en efectivo de Qatar. En realidad, el dinero está llegando a sus bolsillos con ciertas condiciones adjuntas, y los acuerdos de Israel, a través de un camino tortuoso y “humanitario” a través de los bancos y empleados de Estados Unidos en Gaza (que son activistas de Hamás de todos modos). Por lo tanto, todos están contentos: Hamás no está colaborando con el enemigo e Israel sigue siendo humanitaria.
El sometido y derrotado Hamás, sin embargo, está tratando de venderle a las masas una versión según la cual la ayuda de Qatar es en realidad el “dinero de protección” israelí a cambio de paz y tranquilidad en la frontera. Los habitantes de Gaza están satisfechos por ahora, pero Hamás se está convenciendo que esto es lo que realmente está sucediendo. Un tendero me dijo una vez que un “hacía unos días” que había derrotado al recaudador de la “protección”. Según el tendero, el hombre no murió, pero nadie regresó para “recolectar”. Este enfoque parece funcionar.
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