En las muchas festividades que hemos experimentado durante el año pasado y los muchos logros de Israel en sus primeros 70 años de vida se ven opacados por uno de los logros más significativos que ha vivido: Lograr que una mayoría absoluta de los judíos del mundo ya se encuentran en el Estado de Israel.
Para comprender el alcance del logro, es suficiente señalar que incluso en el apogeo del reino de los Hasmoneos en el Segundo Templo, hasta donde se conoce, la mayor parte de la nación judía permanecía en la diáspora, desde Persia y Babilonia hasta Egipto y Roma. Más de 2.600 años se remontan a los días del Primer Templo, para encontrar un período en el cual la mayoría de las personas judías vivían en sus tierras.
Este logro era visto al principio de la historia sionista, hace unos 120 años, como un sueño lejano que bordeaba lo imposible. Los judíos del país eran el uno por ciento (!) de los judíos del mundo. Incluso después de una serie de inmigraciones sionistas (aliot) y de otros desastres que empujaron hacia Israel también a judíos no sionistas, y después que un tercio del pueblo judío fuera exterminado en el Holocausto, tras todo esto aproximadamente el 10% de los judíos del mundo llegaron a vivir a Israel. Otras inmigraciones elevaron el porcentaje de judíos en Israel, pero no fueron el factor decisivo para un cambio en el pueblo.
Este proceso tiene una razón principal: Durante muchas décadas, en todas las comunidades judías del mundo, el aumento natural es negativo, con la excepción de Israel. A esto hay que sumarle la asimilación a gran escala. Como resultado, hace aproximadamente una década, Israel se convirtió en la comunidad judía más grande del mundo y, en los últimos años, en el hogar de la mayoría de los judíos del mundo. Dado que la fertilidad judía en Israel es casi el doble que en cualquier otra comunidad judía (y en aumento), era solo una cuestión de tiempo antes que nos convirtiéramos en la mayoría.
Incluso si hay demógrafos que dirán que los judíos en la diáspora también son o forma parte los descendientes de parejas mixtas, que crecen en hogares sin ningún rastro de identidad judía, pero esto sería un desprecio por la realidad. Sin embargo, hay un hecho que no está en duda: Durante muchos años, una gran mayoría de los judíos nacidos en todo el mundo son israelíes. Esta tendencia es tan dramática que se estima que hoy en día, aproximadamente dos de cada tres niños judíos nacidos en el mundo cada año son israelíes (aproximadamente 140,000 de aproximadamente 210.000).
Aunque la mayoría de estas tendencias son conocidas, las comunidades judías y las instituciones judías de todo el mundo evitan abordar en su profundidad y significado la crisis. Una combinación de baja fertilidad y un aumento de la asimilación es el precursor que la mayoría de las comunidades del mundo se dirijan a una rápida descomposición.
Es el momento que también Israel realice un examen de conciencia sobre el papel que debe desempeñar en el marco del nuevo equilibrio de poder con respecto a los judíos del mundo. Aunque Israel ha sido, desde su inicio, un centro espiritual y nacional para el pueblo judío, en la mayoría de sus años su fortaleza económica, numérica e incluso ideológica era aún marginal en comparación con las comunidades de la diáspora. En la actualidad, especialmente en los Estados Unidos, la situación está cambiando rápidamente y, aunque los judíos estadounidenses siguen siendo la comunidad más rica del mundo, las capacidades y recursos cada vez mayores de Israel le permiten ayudar a muchas comunidades.
Eso no es suficiente. Si bien continuaremos esforzándonos por lograr la inmigración de judíos a Israel, el estado judío también debe asumir un papel de liderazgo para ayudar a las comunidades judías de todo el mundo, incluyendo a la de los Estados Unidos, que enfrentan un desafío sin precedentes en el futuro cercano, no solo para ayudar a combatir el antisemitismo o proporcionar liderazgo educativo y religioso a las comunidades. La primera es la necesidad de encontrar formas en que Israel se convierta en un ancla central para la existencia judía en las comunidades de la diáspora, especialmente entre la mayoría de los judíos del mundo que están lejos de ser observantes y, por lo tanto, se distancian del pueblo judío.
El Dr. Ophir Haivri es el Vicepresidente del Instituto Hertzl en Jerusalén.
El problema que se plantea a mi juicio, es el de poder dar acogida a esa diáspora judia deseosa de emigrar a Israel, dadas las reducidas dimensiones de su territorio, y la ya álta densidad de poblacion que en él se registra … éstá el Neguev, como opcion primera, pero aún asi, considerando el crecimiento demográfico experimentado en las famillas judio-israelies, uno se pregunta, ¿hasta donde dispondrá Israel de espácio físico para abarcárlos a todos? (no olvidemos que junto a ellos, viven tambien árabes israelies) …
Lo que si considero apremiante, es una mayor presencia de Israel entre su diáspora, de modo que ésta se sienta particípe de un proyecto comun, y movida a renovar su compromiso de adhesion con Israel …
Tambien en lo que concierne a aspectos identitários, Israel es llamado a jugar un papel importante, ante la creciente amenaza de asimiliacion que viven los judios hoy en dia, en muchos lugares del mundo, principalmente en EE UU …