En febrero, unos vándalos profanaron y destrozaron crucifijos y estatuas en la catedral de Saint-Alain en Lavaur (Francia), y aplastaron los brazos a un Cristo crucificado con ánimo de burla. Además, quemaron el mantel del altar. (Foto: Eutrope/Wikimedia Commons)
Innumerables iglesias de toda Europa occidental están siendo objeto de actos vandálicos, defecaciones e incendios.
En Francia, se profanan dos iglesias de media cada día. Según PI-News, una web de noticias alemana, se registraron 1.063 ataques a iglesias o símbolos cristianos en Francia en 2018. Esto representa un aumento del 17% comparado con el año anterior (2017), cuando se registraron 878 ataques, lo que significa que esos ataques sólo están yendo de mal en peor.
Entre algunas de las profanaciones recientes en Francia, las siguientes tuvieron lugar sólo en febrero y marzo:
- Unos vándalos saquearon la iglesia de Notre-Dame des Enfants en Nimes y utilizaron excrementos humanos para dibujar una cruz allí; se encontró pan consagrado tirado afuera, en la basura.
- La iglesia de Saint-Nicolas de Huilles fue vandalizada en tres ocasiones distintas en febrero; una estatua de la Virgen María del siglo XIX, considerada «irreparable», fue «completamente pulverizada», dijo un cura, y tiraron al suelo una cruz que había colgada.
- Unos vándalos saquearon y destruyeron crucifijos y estatuas de la catedral de Saint-Alain en Lavaur, y aplastaron los brazos a un Cristo crucificado con ánimo de burla. Además, quemaron el mantel del altar.
- Unos pirómanos prendieron fuego a la iglesia de St. Sulpice en París poco después de la misa de mediodía el domingo 17 de marzo.
Llegan informaciones parecidas de Alemania. Cuatro iglesias fueron vandalizadas y/o incendiadas sólo en marzo. «En este país —explicó PI-News— hay una guerra sigilosa contra todo lo que simboliza el cristianismo: ataques a cruces en picos de montañas, a estatuas sagradas en los arcenes, a las iglesias… y desde hace poco también a cementerios».
¿Quién es el principal responsable de estos actuales y crecientes ataques a las iglesias de Europa? El mismo reportaje alemán ofrece una pista: «Se rompen crucifijos, se destrozan altares, se queman Biblias, se vuelcan pilas bautismales, y las puertas de las iglesias aparecen pintadas con expresiones islámicas como ‘Alá Akbar'».
Otra información alemana del 11 de noviembre de 2017 señaló que sólo en los Alpes y Baviera, fueron atacadas alrededor de 200 iglesias y se destrozaron muchos crucifijos: «La policía está una y otra vez ocupándose de las profanaciones de iglesias. Los atacantes son a menudo jóvenes agitadores de origen inmigrante». En otras partes son descritos como «jóvenes islamistas».
A veces, lamentablemente, en las regiones europeas con una alta población musulmana, parece haber un riesgo concomitante de ataques a iglesias y símbolos cristianos. Justo antes de Navidad de 2016, en la región alemana de Renania del Norte-Westfalia, donde reside más de un millón de musulmanes, unas 50 estatuas públicas cristianas (incluidas las de Jesucristo) fueron decapitadas y los crucifijos fueron destrozados.
En 2016, tras la llegada a Alemania de otro millón de inmigrantes, en su mayoría musulmanes, un periódico local informó de que en la localidad de Dülmen, «no pasa un día sin que se produzcan ataques a las estatuas religiosas en un municipio con menos de 50.000 habitantes y en las zonas colindantes».
En Francia también parece que, donde crece el número de inmigrantes musulmanes, también lo hacen los ataques a las iglesias. Un estudio de enero de 2017 reveló que «los ataques de extremistas islamistas a los cristianos» en Francia aumentó un 38%, desde los 273 ataques en 2015 a los 376 en 2016, la mayoría producidos durante la temporada navideña y «muchos de los ataques tuvieron lugar en iglesias y otros lugares de culto».
Como ejemplo típico, en 2014, un musulmán perpetró «importantes actos vandálicos» en el interior de una iglesia católica histórica en Thonon-les-Bains. Según una información (con imágenes), «volcó y rompió dos altares, candelabros y facistoles, destruyó estatuas, derribó un tabernáculo, retorció un enorme crucifijo de bronce, hizo trizas la puerta de una sacristía e incluso rompió algunas vidrieras». También «pisoteó» objetos eucarísticos.
Se pueden ver ejemplos similares en otros países europeos aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
En prácticamente cada caso de ataques a iglesias, las autoridades y los medios generan confusión respecto a la identidad de los vándalos. En las raras ocasiones en que se filtra la identidad musulmana (o «inmigrante») de los destructores, se les presenta como si sufrieran trastornos mentales. Como dice el reciente reportaje de PI-News:
Casi nadie escribe o habla de los recientes ataques a símbolos cristianos. Se guarda un elocuente silencio tanto en Francia como en Alemania sobre el escándalo de las profanaciones y el origen de los atacantes […]. Ni una palabra, ni siquiera la más leve pista que pudiera conducir a sospechar de los inmigrantes […]. No son los atacantes los que están en peligro de ser condenados al ostracismo, sino aquellos que osan relacionar la profanación de símbolos cristianos con la importación de inmigrantes. Se les acusa de odio, de discurso del odio y de racismo».
Traducción del texto original: European Churches: Vandalized, Defecated On, and Torched «Every Day»
Traducido por El Medio
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