Este miércoles el Primer Ministro Biniamin Netanyahu volvió a acortar distancias hacia un récord israelí: pasar al fundador de Israel, David Ben Gurion, en tiempo al frente del gobierno. Esto, al encomendarle el Presidente del Estado Reuven Rivlin de modo oficial y formal, que intente armar coalición.
Ello es el corolario de dos días de consultas con representantes de los partidos electos a la Kneset, el Parlamento de Israel, en las que cada delegación dijo al Presidente a quién recomiendan para encabezar el gobierno. Al confirmarse lo que de todos modos parecía claro en base a los resultados de las elecciones, que una mayoría de diputados electos piden que la misión sea encargada a Netanyahu-65 de 120-, se oficializó el encargo presidencial. Todo esto, de acuerdo al sistema político israelí, tal cual está estipulado en la ley.
Este es el procedimiento ya que en las elecciones no se vota directamente por el Primer Ministro sino por un partido para el Parlamento (Knesset). Y es de la composición del Parlamento que deriva la formación del gobierno.
“Esta es la quinta vez que se me encomienda la misión de formar el gobierno en Israel”, declaró Netanyahu en Beit HaNasi. “No hay ningún privilegio mayor que éste en la vida democrática. Y yo estoy emocionado al igual que la primera vez. Y en cierto sentido, más emocionado aún que la primera. Y haré todo para justificar la confianza que los ciudadanos de Israel han depositado en mí”.
Repitiendo un mensaje que incluyó en su primer discurso en la noche de las elecciones, Netanyahu declaró: “Actuaré cómo enviado del pueblo todo, de quienes me votaron y quienes no me votaron.La base de nuestra fuerza es que podamos actuar juntos, hombro a hombro, en mutua solidaridad, ante las principales misiones que tenemos que cumplir”.
Netanyahu agradeció al Presidente por la forma en que condujo las consultas con los distintos partidos. Esta fue la primera vez que dichas consultas-por iniciativa y decisión de Rivlin- se realizaron permitiendo transmisión en vivo y grabación de las conversaciones. Beit HaNasí informó que ello tenía como intención “garantizar la transparencia” de dicha etapa en el proceso post-electoral.
El trasfondo, aunque nadie lo presentó en esos términos, podría ser de hecho la tensión que hubo entre Rivlin y Netanyahu, no sólo por ciertas diferencias en los últimos años, sino también por algo muy concreto en los meses recientes: Netanyahu dijo que el otrora ministro Gideon Sa´ar-que recientemente volvió a la política y fue electo en las internas en los primeros lugares en la lista del Likud-había confabulado con Rivlin para que se le encomiende a él y no a Netanyau la formación de la coalición. Tanto Rivlin como Sa´ar lo desmintieron terminantemente.
La acusación no tenía fundamento ninguno. Sa´ar declaró que el Primer Ministro falta a la verdad.Y el Presidente aseguró que desde Beit HaNasí se actúa únicamente de acuerdo a la ley.
Rivlin, que fue toda la vida miembro del Likud, dimitió al partido al asumir como Presidente del Estado. En sus años como ciudadano número 1, ha seguido una línea sumamente firme en la defensa del gobierno de Derecho y la plena igualdad entre todos los ciudadanos, criticando en más de una oportunidad implícitamente iniciativas de la coalición de Netanyahu o pronunciamientos de su parte, que consideraba inapropiados o peligrosos para la democracia israelí.
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