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| miércoles noviembre 6, 2024

Trágico fin de Pesaj en San Diego con una mujer muerta y 3 heridos en ataque a sinagoga

Hombre atacó a tiros en medio de un rezo por el fin de Pesaj


La sinagoga de Beit Jabad en Poway

Tras una semana en la que de diferentes partes del mundo fluyeron informaciones plenas de color sobre los “sedarim” multitudinarios de Jabad, donde siempre hay lugar para cualquier judío que quiera celebrar Pesaj, una de sus sinagogas se convirtió en escenario de algo muy distinto, justamente en el último día de la fiesta.

La convocación en la sinagoga de Beit Chabad en Poway, unos 32 kms al norte de San Diego en California, Estados Unidos, era para celebrar el fin de Pesaj. Pero súbitamente se oyeron disparos. Un hombre irrumpió a la sinagoga en medio del servicio y abrió fuego. Se ha informado que en el ataque murió una mujer y que hay otros 3 heridos: una niña o jovencita y dos hombres. En primera instancia se señaló que uno de los heridos era el rabino, pero ello no está confirmado.

El Alcalde de Poway dijo que “tengo entendido que gente valiente dentro de la sinagoga, entre los propios fieles, frenaron al atacante, lo cual impidió un crimen aún de mayor envergadura”. Pero no está claro aún si eso fue realmente lo que ocurrió, ya que otra versión mencionada por el portal israelí Ynet indica que un guardia que se hallaba dentro de la sinagoga disparó al atacante, aunque sin lograr herirle, tras lo cual él huyó, entregándose luego a la policía.  Se trata de un hombre de 19 años, residente en San Diego.

El Alcalde local comentó que “según me han dicho, esto lo hizo una persona motivada por el odio”. Agregó que “era odio hacia nuestra comunidad judía, algo que no se aceptará”.

Es ineludible recordar que hace exactamente medio año, el 27 de octubre del 2018, fue cometido un atentado antisemita en la sinagoga “Etz Hajaim” (Tree of Life) en Pittsburgh en el que 11 judíos fueron asesinados. El atacante, Robert Bowers (63) dijo que quería “matar judíos”.

Danny Danon, embajador de Israel en las Naciones Unidas, declaró que “las palabras, las manifestaciones y las caricaturas se convierten en disparos hacia gente orando en sinagogas”, en una crítica directa a los ataques antisemitas que no terminan nunca meramente en palabras. “La enfermedad del antisemitismo continúa levantando cabeza y cobrando víctimas. Es el momento de actuar, de librar una guerra decidida y no de limitarse a condenas flojas que permiten a las fuerzas del odio revivir épocas oscuras de la historia”.

 

http://www.semanariohebreojai.com/articulo/728

 

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¿Qué caricaturas habrá visto el asesino en la sinagoga de Jabad en California?

Pensando, más allá del atentado de este fin de Pesaj en California.

Sí, sí, la libertad de expresión es importante. Toda sociedad que se precie de ser abierta y-valga la redundancia-de ser libre, debe respetarla. Pero ello no puede incluir la libertad de incitar al odio. Y eso se hace no solamente llamando explícitamente a viva voz a odiar sino también implícitamente, al difundir palabras o imágenes que crean asociaciones negativas generalizadoras contra un grupo humano o un sector determinado de la sociedad.

No tenemos idea aún de los elementos incitadores a los que ha estado expuesto el asesino de Poway, en California, que este sábado abrió fuego en Beit Chabad, mató a una mujer y dejó a otras 3 personas heridas. No sabemos qué diarios leyó, a quién escuchó hablar ni qué figuras o artículos lo pueden haber inspirado. Quizás ninguno. Pero al enterarnos de lo que había ocurrido, lo primero que pensamos, aparte del horror que ocurra algo así y muy especialmente en una casa de oración, fue que no sorprende. No sorprende que siga habiendo asesinos que cometen crímenes de odio contra judíos, cuando tan fácilmente y con tanta ligereza hay caricaturistas que se creen grandes artistas utilizando elementos claramente antisemitas en sus creaciones (como ha ocurrido tanto en Estados Unidos como en Brasil y otros lares)  y quienes se creen graciosos (como ha ocurrido días atrás en España) por hablar entre risas de lo bueno de matar judíos.

Claro que es especialmente simbólico que esto haya ocurrido en Estados Unidos un día después de la publicación en la sección internacional del periódico “The New York Times” de una caricatura en la que se ve a un perro salchicha representando al Primer Ministro de Israel Biniamin Netanyahu, con una Estrella de David colgada al cuello, guiando a un Presidente Trump ciego, con kipá en la cabeza. Ante el aluvión de protestas, el diario publicó en su cuenta de Twitter que la caricatura tenía elementos antisemitas, que era ofensiva y había sido un error de criterio publicarla.

Pero el daño ya estaba hecho. No por el asesino de Poway, que quizás nunca en su vida miró siquiera el “The New York Times”, sino por todos aquellos que sí vieron la caricatura y pensaron “si está impreso en un diario tan reconocido, por algo será”.

Cabe aclarar lo que consideramos evidente: ofensas de este tipo, imágenes denigrantes que inspiran asociaciones negativas contra un grupo humano, son inaceptables no sólo si son contra judíos. Lo son también si generalizan contra cristianos, musulmanes, homosexuales, chinos, uruguayos o israelíes. Criticar a cualquier figura pública por su comportamiento o acciones, es legítimo. No lo es hacerlo de modo que sugiere una generalización por su pertenencia a tal o cual grupo, a menos que se trate de un marco que por definición, colectivamente, actúa contra la ley, como por ejemplo una organización terrorista.

Pero aquí estamos hablando de antisemitismo. Así que, sí, nos referimos a los ataques contra judíos.

No vamos a ponernos a filosofar al respecto cuando aún no se sabe mucho sobre el asesino de turno. Basta con recordar ahora-o mejor dicho advertir- que las palabras matan. Que quien tiene un discurso de odio, está cargando las balas del enajenado social convencido de que al abrir fuego, estará haciéndolo un favor a la humanidad.

 

http://www.semanariohebreojai.com/editorial/53

 
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