Testigo directo: así comenzó la guerra en Jerusalem

Rajel Hayot de Jerusalem

Comienzo con una aclaración: Rajel, a la que pedimos su testimonio, es una muy cercana amiga personal. Ana Jerozolimski

Fue precisamente por saber que había crecido en Jerusalem-aunque no nacido en ella sino en Turquía- que le preguntamos una vez si ya vivía en la ciudad cuando estalló la guerra de los Seis Días en junio de 1967. Nos contestó afirmativamente y de allí surgió la idea de recabar su testimonio.

Cabe recordar que Israel advirtió al entonces Rey de Jordania, Hussein bin Talal, que si él no ataca, no le ocurriría nada. Pero Hussein creyó las mentiras del Presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser quien deformando totalmente la realidad, le dijo prácticamente que estaba por conquistar Tel Aviv. El monarca jordano comenzó  a cañonear Jerusalem y al repeler el ataque, Israel avanzó hacia el Este, liberó toda la ciudad Vieja que estaba ocupada por Jordania y conquistó también Cisjordania. 

Así lo recuerda Rajel de cuanto tenía 6 años. El miedo y luego, el alivio de la salvación.

“Nosotros Éramos bastante nuevos en Israel. Habíamos llegado de Turquía y vivíamos en residencias de inmigrantes en el barrio Kiryat Menajem de Jerusalem, donde había también gente oriunda de Marruecos, Francia, Rumania, de todos lados. Era justo al lado de la frontera con Jordania y cuando empezó la guerra, nos dispararon directamente a nuestras casas.

Mi papá  había sido reclutado y en casa estábamos mi mamá, mi hermanito recién nacido, de sólo seis meses, mi hermana de dos años y medio y yo, de seis, la mayor.  Recuerdo que tuvimos que comprar cartolinas negras para tapar las ventanas porque  los jordanos nos observaban y disparaban .

Recuerdo como si hubiera pasado ayer: sonó la alarma , mi mamá tomó  enseguida a mi hermano bebé, yo a mi hermana menor y no sabíamos qué hacer. No había refugios como hoy . Salimos corriendo de casa, con unos bolsos que mamá había preparado,  a la calle.La gente gritó que corramos a la escuela en la que yo estudiaba.  Hoy lo recuerdo y me suena terrible. En el piso de abajo estuvimos toda la guerra, aunque no era realmente un refugio.

Empezaron a caer proyectiles .Balcones estallaron.Los jordanos disparaban directo hacia nuestras casas.Para mi era terrible.La tensión era muy grande . .No olvidaré el momento en que  avisaron que se puede salir por un rato, los niños subimos a jugar en el patio de la escuela y enseguida volvió a oirse la alarma y todos corrimos al edificio.  Realmente lo recuerdo como una guerra.Lo sentimos  muy fuerte.

Recuerdo mucho temor pero también expectativa durante las semanas de espera previa a la guerra. Teníamos miedo, no podía ser de otra forma cuando nos decían que todo tiene que estar a oscuras, que tengamos cuidado.

Cuando terminó la guerra estabámos muy felices. Sabíamos que habíamos ganado y a lo grande. Entendimos que habíamos ganado en todos los frentes. Y la mayor emoción era que el Muro de los Lamentos estaba en nuestras manos.

Recuerdo que los mayores decían  que los árabes nos querían destruir.Por eso nos alegramos tanto de que no lo lograron.Teníamos claro que si podían, nos mataban a todos.

Siento que esa guerra influyó mucho sobre mi.Ante todo, me vinculó definitivamente al país.Y en especial  a Jerusalem” .