Antisemitismo en Estados Unidos, siglo XXI

Antisemitismo en Estados Unidos, siglo XXI.

Hace algunos días, una representante del Congreso de USA, Alexandria Ocasio Cortez (@AOC) comparó los campos que el gobierno de ese país pretende instalar en la frontera con Mexico, con “campos de concentración”.

Cualquier persona medianamente razonable, asocia dicha expresión a los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial.

Alguien con algún conocimiento del tema entenderá que esos campos tenían como propósito final, el asesinato de judíos, gitanos, homosexuales y  opositores al régimen nazi.

Como señalamos en nota anterior, referente a una definición internacional de Antisemitismo, el intentar emular, asimilar o comparar situaciones actuales,  con las ocurridas en la Segunda Guerra Mundial,  resulta en una banalización, minimización y finalmente en un blanqueo o amortiguación de los horrores ocurridos en dichos campos.

Esta representante ha sido ardorosamente defendida por sus seguidores del Partido Demócrata de USA, en donde militan otras representantes que han sostenido ideas similares a las de @AOC.  Ellas son Ilhan Omar y Rashida Tlaib.

Diversas figuras de la política estadounidense y organizaciones judías han criticado duramente a la representante involucrada por revelar un alto grado de falta de educación y conocimiento de la historia del pueblo judío y del propio gobierno estadounidense en su participación en la Segunda Guerra Mundial.

Otro caso, muy reciente es el del actor John Cusack, quien retuiteó (y luego eliminó) una imagen  con comentario   . Aquí se las mostramos :

El actor, en vista de la avalancha de críticas recibidas, retuiteó ofreciendo disculpas y alegando que su intención era apoyar al pueblo palestino pero no ofender al pueblo judío.

Agrego además que la cita de Voltaire incluida en el tuit, no es de autoría de dicho pensador, sino de un supremacista blanco, neonazi y pedófilo llamado Kevin Alfred Strom (cuyos demás datos podrán chequear en Wikipedia).

En este caso, también referentes del Partido Demócrata han salido  en defensa del actor, indicando que ha sido malinterpretado.

Resulta evidente que estas y otras acciones (sobre todo las que se dan en el ámbito universitario de  USA) reflejan la politización y utilización de argumentos e ideas francamente antisemitas para el logro de objetivos políticos particulares.

Las próximas campañas electorales en USA, solo harán que estas cuestiones se agudicen y reflejen una vez más, lo que siempre he sostenido, criticar las políticas del Gobierno de Israel es algo legitimo, pero utilizar argumentos antisemitas para ello, no es válido.

Recordar siempre que el antisionismo, es tan solo una forma de antisemitismo. El sionismo se trata de defender el derecho de Israel a existir. Negarle a Israel ese derecho, no es más que la negación al pueblo judío de tener un hogar nacional propio.

Eso no es fácilmente entendido en las esferas radicales (y no tanto) del partido Demócrata y las diputadas nombradas en este artículo saben bien que su prédica es francamente antisemita.

Que los judíos adherentes al Partido Demócrata logren separar a los críticos legítimos de Israel de los antisemitas enquistados en él, no es una tarea fácil , y para ello hay que tener los conceptos claros.

No son tiempos fáciles, ni siquiera en el país en el que residen la mayor cantidad de  judíos  (aun por encima del propio Israel).