B’H
Koraj induce a un motín desafiando el liderazgo de Moshé y la entrega de la Kehuná (sacerdocio) a Aharón. Se suman al motín dos enemigos de Moshé, Datán y Avirám, y 250 miembros distinguidos de la comunidad, que ofrecen el santo ketoret (incienso) para probar que son meritorios del sacerdocio. La tierra se abre y traga a los rebeldes, mientras un fuego consume las ofrendas de ketoret.
Una subsiguiente plaga es frenada por la ofrenda de ketoret de Aharón. Su vara milagrosamente florece con almendras para probar que su designación como Sumo Sacerdote es de origen Divina.
Di-s indica las leyes de trumá (ofrendas) de cada cosecha de grano, vino y aceite de oliva, todos los primogénitos del ganado ovino y vacuno, junto a otras dádivas específicas entregadas a los Cohanim
No disfraces tus ambiciones
En la parashá de esta semana, un grupo de judíos liderados por un hombre llamado Koraj, se rebela en contra de Moisés. Así como Moisés, ellos también querían ser líderes del pueblo judío. Pero en lugar de plantear esto abiertamente como su verdadero deseo, Koraj argumentó en contra del propio Moisés y de sus incapacidades declarando que: «… ¡Es demasiado para ustedes [Moisés y Aarón]!» (Números 16:3)
En lugar de ser auténtico en relación a sus deseos de estar en la misma posición de liderazgo que Moisés, Koraj cambió toda su perspectiva. Comenzó su reclamo en contra de Moisés resaltando que el trabajo de Moisés de dirigir a todo el pueblo judío era simplemente demasiado grande como para que él lo llevara a cabo solo. Por lo tanto, Koraj concluyó, también otros judíos deben ocupar posiciones prominentes de liderazgo. Uno de los problemas con el argumento de Koraj es que él no sentía verdaderamente esto. Koraj simplemente sentía celos de Moisés y el reclamo de que «es una labor demasiado grande» no le interesaba a Koraj en absoluto. Desafortunadamente, muchas veces actuamos de la misma manera en que Koraj lo hizo y ocultamos nuestras verdaderas intenciones. En lugar de hacernos responsables de nuestras propias intenciones, culpamos a factores externos. La razón por la que hacemos esto es porque nos sentimos inseguros, nos falta confianza en nosotros mismos para ser totalmente honestos, y por lo tanto, no tenemos el coraje para decir lo que realmente pensamos. Además de ser falsos, el problema de este enfoque es que no nos permite crecer y alcanzar la grandeza.
En el caso de Koraj, no sólo su estrategia estaba equivocada, sino que toda su motivación se basaba en un deseo de destruir a Moisés. Concentrémonos por un momento en nuestra propia necesidad de «decirlo de manera directa». Por ejemplo, supongamos que deseas obtener una promoción en tu trabajo. Lo correcto sería ir donde tu jefe y explicarle por qué tú – en base a tus propios méritos – deberías ser promovido. Lamentablemente, lo que la gente suele hacer en vez de esto, es ir a la oficina del jefe e inmediatamente comenzar a detallar todos los problemas que existen. Uno puede decir: «Siento que mi división se encuentra en graves problemas, y los responsables, si bien son personas muy agradables, no están haciendo un buen trabajo. Y a medida que experimentamos más y más crecimiento en nuestra empresa, sin duda será demasiado para ellos. Por lo tanto, yo debería ocupar su lugar». (En este momento, muchas personas también agregarán: «Además hablé con mucha gente en mi departamento y todos están de acuerdo conmigo, y a todos les gustaría que yo me convirtiera en su nuevo jefe».)
Ciertamente es mucho más fácil resaltar las faltas de los demás para convertirte en el salvador de todos los involucrados. Pero, de nuevo, nunca se puede crecer como persona si no defiendes tus creencias sin derribar a otros en el proceso. Cualquier persona puede señalar las faltas de los demás. Pero el verdadero liderazgo significa concentrarte únicamente en tus habilidades y en por qué tú tienes lo que se necesita para marcar una diferencia. La próxima vez que quieras hacer cualquier tipo de cambio, asume total responsabilidad de lo que quieres hacer y de la verdadera razón de por qué lo quieres. Puede ser que no tengas éxito en tu petición, pero de una cosa puedes estar seguro. Cuando te aproximas de manera auténtica y honesta, el cambio, garantizadamente tendrá lugar – porque como persona, crecerás a pasos agigantados. (www.aishlatino.com)
La belleza de la oscuridad
Por Menajem Feldman
No nos confundamos. Koraj no fue desde el principio un hombre celoso y ávido de poder que eligió rebelarse contra Moshé y Aarón por ambición personal. De hecho, los cabalistas explican que Koraj tenía una profunda disputa filosófica con el enfoque de Aarón respecto de la espiritualidad.
El argumento de Koraj era más o menos así: la luz espiritual es sólo una manifestación de la infinita fuente de energía, así como los rayos del sol son emanaciones del sol. Pero el sol no tiene luz en sí mismo. Para entender la esencia, la luz debe estar sumergida en su fuente. Sólo la oscuridad puede capturar la verdadera esencia de la fuente infinita.
Koraj le tenía resentimiento a Aarón, específicamente porque Aarón estaba vinculado con la luz. Todos los días se ocupaba de encender la menorá en el Tabernáculo así como de encender la menorá que habita, en sentido metafórico, en el corazón de cada judío. Aarón se dedicaba a inspirar a las personas a despertar la luz espiritual de sus vidas a través del estudio de la Torá y de la observancia de las mitzvot, a que emplearan su tiempo y su energía en búsquedas espirituales y a iluminar sus almas con el amor a Di-s. Aarón era la encarnación del atributo divino de la jesed, la amabilidad/el compartir/la luz.
Koraj creía que el enfoque que tenía Aarón para desarrollar la espiritualidad carecía de una verdad más profunda.
Koraj discutía: “Déjenme ser el sumo sacerdote y yo introduciré un modelo de espiritualidad por completo diferente. Enseñaré que no importa con qué se comprometan las personas, siempre son sagradas: ‘Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y Hashem está en medio de ellos’. No se necesita luz espiritual. No se necesita inspirar a las personas para que busquen aferrarse a su fuente, que está en los cielos. No se necesita buscar inspiración para escapar de las tentaciones materiales. Lo que yo voy a predicar es la celebración de lo físico. Es precisamente gracias a que lo físico representa la ausencia de luz espiritual que es capaz de dirigir nuestra atención a la esencia, a la infinita fuente tanto de luz como de oscuridad”.
Koraj despreciaba la luz. Según su visión, la oscuridad era la que rodeaba por completo la verdad absoluta del Creador infinito.
Según el plan de Koraj, la gente viviría una vida materialista, sin tener que soportar la carga que implica buscar inspiración espiritual. Con el tiempo, cada vez más gente comenzaría a apreciar las cosas como él las entendía. Comprenderían que el materialismo podía satisfacerlos y que eso constituía una evidencia de que Di-s no se puede expresar en una medida limitada de luz.
¿En qué se equivocaba Koraj?
Comencemos por señalar en qué tenía razón:
Tenía razón en que la oscuridad tiene una fuente más elevada que la luz.
Tenía razón en que lo material tiene una fuente más elevada que lo espiritual.
Y aun así, su filosofía era por completo errónea.
Estaba equivocado porque para entender la verdad de la oscuridad se necesita de luz. Sí, por supuesto que lo material es la más grande manifestación de la esencia. En la era mesiánica, lo material manifestará su propia fuerza, como dice el profeta: “Toda carne como una sola verá que la boca de Hashem ha hablado”. Aun así, la única manera en la que una persona puede penetrar la coraza de lo material y conectarse con su fuente es subyugar lo material a lo espiritual.
Sólo cuando permitimos que la Torá ilumine la vida con su luz espiritual, con un deseo de santidad, somos capaces de apreciar que lo material es expresión de la esencia de Di-s. Sólo un alma inspirada por Aarón puede revelar la esencia superior del cuerpo y conectarse con ella. Sólo la luz puede reconectar la oscuridad con su fuente noble.
Un alma iluminada con luz espiritual puede encontrar a Di-s adonde sea que mire. No sólo en la luz, sino también en la oscuridad; no sólo en lo sagrado, sino también en lo mundano; no sólo en el cielo, sino también en la tierra. (www.es.chabad.org)
«Quizás la ignorancia sea complaciente, de todas formas es mejor ser sabio, aunque esto implique sufrir un dolor»
!!Cuan dificil le resulta al hombre, despojárse de su váno saber, en su búsquedad de D- !!
«Y cuan improductivo es en el ámbito espiritual, pretender valérse de él, en su afan por «conocérle»!!
Meditemos en torno a ello , y aceptemos por buena y justa, la premisa segun la cual; «temer a D-» y abandonárnos en Sus Manos, prescindiendo de todo planteamiento humano, representa la única conducta sábia que podamos adoptar, tenida como tal por ÉL …