Casi todas las provocaciones que acapararon los titulares de Irán en los últimos meses, desde el sabotear y apoderarse de buques tanqueros petroleros hasta ataques con aviones no-tripulados (drones) a oleoductos sauditas, son obra no de sus afiliados tradicionales a su personal militar, sino del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).
Imagen de portada: En sentido de las agujas del reloj desde la parte izquierda más alta: Cadetes del CGRI en desfile, un búnker subterráneo de misiles balísticos del CGRI, la milicia paramilitar Basij y naves de rápido ataque del CGRI
Esta institución paramilitar a la sombra fue establecida por el difunto Ayatolá Ruhollah Jomeini con el mandato constitucional que se le otorga, de “custodiar” la revolución de 1979 que dio lugar a la República Islámica de Irán, de los enemigos en el país y en el extranjero. Esta ha sido extraordinariamente efectiva tanto como para eliminar las protestas internas como para combatir a los adversarios externos.
Internamente
Los aproximadamente 125.000 hombres fuertes del CGRI surgieron de las fuerzas resguardo que protegían a Jomeini y a otros altos clérigos (quienes desconfiaban de los cuerpos militares y policiales heredados del Shah) durante los primeros días de la revolución iraní.
Imagen: La milicia Basij del CGRI tiene amplia libertad para acabar con cualquier disidencia que se presente.
Esta fuerza pronto pasó a asesinar a opositores de la naciente república islámica, aplicando violentamente sus estrictos códigos sociales y abriéndose paso dentro de cada rincón de la sociedad iraní. Su milicia paramilitar voluntaria, el Basij (Nirou-ye Moqavemat-e Basij, Fuerza de Resistencia y Movilización), abominable en Occidente por organizar ataques tácticos frontales dirigidos contra multitudes durante la guerra Irán-Irak de 1980-1988, posee millones de miembros.
La filial universitaria del Basij, la Organización Estudiantil Basij (OEB), ha desempeñado un papel fundamental en monitorear y suprimir la represión de la disidencia anti-gobierno entre los estudiantes, tal como lo demuestra el autor de la publicación trimestral Medio Oriente Saeid Golkar, profesor asistente de ciencias políticas en la Universidad de Tennessee-Chattanooga. Este grupo fue fundamental en suprimir y contener las protestas masivas a nivel nacional que estallaron luego de las elecciones presidenciales en Irán en el año 2009.
El CGRI no responde a funcionarios electos sino únicamente al Líder Supremo.
A diferencia del tradicional ejército y los cuerpos policiales de Irán, el CGRI no responde a los líderes iraníes que han sido electos y muy frecuentemente ha hecho oposición a sus políticas. Pero la ilusoria suposición de muchos en Occidente de que el CGRI es una institución “villana” (el antídoto por el cual se encuentra invariablemente comprometida con los “moderados” electos) es falsa. “El grupo rara vez se ha involucrado en actividades no-aprobadas por el liderazgo iraní”, concluye el autor de la publicación trimestral Medio Oriente, Michael Rubin, un académico residente del Instituto American Enterprise. Responder directamente y sin intermediarios al Líder Supremo Ayatolá Ali Jamenei, es la expresión más pura de autoridad de la República Islámica.
Eso no quiere decir que el CGRI sea igual que un obediente perrito faldero o que no posea una agenda. Los líderes iraníes electos, en especial el Presidente Akbar Hashemi Rafsanjani (1989-1997), descubrieron que la forma más fácil de mitigar las interferencias del CGRI era prodigar lujosos contratos estatales en compañías propiedad de actuales y anteriores funcionarios del CGRI. Sin embargo, tal como explica el autor de la publicación trimestral Medio Oriente Ali Alfoneh, miembro principal del Instituto Washington de Políticas en el Cercano Oriente, al hacerlo crearon masivos conglomerados del CGRI que dominan mayormente la economía iraní, especialmente los sectores de energía, construcción y telecomunicaciones junto a “una élite unificada y consolidada” investida en proteger tales intereses.
Ex-comandantes del CGRI se han colocado al frente de las esferas políticas y culturales.
Además, los ex-comandantes del CGRI se han colocado al frente de las esferas políticas y culturales en Irán. El predecesor del Presidente Hassan Rouhani, Mahmoud Ahmadinejad y casi la mitad de sus ministros de gabinete eran ex-oficiales del CGRI. Alfoneh luego advirtió que el creciente poder del CGRI pudiera muy bien “hacer de Jamenei un prisionero de su propia Guardia Pretoriana, allanando el camino para que se produzca una dictadura militar”.
Sin embargo, mientras Jamenei y el CGRI mantengan un frente público unido, es difícil determinar con precisión quién toma las decisiones. La reciente sucesión sin precedentes de operaciones violentas contra los enemigos externos de Irán por parte del CGRI y sus agentes (véase debajo), que comenzó dos semanas después de que Jamenei reemplazara abruptamente al comandante del CGRI Mohammad Ali Jafari por su diputado más belicoso el General Hossein Salami, es consistente con cualquier lectura de la estructura de poder iraní.
Externamente
Imagen: Mayor General Qasem Soleimani, comandante de las Fuerzas Qods pertenecientes al CGRI.
La guerra de cuarenta años del CGRI contra los enemigos externos de la República Islámica, liderada por sus élites Fuerzas Qods, es una obra maestra de guerra asimétrica.
Al comienzo, las Fuerzas Qods demostraron ser expertos en desarrollar agentes regionales y clientes bien adaptados a las condiciones geográficas, políticas y demográficas de sus países anfitriones. En el Líbano y el sur de Irak, hogar de comunidades chiitas minoritarias altamente agraviadas, establecieron movimientos revolucionarios a imagen y semejanza de Jomeini (Hezbollah y lo que ahora se conoce como la Organización Badr, respectivamente). En las áreas palestinas, donde no existían chiitas que cobren vida, el CGRI apoyó tanto al movimiento islamista sunita de Hamas como al grupo Yihad Islámico palestino, una organización puramente militar caracterizada por el miembro del MEF Ginsburg/Ingerman Jonathan Spyer como una “franquicia propiedad absoluta del CGRI”. Al norte de Irak, donde habitaban pocos chiitas pero las condiciones eran ideales para provocar insurgencias, las Fuerzas Qods ayudaron al peshmerga kurdo a combatir contra Saddam Hussein.
El CGRI es experto en cultivar agentes estados muy bien adaptados a las condiciones locales.
Estratégicamente, el CGRI aspiraba crear un corredor contiguo de control desde territorio iraní hasta el Mediterráneo. Sin embargo, las oportunidades para establecer una presencia del CGRI en la mayoría de los estados árabes (incluyendo Siria, a pesar de la alianza del régimen de Assad con Irán) estaban limitadas antes del año 2011 por su relativa estabilidad política. Sin embargo, desde la así llamada “Primavera Árabe”, la contracción o colapso de la autoridad estatal en varios países clave ha convertido a las Fuerzas Qods en “un instrumento perfectamente adecuado para el momento que la región experimenta actualmente”, escribe Spyer y convirtió a su líder, el Mayor General Qassem Soleimani, en un nombre muy popular en el Medio Oriente.
En Yemen, el CGRI proporcionó armas y suministros a los rebeldes Houtie que se apoderaron de la capital en el año 2015 y se resistieron obstinadamente ante la intervención liderada por Arabia Saudita en nombre del gobierno reconocido internacionalmente. Este éxito es testimonio de la “sin igual habilidad del CGRI en la práctica de guerra política y paramilitar”, escribe Spyer y los sauditas no tienen “ninguna capacidad paralela para utilizar clientelas”.
Perfiles de las milicias sirias respaldadas por el CGRI por Aymenn Jawad al-Tamimi
Liwa al-Sayyida Ruqayya
Liwa al-Mukhtar al-Thiqfi
Katibat Ali Sultan
Saraya al-Ra’ad
Fawj Sheikh al-Jabal
Las Fuerzas 313
Fawj Ra’ad al-Mahdi
Liwa Khaybar
Liwa al-Ahrar
Milicias sirias de Hezbollah de Nubl y Zahara’
Su habilidad en contra-insurgencia ha demostrado ser igualmente insuperable. Spyer acredita al CGRI por salvar al régimen del Presidente sirio Bashar Assad. En lugar de tratar de fortalecer al ejercito uniformado del país según la agenda de contra-insurgencia en Occidente, el CGRI ayudó a reclutar, entrenar y financiar una red de milicias autóctonas pro-gobierno, complementada por miles de combatientes chiitas extranjeros.
Los estudios realizados por el investigador del MEF Aymenn Jawad Al-Tamimia a los grupos que han sido respaldados por el CGRI en Siria, (véase el recuadro) ilustra el deseo del CGRI de operar dentro del sistema de una Siria liderada por Assad, en lugar de ser totalmente independiente de este (como en el Líbano). Por lo tanto, la mayoría de los grupos respaldados por el CGRI se encuentran en los registros de las Fuerzas de Defensa Local (FDL) y por ende, están afiliados a las fuerzas armadas oficiales sirias.
Aunque la red de las FDL es supervisada conjuntamente por militares sirios y oficiales del CGRI, para el 2015, según Tamimi, los oficiales de las Fuerzas Qods asumieron el mando efectivo de las fuerzas de asalto pro-régimen siendo su objetivo recuperar el interior de Siria. Habiendo finalizada ahora en gran parte la guerra en Siria, el CGRI ha continuado expandiendo sus infraestructuras en Siria, incurriendo en ataques aéreos periódicos en territorio israelí.
Más o menos lo mismo sucedió en Irak, donde las fuerzas de seguridad uniformadas del régimen respaldadas por Irán colapsaron ante un ataque de ISIS ocurrido en el 2014 que reivindicó grandes extensiones del país. Al igual que en Siria, una red liderada por el CGRI de mayoría (aunque no exclusivamente) de milicias chiitas, encabezó la campaña con el propósito de reconquistar el país. Las milicias chiitas iraquíes que operan bajo el control directo del CGRI incluyen a la Organización Badr, Ktaeb Hezbollah, Asaib Ahl al-Haq y Hezbollah al-Nujaba. Estas dominan las 150.000 unidades de movilización popular (UMP). Bajo presión estadounidense, el Primer Ministro iraquí Adel Abdul Mahdi, emitió un decreto en julio, 2019 que ordenaba la integración de las milicias chiitas en las fuerzas de seguridad iraquíes, pero Spyer argumenta que esto es una farsa total.
Todo dicho, el número de combatientes armados no-iraníes en la región que responden al CGRI aumentó mayormente a más de 200.000 individuos.
Imagen: Equipos de rescate peinan los restos de los cuarteles de la Marina de los Estados Unidos en Beirut, 1983.
Además, el CGRI ha orquestado directamente operaciones terroristas contra objetivos israelíes/judías y estadounidenses en el extranjero, especialmente los atentados ocurridos en 1983 a la embajada de los Estados Unidos y a los cuarteles de la Marina en Beirut, los atentados en 1992 y 1994 a objetivos judíos en Buenos Aires y el atentado en 1996 a los cuarteles de Khobar en Arabia Saudita.
El CGRI y sus agentes han “desempeñado un papel principal en atacar a los estadounidenses”, escribe el presidente del Foro del Medio Oriente (FMO) Daniel Pipes, quien estima que más de 1.000 soldados estadounidenses han perdido la vida a manos de las fuerzas de estos agentes estados iraníes, principalmente en Irak luego que el gobierno de los Estados Unidos derrocara a Saddam Hussein en el 2003.
Los agente estados del CGRI en el extranjero mantienen un amplio contacto con la diáspora chiita (principalmente iraní y libanesa), lo que les otorga influencia en lugares tan lejanos como África y América Latina. En Venezuela, según el miembro del MEF Joseph M. Humire, las milicias pro-gobierno quienes se transportan en motocicletas conocidas como “colectivos” están “claramente modeladas y entrenadas por la milicia paramilitar Basij iraní”.
En sociedad con el CGRI, Hezbollah ha desarrollado una red criminal global que se estima obtiene más de un billón de dólares anuales, permitiéndole lograr una “autonomía financiera significativa de Irán”, señala el compañero becario del FMO Todd Bensman y hace que sus operaciones sean efectivamente a prueba de sanciones.
El CGRI dirige una gran flota de botes de rápido ataque, alistada para cortar aproximadamente un tercio de los suministros de petróleo del mundo que fluyen a través del Estrecho de Ormuz por medio de ataques asimétricos selectivos contra buques tanqueros, una táctica del CGRI perfeccionada durante la guerra Irán-Irak. Luego de años de inacción, en mayo del 2019, la “armada” del CGRI llevó a cabo ataques tipo sabotaje contra cuatro buques comerciales frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos, seguidos de dos más en junio. En julio, el CGRI cambió tácticas y se apoderó de tres tanqueros petroleros.
El CGRI y sus agente estados controlan una serie de misiles balísticos capaces de alcanzar objetivos en toda la región. El año pasado, el propio CGRI disparó misiles en dos oportunidades contra objetivos más allá de las fronteras de Irán – siete misiles Fateh-110 alcanzaron las bases de los rebeldes kurdos iraníes al norte de Irak y una barrera de fuego de misiles Zulfiqar y Qiyam dio en el blanco sobre uno de los últimos enclaves restantes de ISIS en Siria (aparentemente en respuesta a un ataque a un desfile del CGRI realizado por separatistas árabes en la provincia iraní de Khuzestan semanas antes).
Además, el CGRI mantiene sus propios sistemas de defensa aérea, particularmente en la región del Golfo. El 20 de junio, este derribó un drone estadounidense tipo RQ-4 Global Hawk que tiene un costo de $130 millones.
El CGRI posee una unidad especializada en el despliegue del sofisticado arsenal de drones de Irán. En febrero, 2018 un drone del CGRI fue derribado después de ingresar al espacio aéreo israelí. En julio, 2019 el CGRI se jactó abiertamente de que esta unidad atacó a disidentes kurdos acampados cerca de su frontera con Irak. Más importante aún, este ha entrenado a sus milicianos agentes estado en el uso de drones. El 14 de mayo, 2019 drones lanzados desde el sur de Irak atacaron las instalaciones petroleras sauditas, un ataque inicialmente acreditado a los rebeldes houties en Yemen.
Normativa estadounidense.
Imagen: El nuevo comandante del CGRI Hossein Salami, declaró el 15 de mayo que se está preparando para una “confrontación total” contra los Estados Unidos.
La campaña denominada “máxima presión” ejercida por la administración Trump sobre Irán con su propósito de desmantelar su programa nuclear le colocó directamente en curso de colisionar con el CGRI. El CGRI prosperó bajo las sanciones durante la administración Obama, quien le otorgó eximir ciertas regulaciones que le permitieron continuar con exportaciones sustanciales de petróleo iraní y no ejerció plenamente su poder discrecional para castigar a los infractores – en efecto, creando un ambiente donde las ilícitas conexiones internacionales del CGRI y el cheque en blanco otorgado por Jameini le dio a sus empresas una ventaja sobre sus competidores. No sucederá más.
El punto de quiebre para el CGRI llegó en abril, cuando la Casa Blanca anunció su designación como organización terrorista al CGRI. Además de ampliar su capacidad administrativa para castigar a terceros que ilícitamente comercian con Irán, la medida fue más que todo una advertencia, según el miembro del Foro del Medio Oriente FMO Seth Frantzman, de que Washington “ve a Irán como responsable del comportamiento de sus agentes estado”.
La campaña denominada ‘máxima presión’ sobre Irán por parte de la administración Trump la ha puesto en colisión directa con el CGRI.
La reacción que tuvo la administración Trump a las posteriores olas de violencia del CGRI ha sido inusualmente somnolienta – en gran parte limitada al envío de un grupo de fuerza naval al Golfo Pérsico con el objetivo de proteger las rutas navieras.
Pipes, quien durante años ha instado a los Estados Unidos a que “responda ante las atrocidades cometidas por el CGRI con el lenguaje que los líderes iraníes solo entienden, la fuerza”, quedo decepcionado ante la respuesta de la administración Trump ante tales provocaciones. “Vean lo que estos han hecho y hasta ahora no ha habido ninguna respuesta de los Estados Unidos”, dijo este en una entrevista el 22 de junio, negligencia y apatía que muy seguramente envalentonará a los líderes del CGRI. “Si yo estuviese en sus lugares, ciertamente me sentiría bastante seguro”. Trump, este agregó, “debería haber respondido destruyendo parte de la infraestructura nuclear iraní”.
Israel parece estar menos a favor de dejar pasar los desafueros del CGRI y que estos no reciban respuesta. Este ha llevado a cabo frecuentes ataques aéreos en Siria contra el CGRI y sus agentes estados durante el transcurso de la guerra civil y parece ser que ahora los activos y bienes del CGRI en Irak ya no se encuentran a salvo de las represalias israelíes. A mediados de julio, un alto comandante de Al-Qods en Irak fue asesinado en el primero de los cuatro misteriosos ataques aéreos en Irak al que el CGRI le atribuyó responsabilidad a Israel.
Gary C. Gambill es editor general en el Foro del Medio Oriente.
Traducido por Hatzad Hasheni
https://www.meforum.org/59206/backgrounder-islamic-revolutionary-guard-corps?
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.