El ataque a las refinerías saudíes que impactó en el mercado mundial de petróleo(Reuters)
Las declaraciones emitidas por países de casi todo el mundo condenando y denunciando un acto criminal o terrorista ya no son suficientes ni convincentes. Luego de los ataques iraníes que golpearon la columna vertebral de la economía global en Arabia Saudita, ha llegado el momento de que el mundo se mueva a un nivel más alto que las simples y repetidas declaraciones.
Para varios líderes árabes del Consejo de Cooperación de los Países del Golfo (CCPG), frenar la amenaza iraní a la economía mundial depende más de las acciones que de las palabras.
Para ello, posiblemente una de las soluciones más adecuadas es la política de respuesta colectiva, propuesta dos veces por el primer ministro británico, Boris Johnson. La primera vez, Johnson lo propuso en una declaración conjunta con la canciller alemana Ángela Merkel, y lo reitero en una segunda oportunidad durante una conversación telefónica personal con el Príncipe Heredero de Arabia Saudita.
Los socios internacionales de Arabia Saudita, especialmente los europeos, están convencidos que el ataque de Aramco fue un duro golpe para sus intentos de los últimos años por contener al régimen iraní; y ello no solo porque podría causar un desastre económico en sus propios países, sino porque decepcionó mucho a los países europeos que simpatizan con el régimen y se han sentido engañados y utilizados por los khomeinistas.
El ataque de Aramco es considerado por el CCPG como un acto de guerra que Teherán ha mostrado al mundo de forma irresponsable, y debido a esa conducta del régimen khomeinista, incluso los socios europeos de Irán se verán obligados a elegir la opción de una «acción colectiva».
Este escenario ha estado ausente durante mucho tiempo de la política al tratar con el estado revolucionario iraní, lo que le permitió penetrar en la comunidad internacional con falsos discursos para llegar a amenazar la seguridad y la estabilidad del mundo lanzando misiles balísticos a sus vecinos, en una violación sin precedentes de las reglas básicas del sistema internacional.
Si se pasan por alto estos actos de agresión, el mundo se convertirá en una jungla con más inseguridad, especialmente después del fracaso del enfoque de «la política del palo y la zanahoria con el régimen iraní«. Sin lugar a dudas, la mayoría de los países europeos que han seguido este camino en sus relaciones con Irán, ahora se avergüenzan de todos sus intentos de contener al régimen y usar la diplomacia con un estado rebelde que ha mentido y esgrimido pretextos vacíos continuamente.
La política de represalia colectiva que algunos estados europeos ahora proponen puede ser el palo apropiado de disuasión sobre Irán, y así se evitara que continúe alterando el sistema internacional. Más exactamente, esta política será un mensaje firme para cualquier estado en el futuro busque seguir el camino del régimen iraní y permanecer intacto después de alcanzar impunemente sus objetivos subversivos. Hará que Irán piense mil veces antes de un sabotaje o un ataque terrorista en el futuro, sabiendo que el precio que debería pagar sería demasiado alto y de altísimo costo.
Quienes piensan que el Reino Saudí es incapaz de responder a la acción militar iraní contra él se equivocan. La Fuerza Aérea de Arabia Saudita, por ejemplo, tiene la capacidad de tomar represalias devastadoras en respuesta a ese ataque. Sin embargo, Arabia Saudita es un estado que en la última década adhiere al sistema internacional y las leyes internacionales, y se abstiene de realizar actos imprudentes sin una base legal y evidencia que lo avale, y principalmente sin una cobertura internacional.
Así como Arabia Saudita está asumiendo su papel en la preservación de los suministros mundiales de petróleo, lo que ayuda a mantener la seguridad y la estabilidad mundial, todos los países del mundo, pequeños y grandes, también tienen la responsabilidad de detener a cualquier país que debilite esta estabilidad.
Por tanto, para aquellos que exigen que el Reino responda solo a los ataques iraníes, deberían considerar elementos concretos y no pedir a Arabia Saudita que asuma sólo la responsabilidad de la seguridad y la estabilidad de los suministros mundiales de petróleo.
Así como Arabia Saudita ha cumplido sus responsabilidades como nunca antes lo ha hecho, las grandes potencias tienen el deber compartido de responder colectivamente a la agresión iraní contra sus intereses económicos.
Pero, ¿Cómo sería una respuesta colectiva? La NBC informó que las opciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, incluyen ataques militares contra instalaciones militares y petroleras del agresor iraní y es aquí donde se debe manifestar el papel de «la responsabilidad colectiva de los estados» dentro del contexto de la «respuesta colectiva».
Cualquier reacción colectiva firme y fuerte debe cambiar en gran medida la ecuación y hacer que Irán lo considere mil veces antes de repetir tales ataques contra la seguridad y la estabilidad mundiales.
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