Las sonrisas de su Presidente y los trajes modernos de su Canciller, no pueden ocultar la naturaleza del régimen de la República Islámica de Irán, un régimen oscuro que se perpetúa en el poder oprimiendo a sus ciudadanos, que recurre a la violencia y el terrorismo para imponer su agenda y que osa llamar pública y explícitamente a la destrucción de un país miembro de la comunidad de naciones, Israel.
Claro está que la amenaza principal sería un Irán convertido en potencia nuclear. Pero sería un error ver sólo en eso el problema. También en el plano convencional hay serios desafíos.
Pero vayamos por orden, analizando los distintos frentes.
Nos valemos en gran medida de los interesantes análisis de tres destacados expertos del INSS, el Instituto de Investigaciones de Seguridad Nacional de Israel, que recibieron esta semana a un pequeño grupo de periodistas en el cual nos incluimos, precisamente para abordar a fondo el tema de Irán.
Es esta una oportunidad para agradecer a Media Central que organizó el encuentro, y muy especialmente a los especialistas: Sima Shine, que encabeza en el instituto el programa de estudio de Irán, Ephraim Kam y Eldad Shavit.
Esta es la primera parte, sobre el tema nuclear. Aclaramos de antemano que no entramos en el análisis de los posibles escenarios futuros ya que hay mucho de especulación en ello. Optamos por concentrarnos en los hechos ya conocidos, que ocurrieron o están desarrollándose ahora.
EL TEMA NUCLEAR
– El acuerdo firmado en julio del 2015 por el entonces Presidente Barack Obama y las 5 potencias, tenía la ventaja de postergar en por lo menos 10 años todo el programa nuclear de Irán, pero por otro lado dejaba en sus manos la infraestructura necesaria para, en un futuro, avanzar hacia poderío atómico, como algo legítimo, a pesar de que durante años Irán mintió, engaño a la comunidad internacional y violó el Acuerdo de No Proliferación nuclear.
– El Primer Ministro de Israel Biniamin Netanyahu se opuso desde un primer momento a ese acuerdo, afirmando que era negativo para Israel y que estaba basado en las mentiras de Irán. No todos concordaban respecto a esta lectura del acuerdo.
– En abril del 2018, Netanyahu presentó públicamente parte del archivo nuclear secreto de Irán traído desde Irán por el Mossad. Allí había pruebas claras de que Irán había mentido al alegar durante años que su programa nuclear estaba orientado únicamente a uso civil. Quedó claro que había hecho experimentos para el desarrollo de una bomba atómica. Con eso, afirmó Israel, era evidente que la firma del acuerdo nuclear en julio del 2015, se había basado en una mentira de Irán así como en negligencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que nunca se impuso debidamente para recibir respuestas claras a varios puntos relativos a lo que se conoce como “la posible dimensión militar” del programa nuclear iraní.
– La crisis comenzó cuando Trump se retiró del acuerdo nuclear, en mayo del 2018. De inmediato comenzó a imponer duras sanciones económicas a Irán.
– Durante un año, Irán esperó que Europa le salve la situación y actuó, fuera de las críticas públicas duras a Trump, con “paciencia”. Un año después de la retirada de Trump, Irán comenzó a adoptar otra actitud, anunciando periódicamente violaciones del acuerdo nuclear, alegando que si Trump se fue y canceló los beneficios que el acuerdo daba a Irán, pues tampoco ellos tienen que cumplir la cosas como antes.
Las sanciones de Trump
– Las sanciones tienen un efecto indudable sobre la economía iraní. Inciden en los números del empleo y crecimiento, lo cual afecta la vida diaria. El agravante es que la población pensaba que a raíz de la firma del acuerdo, comenzaría a mejorar la situación y finalmente todo retrocedió.
– Económicamente, las sanciones funcionan, pero políticamente, no consiguen el objetivo de Trump. Su intención era lograr que Irán, presionado, decida que no puede seguir así y acepta sentarse a negociar un nuevo acuerdo nuclear. Pero eso es producto de no conocer a fondo la mentalidad del adversario-enemigo-interlocutor. Irán no da el brazo a torcer y el líder supremo Ali Khamenai ya dijo personalmente que Irán no negociará con Estados Unidos.
– Si en algún momento Irán vuelve a negociar un nuevo acuerdo, no será con Trump solo, sino con todas las potencias juntas, las que suscribieron el primer acuerdo. La retirada norteamericana del acuerdo y las duras sanciones impuestas por Trump, confirmaron la falta de confianza que Khamenai siempre tuvo en Estados Unidos.
Según estima Sima Shine, Irán tratará de maniobrar con las sanciones en espera de ver quién será el próximo Presidente norteamericano. “Frente a la presión máxima de Trump, surge la máxima resistencia del lado iraní. Y eso está funcionando porque parecería que Irán aprendió a lidiar con la severa situación económica”, declaró.
Shine dio tres ejemplos al respecto:
– Lograron traer dinero a casa.
– Numerosos países cooperan con Irán y tratan de ver cómo pueden ayudarle. Quienes no lo hacen son compañías privadas que temen por sus intereses económicos en el mercado estadounidense.
– Contrabando de importantes dimensiones.
Resumen: “Así ve Irán su posición respecto a las sanciones: son difíciles pero podemos sobrevivir. No están al borde del colapso”, afirma Sima Shine.
Las violaciones del acuerdo nuclear
Un año después de la retirada (mayo 2018) de Trump del acuerdo nuclear con Irán firmado por su antecesor Barack Obama y 5 potencias, Irán comenzó a erosionar el acuerdo gradualmente. “Hasta el 4 de noviembre, la política iraní en este sentido era muy lenta, gradual y cautelosa”, dice Sima Shine, explicando que daban pasos que violaban el acuerdo pero que estimaban que en principio podían ser vistos por Europa como “violaciones menores”, especialmente en una situación en la que no está absolutamente claro cuáles son las líneas rojas de los europeos. Además, daban a entender que se trataba de pasos absolutamente reversibles, si ellos volvían a recibir los beneficios económicos que les daba el acuerdo nuclear, y que quedaron neutralizados con las sanciones impuestas por Trump.
“Pero ahora”, comenta Shine, “parece que se acercan a líneas rojas de Europa”.
– Es que el 4 de noviembre Irán dio el cuarto paso de violación del acuerdo, el más dramático hasta ahora: duplicó en Fordu el número de centrifugas avanzadas IR-6, capaces de enriquecer entre 7 y 10 veces más que las comunes, o sea que tendrán mucho más uranio. “Esto permite a Irán avanzar en todo lo relacionado a investigación y desarrollo mucho más que lo que les permitía el acuerdo”- explica Shine.
Esta es por ahora la violación más seria del acuerdo.
Es importante recordar que Fordu era una instalación secreta que fue descubierta por información de Inteligencia. Allí, según el archivo nuclear secreto de Irán que el Mossad logró traer a Israel, Irán planeaba enriquecer uranio a nivel militar. El acuerdo nuclear permitía que de las 3.000 centrifugas que Irán tenía allí, pueda mantener 1.000 para isótopos medicinales. Pero el cambio que anunció conduce a otra cosa. Lo central es que esto le permitirá a Irán acumular mucha mayor cantidad de uranio enriquecido, clave para llegar a la bomba, y más que nada, acortar el tiempo que necesitaría para tenerla, desde el momento que tome la decisión al respecto. Es lo que se conoce el tiempo de “breakout” hacia la bomba, la irrupción hacia su desarrollo definitivo.
– Este sábado 9/11 Irán anunció que enriquece uranio a un nivel del 5%, en lugar del 3.67% permitido por el acuerdo nuclear firmado en julio del 2015. Aún está lejos del nivel militar (90%) e inclusive del 20% al que Irán ya enriquecía uranio antes del acuerdo, pero es otro paso en esa dirección.
El problema de Israel
– De más está decir que la amenaza principal sería que Irán se convierta en una potencia nuclear. El peligro es una bomba atómica en manos de un régimen como el iraní, que proclama su deseo de destruir a Israel.
– Pero ya antes de llegar a ese punto clave, hay momentos de prueba en el camino, como por ejemplo que Irán logre acortar el tiempo del llamado “breakout” hacia la bomba, o sea el tiempo que le llevaría armar la bomba desde que toma la decisión de hacerlo. Si va desarrollando con mayor rapidez todos los elementos necesarios para ello, en primer término el uranio enriquecido, va avanzando.
– Un problema concreto es cómo determinar cuál es la línea roja tras la cual Israel no puede abstenerse de reaccionar. O sea, cuál es el punto en el tiempo después del cual la carrera hacia la bomba es irreversible.
– Y la gran pregunta al respecto es qué más puede estar haciendo Irán ya ahora en secreto, sin que nadie sepa, tampoco Israel. Ya lo hizo en el pasado y logró esconder grandes avances durante no pocos años. ¿Y si también ahora logran tener una instalación secreta-así como lo fue Fordu años atrás- en la que ya tienen miles de centrifugas avanzadas trabajando intensamente?
-Otro problema de Israel es la personalidad y forma de gobernar de Trump. Por más que Netanyahu lo considere su principal aliado, es muy difícil confiar en Trump. Es impulsivo, no está interesado en los detalles de los acuerdos que él mismo firma, y si en determinado momento llega a la conclusión que para evitar una guerra-que evidentemente no quiere- lo mejor es volver a acercarse a Irán y levantar las sanciones al menos parcialmente, puede que acepte un acuerdo que sea negativo para Israel más que el anterior.
Entre el potencial y la bomba
Sima Shine explica que lo que aún no está absolutamente claro es si Irán realmente quiere tener bombas atómicas o le basta con ser un país “al borde”, lo cual también le da fuerza para amedrentar.
“Según el archivo traído por el Mossad, es indiscutible que las directivas de Irán era poseer en aquel momento 5 bombas. Si hoy en día tienen el mismo encare que tenían en el 2003, probablemente busquen hoy por lo menos 15…”. Pero no hay plena certeza de que esa sea la línea hoy.
En cuanto a la posibilidad técnica y el tiempo que puede transcurrir, depende de cuántas centrifugas sean activadas. De ello depende cuánto tiempo les llevará acumular material fisible que es lo que le permite llegar a la bomba. Y en eso incide también si alguien intenta frenarlo por ejemplo con un operativo militar.
“Irán está trabajando en esto desde fines de 1987”, recuerda Sima Shine. “No son tontos ni malos técnicos ni tampoco les falta conocimiento. Si aún no tienen 50 bombas no es porque no sabían cómo o porque no querían, sino porque muchos países colocaron en su agenda la necesidad de frenarlos”.
Es que mientras se considera que Irán avanza pero aún no cruza las líneas rojas, es una cosa. Si Irán avanza decididamente para concretar una bomba, sabe que se expone a que le ataquen. Si está al borde, puede con ello tener la fuerza necesaria para amenazar a otros, pero aún no es un poder nuclear.
Shine agrega: “Ahora ya sabemos, es público, que Irán sabe cómo construir una bomba atómica, cómo emplazar un cabezal nuclear en un misil. Por ello, está claro que se lo pueden frenar únicamente durante el proceso de enriquecimiento de uranio. Cuando ya tengan suficiente material, en un país tan grande como Irán, en el que no podemos saber con certeza que encontramos toda instalación secreta, ya será tarde”.
Entre la inoperancia de la «diplomacia europea» y de los organismos internacionales, la tibieza del resto, y las divisiones en el mundo árabe, El regimen irani sigue abriendose camino, fortaleciendo de paso una posicion que desea hegemónica,al tiempo que extendiendo sus franquicias por el mundo, desarrollando su armamento nuclear, y ampliando su zona de influencia …a ésto ha conducido la ausencia de una politica comun y firme frente a él, y el juego de estratégias llevado a cabo por potencias como Rusia, China o Turquia …de todo ello, Israel es la primera víctima, por cercania geográfica y por situarse en el visor de los objetivos del regimen, con caracter prioritario; pero no la única, ya que ahi no terminan los ahnelos expansionistas de éste último, y de ello deberia ser conciente la llamada «comunidad internacional» tan dispuesta y unánime siempre en condenar a Israel, como pusilánime y acobardada cuando se trata de parárle los pies a un regimen represivo y sanguinário convertido en uno de los mayores peligros (sino el mayor) para la paz y la estabilidad …