Moshe Lion lleva poco más de un año al frente de la ciudad. Resultó electo en noviembre de 2018, y asumió en diciembre tras más de diez años de gestión de Nir Barkat. El primer alcalde de descendencia sefaradí de Jerusalem describe a la capital como “uno de los lugares más místicos del mundo”. Lion, en diálogo exclusivo con Ynet Español, destacó la importancia del traslado de embajadas a la ciudad y, cuenta, se ha propuesto trabajar para que Jerusalem sea “la ciudad de la alta tecnología en Israel”.
–¿Cómo definiría su tarea al frente de una de las ciudades más importantes del mundo?
–Lo veo como un privilegio. Es una tarea de suma importancia. Mi misión es cuidar de esta antigua ciudad, que es santa para las tres grandes religiones monoteístas, y al mismo tiempo avanzar sobre ella, desarrollarla y convertirla en un lugar de vanguardia.
–¿Cuáles son las complejidades de administrar Jerusalem?
–Esta es una ciudad muy particular, de una variedad cultural que es única. Aquí se encuentran los lugares más sagrados para las principales religiones. Cuando resulté electo manifesté mi intención de ser el alcalde de todos –sin distinciones– atendiendo las necesidades de los habitantes que residen en esta capital. Esa es mi forma de gobernar. Considero que en este tiempo he logrado abordar muchas de esas demandas, sin discriminar la religión o el origen de quienes las requieren.
–¿Cómo analiza el proceso de traslados de embajadas a Jerusalem?
–El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho importantes avances históricos en los últimos años respecto de su relación con Jerusalem. Él es un verdadero amigo del Estado de Israel. Estados Unidos fue el primero en trasladar su embajada a Jerusalem y estoy seguro de que habrá otros que entiendan la importancia de seguir ese camino. Jerusalem es la capital del Estado de Israel, y espero que el resto del mundo actúe como lo ha hecho el presidente norteamericano: están invitados a trasladar sus embajadas aquí, éste es el lugar natural de las misiones diplomáticas.
–El mundo conoce a Tel Aviv como la «ciudad que nunca duerme»: ¿Cuál es su eslogan para Jerusalem?
–Esta también es una ciudad que no tiene descanso. Es maravillosa, con una cultura especial, que combina historia y actualidad. Estoy seguro que los turistas y visitantes disfrutan mucho más aquí que en otras ciudades de Israel. En este lugar se percibe una magia que no se encuentra en ningún otro sitio del mundo.
–¿Cuáles son las expectativas respecto del turismo en este 2020?
–En 2019 batimos el récord de visitas, con 4,5 millones de turistas que llegaron a la ciudad. Invertimos mucho en turismo, mejoramos los lugares y seguimos creando nuevos atractivos permanentemente. Los hoteles de la ciudad siempre están con capacidad colmada. En tal sentido es que actualmente trabajamos en la construcción de nuevos alojamientos y en más sitios que resulten de atracción para quienes nos visitan. Para este año espero que el número de turistas siga aumentando. Soy un agradecido a quienes nos visitan, todos son bienvenidos para disfrutar de este lugar fascinante. A todos los recibimos con alegría y con una gran sonrísa.
–¿Qué balance realiza tras haber alojado a más de 45 líderes internacionales en la ciudad con motivo del Foro Internacional organizado para conmemorar el 75° aniversario de la liberación de Auschwitz?
–Este fue el evento político más grande que Jerusalem haya recibido en su historia. Nos preparamos mucho para ello, y estoy contento de que haya superado todas las expectativas previas. La ceremonia fue muy emocionante y el mundo entendió el mensaje que se transmitió desde el corazón del pueblo judío: «nunca más».
–Como alcalde que ha sabido combinar innovación e historia, cultura y misticismo, ¿cuál es su visión de este lugar para el futuro cercano?
–Esta es una pregunta importante. Más allá del hecho de que Jerusalem es la capital de Israel y una ciudad de importancia mundial en el aspecto religioso, también hay que considerar que esta ciudad cuenta con alrededor de 900 mil residentes que viven aquí permanentemente. Mi visión para los próximos años es hacer de Jerusalem un mejor lugar para ellos y para sus hogares, por lo que trabajaremos intensamente en el desarrollo económico de la ciudad. Aumentaremos la oferta de viviendas y puestos de trabajo, mejoraremos la educación para los niños e invertiremos aún más en cultura. Esta es la clave para generar una población fuerte y estable. Estoy muy al pendiente de la industria de alta tecnología en la ciudad y pretendo hacer de Jerusalem la capital de la alta tecnología de Israel. Hoy estamos construyendo un nuevo barrio en el ingreso de la ciudad que generará 50.000 puestos de trabajo. Además, promovemos la instalación de startups en Givat Ram y Har Hatzvim. Queremos seguir creciendo.
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