Las pautas dramáticas anunciadas el miércoles por el Ministerio de Salud son parte de una batalla perdida para contener la propagación del coronavirus en Israel.
Las personas que regresan de Italia ahora deben permanecer en cuarentena durante 14 días, al igual que los que llegan de destinos asiáticos.
Deben evitarse los viajes no esenciales, así como los eventos internacionales que acogen a personas de todo el mundo o incluso reuniones religiosas masivas.
Si existe alguna posibilidad de mitigar el número de personas que se infectarían por la enfermedad, se basa en un cumplimiento meticuloso de estas pautas.
El coronavirus ya se ha informado en todos los continentes del planeta, salvo la Antártida, y se está propagando a una velocidad inigualable.
En solo tres meses, casi 100,000 personas se han infectado en todo el mundo y eso es solo la punta del iceberg.
Se confirmó que un hombre israelí estuvo expuesto al virus a su regreso de Italia y está en cuarentena en la sala especialmente preparada del Centro Médico Sheba, cuatro días después de su vuelo a casa.
Aunque podemos pensar que estamos perdiendo la pelea, hay mucho que podemos hacer para minimizar el daño y sobrevivir los próximos meses. Hay que ganar tiempo.
Con cada día que pasa, hay más información disponible para la comunidad científica que está trabajando arduamente para buscar una cura y desarrollar una vacuna que pueda dar a la humanidad la ventaja.
Debemos ganar tiempo tomando todas las medidas posibles para detener la propagación de la enfermedad a todos los rincones del país siguiendo estrictas instrucciones de cuarentena, por difíciles que puedan ser.
Una cuarentena completa podría salvar la vida de un padre, un abuelo o un vecino y podría verse comprometida cada vez que alguien decida «simplemente salir» para llevar a su hijo al centro comercial.
Cualquiera que solicite permanecer en cuarentena y se permita una o dos excursiones rápidas es una bomba de tiempo que nos pone en peligro a todos.
Los posibles portadores de coronavirus, entre los que regresan a Israel de viajes al extranjero en áreas infectadas, que no permanecen en cuarentena, seguramente acelerarán la propagación del virus.
Debemos ganar tiempo porque incluso en el peor de los casos, después que el coronavirus se haya extendido por todo el país, todavía estaría en manos de los ciudadanos frenar aún más la contaminación.
Si gran parte de la población se enferma al mismo tiempo, los hospitales no podrán brindar tratamiento a todos los necesitados.
Hay que alabar a Moshe Bar-Siman-Tov, director general del Ministerio de Salud.
Él ha estado avanzando una respuesta agresiva a esta amenaza a la salud pública y si prestamos atención a sus palabras, podremos salvarnos a nosotros mismos.
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
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