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| lunes diciembre 23, 2024

Sobreponerse a las limitaciones que impone la vida

Ofer, herido en la Guerra de Yom Kipur, perdió su brazo derecho y la capacidad de mover bien el izquierdo. Pero esos obstáculos lo hicieron crecer y creó un dispositivo que le permite montar una bicicleta todoterreno.


Cuando Ofer Eden -que ahora tiene 65 años- monta en su bicicleta todoterreno, es difícil no fijarse en él y distinguirlo desde lejos. A Ofer le falta un brazo, y pertenece a la categoría formal de “discapacitado del Ejército israelí”. A su vez, utiliza un dispositivo especial que lo ayuda a montar en bicicleta, lo que no se ve todos los días.
Cuando ahora anda tranquilamente en bicicleta con sus compañeros, puede parecer fácil, pero desde el fatídico momento en el que perdió el brazo en la Guerra de Yom Kipur hasta este mismo momento, Ofer no ha dejado de demostrarse a sí mismo y a los demás la fuerza de voluntad de la que es capaz una persona que no quiso someterse a las limitaciones que le impuso la vida.
Aunque hoy en día tiene mucha experiencia en montar en bicicleta todoterreno, en el pasado se dedicaba a otro deporte completamente diferente: “Jugaba al tenis desde que nací. Estuve en la selección juvenil de Israel, y al mismo tiempo daba clases privadas de tenis”, cuenta.
En la guerra en la que resultó herido tenía sólo 19 años, era combatiente en una unidad pequeña pero selecta de paracaidistas: la de sabotaje con explosivos. Y recuerda perfectamente el instante en el que su vida cambió. “Resulté herido en el canal de Suez, cuando cruzábamos al lado egipcio”. En tanto que unidad de sabotaje, teníamos que ser los primeros en cruzar para asegurarnos de que no había minas. No alcanzamos a decir una sola palabra, cuando nos atacaron dos aviones enemigos. No había suficiente espacio para movernos puesto que estábamos en el mismísimo canal, por lo que agarramos las armas y saltamos a un lado”, recuerda.
“Pensé dejar que el avión pasara por encima de mí para dispararle desde atrás, pero lo que ocurrió fue que de repente sentí un golpe, una especie de calor y un zumbido en los oídos. Me fijo, y veo algo parecido a un brazo a una distancia de dos metros. Vuelvo a mirar, y me doy cuenta que es mi brazo derecho, el brazo del tenis”, agrega.

Ofer

«Quería demostrarme a mí mismo y a los demás de lo que era capaz».

Ser como todos

Retiraron a Eden en camilla del lugar de los hechos, y lo trasladaron al centro del país. Además de que el brazo derecho quedó convertido en un muñón, el izquierdo se hizo pedazos. “De acuerdo con las normas médicas, tengo el brazo izquierdo paralizado”. No siento nada en tres dedos, y tengo que mirar cada vez que hago algo. No puedo hacer cosas delicadas”.
Se sometió a una breve rehabilitación, y comenzó a estudiar Ingeniería en el Technion. Esos estudios le sirvieron más adelante, cuando decidió lanzar un reto a las limitaciones. “Trabajé en varias fábricas como empleado, y en determinado momento me di cuenta que lo que quería era demostrarme a mí mismo y a los demás de lo que era capaz, lo que me creó la necesidad de reinventarme todo el tiempo”, explica.
“Fundé todo tipo de fábricas, pero el momento cumbre fue descubrir la manera de andar en una bicicleta todoterreno como deporte extremo pese a mis limitaciones. Salto, ‘hago sencillos’ y todo tipo de maniobras… Y todo con la mitad del brazo que me queda, monto en bicicleta mejor que personas normales”.
¿Cómo comenzó todo esto?
“Hace 17 años, cuando surgió la tendencia de bicicletas todoterreno, mis compañeros del ejército me dijeron: ‘Ahora nos dedicamos a este deporte de montar en bicicletas todoterreno, y tú vas a hacerlo con nosotros’. Lo primero fue encontrar bicicletas… Le colocamos una especie de espejo retrovisor como el de las motos Vespa, nos hicimos con una tapa como la de las garrafas de gas y la dimos vuelta a fin de que hubiera espacio para apoyar mi muñón».
“Al principio me caía y me revolcaba en el barro, pero con el paso de los días las cosas mejoraron, y perfeccionamos el dispositivo para evitar que me golpeara. Luego trasladamos todo el sistema de cambios y de frenos al lado izquierdo, donde tengo el brazo, y ahora me resulta fácil”.

Ofer

«Todo el tiempo tengo sueños o deseos, uno siempre pide, piensa o quiere más».
Pero aun así, ¿No hay alguna dificultad?
“Sí. El dispositivo que uso está hecho de tal forma que yo me tengo que inclinar todo el tiempo hacia adelante para empujar el muñón. No uso prótesis para no quedarme atascado y tener problemas si me caigo, por lo que el cuerpo está inclinado hacia adelante todo el tiempo. Esto me dificulta las subidas. Por un lado tengo que sostener el cuerpo para que no se vaya hacia atrás, y por el otro tengo que empujarlo hacia adelante para hacer contrapeso».
“En los descensos ocurre lo contrario. No puedo llevar el cuerpo hacia atrás como los demás, ni ponerme de pie, porque tengo que agacharme hacia adelante. Así que bajo lentamente, no me vuelvo loco, y no salto demasiado para no caerme ni que -Dios no lo permita- el muñón se salga del dispositivo”.

Prepara la próxima revolución

Hoy en día Eden monta en bicicleta todoterreno dos o tres veces por semana. “Pienso que, en una semana normal, hago unos 70 kilómetros. Además, hago ‘spinning’ (un tipo de ejercicio aeróbico en bicicleta) dos veces por semana. Y hago otras cosas, como una especie de surf dos veces a la semana, y un poco de gimnasia, la paso fenomenal”.
El próximo reto al que se va a enfrentar es la carrera “Gran Fondo Aravá 2020”, que tendrá lugar a principios de marzo y donde hará 56 kilómetros con sus amigos. “Monto en bicicleta con varios grupos diferentes. Hay dos o tres grupos con los que disfruto mucho. Andamos en bicicleta juntos una vez al mes, y cada vez en un lugar diferente de Israel, o una vez al año en el extranjero”, comenta.
¿Qué otros planes tiene para más adelante?
«Todo el tiempo tengo sueños o deseos. Uno siempre pide, piensa o quiere más. Alguna vez pensé que si conseguía andar en bicicleta, me divertiría y estaba cumplido. Pero ahora el plan es fabricar una prótesis especial que me permita hacer bien las partes de cuesta abajo en bicicleta. Esto puede ayudar a otros discapacitados que tal vez no estén muy entrenados. Este es el bichito que me empuja a hacer cambios».
“En lo que respecta a deportes, tengo intenciones de hacer windsurf. Me dije a mí mismo que si ahora hago una especie de surf y me lo paso bien, el windsurf será el próximo reto. Quienes me ven montar en bicicleta o haciendo esa especie de ‘surf’, no lo puede creer. Pero a mí me parece normal. No veo nada especial en eso”.
 
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