Estimamos que al menos parte de lo que compartiremos aquí con los lectores, ya lo habrán recibido como algunos de los innumerables mensajes que circulan por las redes sociales desde el estallido de la crisis del Coronavirus. Sin olvidar ni por un momento que el tema es serio y, más que nada, que cobra vidas humanas, creemos que es bueno que el ser humano pueda reírse de las situaciones que lo angustian y de las que no tiene muy claro cuándo podrá salir.
No dejamos de maravillarnos de la ocurrencia de la gente. A veces, minutos después de ocurrir algo sobre lo que vale la pena comentar, ya está llegando a nuestros celulares alguna broma alusiva que nos deja boquiabiertos.
De más está decir que esto ocurre en el mundo todo y por supuesto también en español. Aquí decidimos compartir algo de lo que circula en hebreo relacionado más que nada a la situación puntual que se vive en Israel, aunque por cierto tiene muchas similitudes con otros países.
Los niños en casa
Esto siempre es inspiración para buenas bromas. Por más que uno adore a sus hijos y disfrute realmente de estar con ellos, “vacaciones” adelantadas, sin término claro, sin poder salir a ningún lado, es todo un desafío. Y ni que hablar cuando los padres tienen que seguir trabajando desde casa.
Muchas madres de niños chicos y también un poco más grandecitos, se sintieron identificados con esta mujer desesperada que pide a los maestros que “aflojen”.
“Esto de estudiar a la distancia no puede seguir funcionando así. Estamos recién en el segundo día y desde la mañana ya recibí millones de mensajes en el whatsapp. Tengo 4 niños, que estén todos sanos, imagínense cuántas materias por cada uno, cuántas maestras para cada uno, y tengo sólo dos computadoras en casa. Desde la mañana se pelean por la computadora. Uno de los maestros quiere ver a mi hijo a las 8 de la mañana frente a la computadora. Pero a esa hora sólo se está dando vuelta. ¿Qué creen? La maestra de música de mi hija mandó hoy un pentagrama. ¿Qué cree que voy hacer yo con eso? ¿Qué? ¿Tengo una banda? Que espere que yo saque el clarinete para ayudar a mi hijo con las notas.
Maestros, bajen las expectativas. No se puede así. “¿Cómo se siente el niño? Que haga un dibujo”. ¿Cómo se siente? Está todo el día en el teléfono. Se siente bien. Duerme bien. Como bien. No para de comer. Pregúntenme a mí cómo me siento. Me estoy desplomando. Todo el día…acá ciencias, aquí matemáticas…¡Basta ya! Ahora nuestros hijos comprenderán qué tontos que somos. ¡En serio! ¡No puede ser! ¿Acaso yo sé convertir una fracción falsa? Aparte…si es falsa ¿para qué tenemos que dedicarnos a ella? Déjenla en paz. ¡Y estamos sólo en el segundo día! Si no nos morimos del Corona, nos vamos a morir con del estudio a distancia.
Bueno…me desahogué. Por favor, bajar el ritmo.
Que tengamos un día fabuloso”.
Ya antes de la desesperación del segundo día—y realmente no sabemos si esta madre lo filmó como broma o en serio- apenas se avisó que de cerraban las clases, apareció esto.
“Un momento…se cierran las escuelas con los niños adentro ¿no?”
Los chistes comenzaron, claro está, mucho antes. Uno de los temas: la suspensión de los vuelos.
“Ahora entiendo por qué el Mesías llegará montado en un burro. Porque no hay vuelos a Israel”.
Y está también la psicosis de conectarse continuamente a las noticias. Si bien en Israel eso es muy común, ahora todos son infectólogos. Y si no te cuentan algo, parece que se oculta un drama.
“¿Alguien puede ponerme al tanto qué pasa con el virus Corona? Es que hace 3 minutos que no recibo ninguna actualización y temo que todos se hayan muerto, salvo yo”.
Una práctica bastante extraña-que no sabemos si es singularidad israelí o se usa también en otros lados- es dar número a cada enfermo de Corona, según el orden de su confirmación como portador del virus. Al israelí Ofer Mendelevich se le ocurrió a raíz de ello un comentario apropiado.
“Primicia: El enfermo número 29, dice que él era el 28 y alguien se le coló”.
Un chiste que en realidad es más para quienes leen hebreo, pero que trataremos de explicar, es aquel en el que uno se dice que no pasa nada si se cancelan las clases , que no pierden nada si no van a la escuela. Y está todo escrito con terribles faltas de ortografía.
El fin de semana pasado, hubo fortísimos vientos especialmente en el centro y sur del país. También se publicó una noticia según la cual el 29 de abril, un asteroide de enormes dimensiones pasará muy cerca de la Tierra, y si se precipita sobre nuestro planeta, se terminó el cuento. Ahí surgió esto:
“Corona, tormentas de arena, un asteroide en camino a la Tierra, alarmas, viernes 13, el último capítulo de Fauda. Parece que D´s trajo a su hijo al trabajo y éste apretó todos los botones”.
Y nadie se olvida que dentro de menos de un mes es Pesaj.
“Este año no le dejo silla libre a Eliahu. Vaya a saber uno por dónde anduvo antes”.
Hay mucho más…para el próximo capítulo
Si para algo ha de servir esta pandemia cuyos efectos ahora nos toca padecer, es para poner de relieve nuestra vulnerabilidad frente a las distintas plagas que amenanzan nuestro mundo, el cual queda a merced de los avatares provocados por cada una de ellas …
Tambien deberiá servirnos para reorientar nuestras prioridades y cambiar ciertos habitos adquriridos en lo tocante a nuestro modelo de vida …
Si asi no lo hacemos, quedaremos expuestos a nuevas y mortíferas infecciones que a buen seguro surgiran en un futuro no tan lejano como podamos esperar …
En lo que a mi respecta, ignoro aún por cuanto tiempo, podré mantener abierta esta comunicacion , habida cuenta las restricciones impuestas por el gobierno para lugares de acceso público, lo cual de suceder, supondriá para mi una gran contrariedad …
«cruzo los dedos» para que asi no sea, y para que lo antes posible, podamos todos superar esta situacion y recobrar la normalidad …