Comparten destino, dice el anuncio. Que compartan también el manejo del país.
En repetidas ocasiones hemos escrito sobre el espacio público compartido por todos en Israel, sobre la verdad de integración de la ciudadanía árabe en la vida diaria en la vida diaria, tan distinta de la imagen oscura y a veces demoníaca que enemigos de Israel presentan a menudo. Sin olvidar que hay aún puntos que corregir y temas en los que mejorar, el cuadro general es que los ciudadanos árabes son parte de la sociedad, votan y son electos, estudian, se desarrollan, critican y aportan. Eso es posible por sí mismos y porque así es Israel, porque el Estado de esas oportunidades a todos los ciudadanos, como debe ser.
El ejemplo más notorio de la integración de la ciudadanía árabe, se ve en el sistema de salud pública, en los hospitales, donde hay numeroso personal médico árabe. Según un dato que recibimos del Profesor Yoram Yovell del Hospital Hadassah, una de cada 4 enfermeras en Israel, es árabe, o sea el 25%, y entre los médicos, la relación es de 1 de cada 8. También ahora, en tiempos de Corona. Y al igual que sus colegas judíos, también trabajan en los departamento de Corona, que en muchos casos son voluntarios, arriesgándose ellos mismos en la primera fila.
Mencionamos este tema ya que en los últimos tiempos, en el marco de la discusión política interna en las campañas electorales y los procesos políticos posteriores, los tonos de discusión no siempre fueron los más dignos. Y al criticarse-justificadamente- determinadas posiciones de la coalición de partidos árabes “La Lista Conjunta”, en más de una ocasión figuras de la coalición, incluyendo el propio Primer Ministro, se refirieron a ellos como “tomjéi terror”, o sea “los que apoyan el terrorismo”. Y de ello, deriva fácilmente una imagen negativa de quienes los votaron.
La Lista Conjunta tiene no pocas posturas más que reprobables. No hay por qué ser benevolente con un partido que no reconoce a Israel como Estado judío. Algunos de sus miembros se manifestaron elogiosamente sobre terroristas responsables de atentados. Ellos, deberían estar fuera de la Kneset. Pero es un error poner a todos en la misma bolsa. Y muy especialmente, convertir la legítima discusión con sus políticos, en una campaña que quita legitimidad al voto de los ciudadanos árabes.
Este trasfondo problemático, que nos consta son tomados como una ofensa por árabes israelíes que están ahora en los hospitales combatiendo el Corona al igual que sus colegas judíos, llevó a una inciativa singular que compartimos aquí. No hemos logrado aún confirmar cuál es su origen, ya que no está firmada. No descartaríamos que sea la propia Lista Conjunta. Pero lo central no es eso, sino el mensaje que aparece en esta película.
“Ahora todos los saludan. Los aplauden. Se acuerdan de todos los turnos que hacen. De que no ven a sus hogares. Arriesgan sus vidas para salvar las nuestras”, dice el video. Y de inmediato, pregunta: “¿Y sin máscaras?”.
Y los médicos y enfermeras que aparecieron primero con la cara cubierta con las máscaras protectoras, se la quitan y aparece sus nombres. Nombres árabes fáciles de identificar como tales.
Dr. Anwar Zo´abi, Medicina Interna, Tel Hashomer
Rashad Zarzur, enfermero Emergencia Corona en el hospital Ichilov
Ma´ali Aghbariya, jefe de equipo de Oncología en Tel Hashomer
Dr. Safwat Salim, Medicina de Urgencia, hospital Beilinson
Fudi Rwanda, Tel Hashomer
Dr. Ayman Khuri, Hadassah
Naamat Kamel, Beilinson
Dr. Muhamad Shanti, Ichilov
Yana Kraini, Hadassah
Dr. Saher San´alla, Tel Hashomer
Yassin Dima, Hadassah
Sharif Qassem, Ichilov
Y tantos más…
“Decenas de miles de los ciudadanos árabes de Israel son socios plenos en la guerra contra el Corona . Es hora de entender: los árabes también son socios en el Estado”.
Si hay entre los ciudadanos árabes quienes apoyan el terrorismo o inclusive lo perpetran activamente-y claro que los hay- pues el Estado tiene todos los medios legales a su disposición para ocuparse de ellos. Pero la generalización negativa es injusta y fuera de lugar.
También en la sociedad árabe hay numerosas iniciativas solidarias en sus distintas comunidades, para ayudar a necesitados y a familias en cuarentena.Pero la solidaridad no es sólo hacia adentro.
Días atrás, el empresario Muhamad Rafiq Assady y su hermano, donaron 100.000 shekel al Centro Médico de la Galilea en Naharia. Su director, dicho sea de paso, es árabe cristiano.
El periodista Furat Nassar mostró días atrás en Twitter a un joven árabe musulmán que apenas salió de la cuarentena a la que había entrado al llegar del exterior, se presentó como voluntario en una central de Magen David Adom.
Siempre lo pensamos, y el Corona nos lo confirma. Se puede, juntos , en mutuo respeto. Quienes violan la ley, judíos o árabes, a juicio. Quienes la respetan y viven con normalidad, que sigan siendo parte integral y positiva de Israel.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.