Bryan Acuña, que domina temas fuertes de la realidad política internacional actual, también mira al pasado, consciente de su incidencia en el mundo de hoy. El caso de Israel y el pueblo judío, no puede ser una excepción. Y menos que menos cuando está la Shoa de por medio.
Hace pocos meses realizó su segundo viaje a Israel, para participar en un curso especial en Yad Vashem. Este es su resumen. Una clase que vale la pena escuchar.
P: Bryan, estamos por hacer esta entrevista desde hace meses, cuando tuve la alegría de conocerte personalmente en Jerusalem precisamente por tu participación en el curso de Yad Vashem. ¿Cómo se llamaba exactamente el curso al que viajaste?
R: El curso se llamaba “Memoria de la Shoáh y los dilemas de su transmisión”, dirigido a docentes de instituciones judías. Este año Yad Vashem Costa Rica, el Centro Israelita (lugar en que trabajo) y Bnei Brith Costa Rica me brindaron la oportunidad y el honor de ir a capacitarme en este tema que es tan delicado e importante de mantener su transmisión para las futuras generaciones contemplando que estamos próximos a tener que aprender de la Shoah sin el testimonio de los sobrevivientes.
P: Para ti no era en absoluto un tema nuevo. Eres docente, estudioso de muchas temáticas relacionadas a la historia internacional, además por cierto de la actualidad mundial, incluyendo la de Medio Oriente. ¿Me equivoco si digo que respecto al tema de la Shoa tu interés iba más allá de lo estrictamente histórico?
R: Claro, obvio el contexto histórico para un académico en mi caso en el área de las Relaciones Internacionales es importante, sería poco serio empezar a hacer un análisis con lo coyuntural.
En cuanto al tema de la Shoah creo importante mantener viva la memoria de los sobrevivientes, cuando vemos otros casos de genocidios del siglo pasado; incluyendo el armenio, se va dejando atrás conforme avanza el tiempo y no se reivindica ni se reflexiona sobre estos.
La Shoah gracias a los hijos y nietos de sobrevivientes se mantiene latente y vigente su estudio y su recuerdo. Cada judío proclama en Pesaj que narra la historia como si él mismo hubiera salido de Egipto. Salvando las distancias, creo que la Shoa debería llevar a cada judío del mundo a sentirlo como si él mismo hubiera sobrevivido y como si un familiar muy cercano también hubiera fallecido en la misma. No se puede permitir que esto se transforme solo en un elemento de estudio.
Por supuesto que el equipo de Yad Vashem, con instructores como Haya Feldman, Eliana Rapp, Yechiel Chilewski, Dorit Reitshtein y el resto del equipo, nos dieron el vistazo humano de la situación, resaltando las historias, el antes, durante y después que es tan necesario en este tema y técnicamente en todos los que se deban hacer análisis.
Una visión no judía, aunque muy de cerca
P: Yo tengo clarísimo qué significa la Shoa para un judío. ¿Cómo explicarías qué es para un docente no judío que empieza a adentrarse en el tema? Tú mismo te has estado acercando muchísimo al judaísmo desde hace tiempo y siento que en tu caso podrías contestar tanto como judío como en calidad de quien no lo es.
R: Para un docente no judío este tema debe ser complejo, de entrada, debe costar comprender la dimensión y la importancia que el pueblo judío le da a esta etapa de su historia moderna, sin embargo, una vez que está dentro quiere estudiar y especializarse más y más.
En Costa Rica hay un equipo de más de 20 docentes no judíos que se han especializado en la temática y preparan a otros docentes en el país como parte del currículo académico que brinda el Ministerio de Educación y sin temor a equivocarme, puedo decir que tenemos grandes expertos en el tema formados en “cuna costarricense”. Menciono el caso de mi amigo personal Junior Aguirre quien forma docentes al igual que el resto del equipo pero ya da conferencias y habla con muchísima propiedad sobre el tema.
Siempre destaco la importante labor que hace en este y muchos otros temas la comunidad de Costa Rica. Pese a que es pequeña se hace mucho trabajo de voluntarios incansables que en ocasiones tienen multiplicidad de sombreros para trabajar. Entonces verás por ejemplo a los presidentes de organizaciones como Bnai Brith o Yad Vashem colaborando en formación de docentes o en apoyo para temas humanitarios, más la vida comunitaria como tal y lo hacen sin recibir dinero a cambio, y en muchas oportunidades más bien poniendo de sus propios bolsillos, algo que probablemente has escuchado de otras comunidades en Latinoamérica.
En mi caso personal, aun me falta muchísimo qué aprender sobre el tema. Yo lo enfoco principalmente en el “nunca más” y en ver casos contemporáneos que enciendan las alarmas de eventuales genocidios, como señalé en algún momento en la situación de Oriente Medio; que es donde me concentro regularmente, con lo que ocurría con Yazidíes en Irak, contra las minorías cristianas en Siria e Irak, o el caso kurdo que también me ha atrapado durante estos años.
La Shoa, distinta del resto
P: Porque además, tú eres un experto en Relaciones Internacionales. Bryan, a lo largo de la historia de la humanidad hubo muchas atrocidades. ¿Qué características singularizan en tu opinión a la Shoah?
R: Se ha convertido en la punta de lanza para que el crimen de genocidio tenga una ley internacional que lo sancione, ayuda a marcar las pautas de lo que se puede categorizar de esa forma y lo que no. Esto último es importante porque si no se banaliza con el tema por cuestiones meramente políticas.
Ha habido otros genocidios, pero la Shoa fue un punto de inflexión, por eso siguen existiendo estudios sobre el tema. Lleva menos de un siglo de haberse perpetrado, por lo tanto está tan fresco en la memoria de las personas como si hubiera ocurrido la semana pasada. Esto es bueno porque se pueden ver otras áreas de estudio para intentar determinar por qué ocurre esto en una sociedad que se supone tenía todas las características de avanzada. Por supuesto que la respuesta se da brevemente en el contexto de lo que venía ocurriendo desde hacía años anteriores al suceso.
P: ¿Qué te pareció el encare de Yad Vashem en el curso?
R: Tuve la oportunidad de estar en Yad Vashem en 2009 en otro contexto y esta vez durante el seminario. Lo cierto es que en la primera oportunidad se mostraba principalmente cadáveres, la parte grotesca de los hechos, que no vamos a decir que no ocurrieron, pero en una sociedad que se va haciendo más impersonal en la época actual con la llegada de la tecnología de avanzada, el factor humano que esos cuerpos tenían una historia y no solamente son una pila de cadáveres desnudos como portada de un vídeo gore, despierta mayores empatías.
Ese enfoque de Yad Vashem actual de resaltar la historia detrás de las caras y los relatos humaniza el estudio y el análisis. El museo que está construido de un modo didáctico para pasar de la oscuridad profundidad y ascender hacia la luz de una esperanza sin duda que genera esa reflexión.
La Shoa y la visión de mundo
P: ¿Te parece que estudiar la Shoa incide en la visión general de mundo que uno tiene, cambia quizás el pensamiento o encare de la vida en sociedad?
R: Humaniza muchos aspectos. El enfoque sobre los Derechos Humanos que se aborda actualmente aporta mucho valor a esa perspectiva. Obviamente no se trata de comparar genocidios porque claramente cuando hay asesinato de seres humanos estas cuestiones son odiosas, pero estudiar la Shoá desde esta perspectiva nos debería llevar a ser más reflexivos en el trato a las minorías y en el peligro también de cederle demasiado espacio a pensamientos con discurso radicalizado en cualquier sociedad.
P: ¿Cuáles son las lecciones principales que te llevaste de aquel curso?
R: Muchas. Primero la forma en la que lo abordan otros países donde en definitiva su trabajo es sorprendente. Ver comunidades judías muy grandes, tales como Argentina, Brasil o México; solo por mencionar algunas, su labor entre grupos es sorprendente la forma en la que enseñan acerca de la Shoah, el valor del Estado de Israel y el sionismo. Es una gran enseñanza que me atrevo a decir debe ayudar para que cada uno jale para su propio saco.
La metodología de enseñanza también me parece muy buena enfocada en eso que resalto del “antes, durante y después” de la Shoah, porque definitivamente sin esa línea de trabajo el análisis carece de profundidad adecuada.
P: Y mucho se puede aplicar luego en cada país.
R: Por supuesto. Destaco que el museo de la comunidad judía de Costa Rica recibe diariamente grupos de colegios, escuelas, iglesias y otros que quieren aprender sobre la comunidad judía y sobre temas específicos (Shoah, conflicto palestino – israelí, etc.) que como un servicio gratuito a la comunidad se ofrece desde la institución.
Otra labor importante es la que se realiza de la mano con el Ministerio de Educación en la capacitación docente. Hay un acuerdo de cooperación entre el Ministerio y la comunidad judía a través de Bnai Brith que es probable pase directo a la jurisdicción del Centro Israelita e incluye la colaboración para seguir capacitando docentes en la temática de Shoah y derechos humanos.
Además, desde el año anterior se comenzó un proyecto que tiene su homólogo en Israel que es un concurso de afiches sobre Shoah y Derechos Humanos, donde se capacitaron docentes de materias técnicas como dibujo, diseño y otros para que ellos transmitieran el conocimiento a estudiantes de 17 y 18 años de colegios técnicos y se llevaban a un concurso nacional. Este año se pretendía hacer la segunda edición, pero la vida se ha visto un poco paralizada por la pandemia.
El mensaje
P: ¿Dirías que estudiar sobre la Shoá es una advertencia?
R: Debería serlo para todos, cuando permites que personas con discursos de odio comiencen a abrirse paso en los poderes de los Estados o de los pueblos corres el riesgo que eventualmente un “chivo expiatorio” o un argumento sin sentido tome control y poder, entonces cuando se escuche a alguien dando este tipo de mensajes hay que cortarle las alas cuanto antes.
Sin embargo, desgraciadamente hoy escuchamos líderes con discursos de estos cargados de odio que podrían ser letales. La pandemia está además llevando a la gente a señalar con mensajes xenofóbicos a algunos grupos como la causa de los males, a eso sumarle que el COVID19 podría eventualmente servir de excusa perfecta para aquellos que necesitan para coartar las libertades democráticas en nombre de “combatir” enemigos potenciales.
La Shoah nos puede servir en estos casos de señal que la legalidad no quiere decir necesariamente que algo sea correcto. El nazismo actuó conforme a la legalidad y provocó actos atroces, en ese reflejo debemos vernos antes que ocurra algo similar, aunque con esto no quiero decir que estemos encaminados a esto, pero sí que debemos ser muy cautelosos con estos discursos y medidas que puedan atentar contra las libertades individuales como un elemento permanente.
P: ¿Hay un antes y un después de ese viaje?
Sin idealizar más de lo necesario, hay un antes y un después de un viaje a Israel. Lo confirmé en el 2009 cuando estuve algunos días, lo reconfirmé este año donde tuve la oportunidad de llevar esa capacitación tan magnífica, pero también donde tuve la posibilidad de visitar amigos, atreviéndome además a viajar en algunas oportunidades solo hacia algunos lugares como si estuviera en mi casa (que sé lo es) y poder tener contacto con las personas que es la mejor experiencia que se puede tener para poder comprender la idiosincrasia y sacar reconfirmar lo que siempre menciono en mi trabajo en el tema israelí, son más las relaciones de cordialidad entre árabes (incluyendo palestinos) e israelíes que las situaciones de conflicto, aunque por supuesto la prensa necesita material para vender (incluyendo cierto diario israelí por ahí) y de ese modo resaltan solamente los puntos negros.
P: Sin duda, la realidad es muy distinta de la imagen que suele difundirse. Siempre pensé que el pueblo judío, y el Estado de Israel como su expresión nacional, combinan debidamente su culto a la memoria con el empuje hacia adelante. No olvida, pero no se estanca en el pasado. No sé si estás de acuerdo con mi apreciación… ¿Lo viste eso en Israel?
R: Coincido, la memoria es importante en el judaísmo desde todo punto de vista, en la mayoría de las festividades se menciona la salida de Egipto como un elemento de memoria y los niños lo aprenden desde pequeños, cada relato es importante verlo como propio.
Esa mezcla entre la memoria y el avance permite que el Estado de Israel moderno recuerde que en los momentos en los que se sientan en sus laureles y se confíe podría estarse exponiendo al peligro, no se trata de estar a la defensiva todo el tiempo desgastándose, pero que siga siendo permanente eso que dicen que las “la necesidad es la madre de la innovación”, con un país que tiene por territorio una zona sin demasiados recursos estratégicos, y siendo sus cerebros el principal elemento por el que exportan al mundo, la verdad que es bueno que preserven ese equilibrio entre memoria y desarrollo.
P: ¿Qué fue para ti lo más impactante del curso?
R: Todo, pero los testimonios de los tres sobrevivientes que tuvimos la oportunidad de escuchar, quienes además eran sobrevivientes judíos sefaradim, dos de Salónica (Grecia) y una de Macedonia, estoy seguro de que hizo sentir una cercanía de sus relatos con cada uno de nosotros.
Siempre lo digo que de alguna forma seguimos siendo una generación “privilegiada” de poder escuchar los testimonios de boca de los sobrevivientes, las próximas generaciones lo aprenderán de libros y el riesgo que no lo perciban del mismo modo porque parecerá “relatos”, nos obliga a los docentes a vivir con responsabilidad y pasión la enseñanza de la Shoah a estas nuevas generaciones.
En especial pensemos en quienes no son judíos y el valor que esto debe tener para la sociedad, los europeos pese a los destrozos de la Primera y Segunda Guerra Mundial parece que en algunos lugares no aprendieron lo suficiente y vuelven a los viejos vicios del pasado con nacionalismos exacerbados y discursos cargados de odio contra minorías.
P: ¿Hay algo que no te haya sabido preguntar y que consideres que hay que decir o comentar?
R: Agradecer la excelente labor que hace el Semanario Hebreo con el balance informativo que presentas dando mucho honor a la memoria de tu señor padre, esperando que Semanario Hebreo pueda seguir por muchos años más adelante.
También quiero darte las gracias públicamente por abrir las puertas de tu hogar y de tu familia para los días que estuve en Israel, así como agradecer a tu familia por su caluroso recibimiento.
Finalmente, también quisiera aprovechar el espacio para agradecer la hospitalidad de Dori Lustron e Isi Winicki de PorIsrael en Beer Sheva y a mis amigos ticos Dyana, Keiner y Nicole.
La verdad que de todo este viaje lo que tengo son muchos agradecimientos, aprender siempre me llena mucho y quisiera poder compartir con todas las personas que sea posible lo que recibí en su momento.
P: Muchas gracias por tus palabras Bryan. Y por haber estado en casa. Fue un placer tenerte cerca. Un lujo, en realidad.
R: Gracias a ti.
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