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| martes diciembre 24, 2024

Pablo Jofré Leal, su antisemitismo frente al espejo


Hace poco leímos un artículo, más bien un libelo que compendia una serie de mitos y estereotipos antisemitas, bajo el título “Manipulación y desinformación como estrategias del sionismo” escrito por dos autores, uno de ellos es Pablo Jofré Leal, conocido propagandista de un sector palestino procurando notoriedad a través de campañas internacionales con la intención de calumniar, deslegitimar y demonizar al Estado de Israel, con la falsa excusa de defender a los palestinos. Si con sinceridad tuviera la intención de llamar la atención acerca de los problemas del pueblo palestino, hubiera denunciado a las tiranías de Fatah en Judea y Samaria, donde Abbas lleva 14 años en la “presidencia”, sin llamar a elecciones y manejando los hilos del poder, tras haber eliminado al parlamento y restringido la libertad de expresión; y al movimiento terrorista Hamas en Gaza, que esclaviza a la población palestina con enorme crueldad. Con cinismo, Jofré habla del uso de “las herramientas comunicacionales en sus diferentes formas como un instrumento y medio de guerra” siendo él mismo un reiterativo usuario de tal táctica; ello se ve claramente con el origen de los “medios” a los cuales sirve, entre ellos TeleSur, una red creada por Hugo Chávez para diluir la realidad de su tiránico y corrupto narco gobierno y con Hispan TV, el canal estatal iraní en español, instaurado para divulgar las mentiras de la teocracia islámica. Jofré responde a eso mismo que él denuncia: los “medios” como instrumentos de propaganda. Con incondicional procacidad, acusa a los medios occidentales de “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”, sin embargo, en él opera lo que se conoce como el síndrome del espejo: practica todas esas atrocidades de las que con caradurismo acusa a los que, mal que bien, informan y opinan sobre hechos ciertos.

 

Como siempre y esa es su labor, utiliza al sionismo y al Estado de Israel como chivo expiatorio, para sacudir la responsabilidad que obviamente tienen la ultraizquierda y el islamismo sobre diversas enfermedades sociales como terrorismo, violencia, fanatismo, discriminación. En el artículo al que hacemos referencia, Jofre comienza desinformando comienza desinformando, no es como él afirma, el sionismo no surgió en Europa, el sionismo surgió con el propio judaísmo, con el primer judío, con el patriarca Abraham, quien, junto con su familia, dejó su natal Ur y hace unos 4 mil años se radicó en lo que luego se convirtió en el Reino de Israel; de hecho, los patriarcas judíos están enterrados en la Cueva de Majpela en Hebrón, en Judea de donde provienen los judíos.

 

Jofre hace gala de un artificio con el cual manipula la realidad. Utiliza a los Neturei Karta aprovechándose de esta diminuta secta judía que, por motivos absolutamente religiosos y teológicos, no geopolíticos, rechazan al Estado de Israel. Con ello, trata generalizar involucrando a todos los judíos ortodoxos, lo que de ninguna manera es cierto. El mensaje de los Neturei Karta no se está expandiendo, al contrario, se está extinguiendo, ellos son muy pocos. Retomando el tema de los judíos ortodoxos, no son un movimiento monolítico, por más que Jofre lo repitas al mejor estilo de Goebbels con su lema “una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”, la mayoría de los judíos ortodoxos son sionistas y hay un par de movimientos minúsculos: Satmer y Neturei Carta del que abusa que, por razones de estudio sociológico y teológico, no lo son. Y de Neturei Carta, solo puede mencionar al rabino Dovid Weiss, quien estuvo en Teherán invitado por Ahmadinejad, y le indicó al nefasto anfitrión que no puede negar la realidad del Holocausto; al resto de su comunidad le desagrado ese vículo con el déspota iraní. También Chávez se reunió con Dovid Weiss en Nueva York… una alianza de ganar-ganar: uno recibió donaciones y el otro, publicidad.

 

En su afán de desprestigio, Jofre usa el término ficticio de pinkwashing, pero hay cientos de testimonios de palestinos que huyen de la llamada Cisjordania y de Gaza para evitar su linchamiento por los cabecillas de Fatah y Hamas; esos testimonios se multiplican. Esta acusación es el colmo, pues el autor de este libelo que responde a Irán, omite que bajo el régimen de los ayatolas a los de las minorías sexuales los ahorcan desde grúas. Y, miente al señalar al ministro de Salud de Israel achacándole lo que dijo un rabino sin relevancia, quien pertenece a una de esas sectas que aprovecha por su antisionismo.

 

Jofre se explaya en una inexistente alianza con el Zar de Rusia en contra de la revolución bolchevique; por el contrario, un buen número de judíos ortodoxos y no ortodoxos cifraron sus esperanzas en el supuesto cambio que la revolución traería a Rusia, considerando la igualdad entre sus ciudadanos. Los judíos de todas las tendencias fueron las víctimas propicias de la monarquía zarista; y lo de la conspiración judía, lo utilizaron en la monarquía, en la época soviética y los antisemitas lo utilizan hasta el presente. Entre tantas mentiras también intenta enlodar al Bund, un movimiento político judío que tuvo un importante accionar en la organización de las comunidades judías de Europa Oriental, de tendencia social demócrata, planteó la necesidad de luchar con el fin de obtener la emancipación cívica para los judíos; parece que a los antisemitas les molesta que los judíos tengan actitudes libres. El Bund participó en la formación de grupos de defensa de las poblaciones judías frente a los pogroms. Evidentemente, las agresiones de este odiador de oficios buscan demonizar no solo a Israel, sino también al judaísmo.

 

Expresiones como “ocupar Palestina” y “territorios palestinos”, son una burla. No hubo una identidad nacional llamada Palestina, fue una región en lo que constituyó Israel y que el Imperio Romano dio ese nombre para borrar todo vestigio judío como un castigo a una provincia rebelde. Por cierto, habla de Jordania, país creado por los ingleses en parte del territorio de lo que fue la región llamada Palestina, que nunca fue árabe; no se puede destruir lo que no existió y no se puede “sionizar” lo que siempre fue sionista: Israel.

 

Como toda democracia activa, los gobiernos de Israel están sujetos a críticas; no obstante, ciertas críticas pueden obedecer a intenciones antisemitas si intentan deslegitimar a Israel, es decir negar a los judíos el derecho a la autodeterminación; o demonizarlo acusándolo de numerosos males, como de conspiración; o juzgarlo con un doble rasero, una medida diferente al resto. Todo ello lo encontramos en el presente artículo y en numerosos escritos por Jofre.

 

Este odiador emplea las tácticas judeofobas clásicas aplicándolas a sus intereses, incluyendo la calumnia de una alianza con los nazis. Entre otras cosas, Israel nunca intentó acallar a Eichmann: su juicio fue público y abierto, cubierto por todos los medios del mundo. Además, ello también formó parte de la propaganda soviética; esto no sólo implica la banalización del Holocausto y hasta una especie de justificación, sino que también maneja las atrocidades de los nazis para aumentar el antisemitismo. Es una trampa que todavía usa la izquierda, como en el caso de Jofre. Eso mismo aplica a la alianza con el zarismo y a todos los ataques antisemitas, señalados como autoatentados, especie de negacionismo que forma parte de la retórica del antisemitismo. Muchas acusaciones que ansían restar legitimidad a Israel, lo demonizan como origen de todos los males y constituyen un doble rasero, pues solo se dedican a criticar al Estado judío. Precisamente, el odiador hace estas acusaciones sin mostrar una sola prueba que sea rigurosamente verificada. Cabe recordar que los árabes establecidos en la región de Palestina eran grandes aliados de los nazis y ello está probado por numerosos hechos históricos, testimonios declaraciones y fotos, entre ellas la del Mufti de Jerusalén Haj Amín al Husseini (tío de Arafat), con Hitler y pasando revista a las tropas SS. Ello es incuestionable y parte del síndrome del espejo del que tanto se sirven los antisemitas.

 

Hablar de auto segregación, pero con respecto a los Neturei Karta no es precisamente fomentada por Israel, sino es parte de su forma de ser y ello es tan claro cuando además del rabino Weiss, no han podido atraer a más nadie de dicha congregación.

 

Me pregunto: ¿Cómo es que los sionistas fomentan el antisemitismo, por ejemplo, de Irán, de Hezbollah, Hamas, Jihad Islámica, Abbas y su ilegal régimen, Erdogan?

 

No existe ninguna ley israelí que consagre esa barbaridad que Jofre endilga a Israel: “referente étnico judío” algo jamás oído y por supuesto como todo lo que le rinde réditos, furibundamente antisemita y que se desbarata ante la realidad israelí, un país en donde conviven ciudadanos de todos los colores, ideas, orígenes y tendencias. Adicionalmente, el caradurismo de Jofre es tal que se arroga el derecho a definir quién es el verdadero judío, una pretensión absolutamente fatua, abusadora y presumida.

 

Para finalizar, la inmensa mayoría de los judíos considera a Israel como el Estado judío y ello deriva del primer judío que también fue el primer sionista: nuestro patriarca Abraham y aunque este antisemita y sus jefes manipulen al mejor estilo de Goebbels, proyectando que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, la realidad histórica y de los hechos está a la vista.

 
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