Ya parece que hubiera pasado un siglo desde que informamos por vez primera sobre dos máscaras antivirales desarrolladas en Israel pero fue no hace tanto. Desde entonces, las protecciones faciales de todo tipo se han convertido en parte del guardarropa de todos por el brote de coronavirus.
En este corto tiempo, nuevos emprendedores e investigadores israelíes presentaron sus productos relacionados.
Remontémonos a las máscaras lavables de Sonovia y Argaman. Cada una utiliza la propia tecnología patentada de incrustación de partículas metálicas que matan microbios en las telas.
«Ya podemos producir hasta 3.000 máscaras por día. Contratamos a 120 trabajadores desempleados para producirlas en Kiryat Motzkin y donamos las máscaras con la ayuda de filántropos”, le contó Shay Hershcovici de Sonovia a ISRAEL21c.
El empresario informó que las instalaciones médicas de Nahariya fueron de las primeras en recibir un envío con centros de máscaras. “La semana pasada enviamos 400 máscaras a un hospital universitario en Alemania y donamos 400 para distribuirlas a través de (la ONG israelí) Latet. La Policía de Israel recibe también un suministro ilimitado a cambio de licencias personales que nos permiten mantener nuestras oficinas y fábricas abiertas y funcionando para poder trabajar de manera segura en esta misión urgente”, añadió Hershcovici .
Sonovia fue una de las dos compañías israelíes -la otra es CLEW– que formó parte de la lista de Startus Insights sobre las cinco empresas emergentes más impactantes del mundo en lo que va de la pandemia de COVID-19.
Jeff Gabbay, fundador y director general de Argaman, le dijo a ISRAEL21c que un país compró la tela especial de la empresa para fabricar un millón de máscaras bloqueantes.
Por otra parte, MedCu Technologies tiene un enfoque algo diferente: aprovecha las propiedades antimicrobianas del cobre oxigenado para hacer apósitos especiales para heridas.
La compañía firmó un contrato con Shanghái Medical Technology, subsidiaria del Ministerio de Salud de China, para fabricar y distribuir máscaras faciales con partículas de cobre incrustadas.
La tecnología de máscaras autoesterilizantes también será comercializada en otros países. «Los estudios muestran que el 99,99 por ciento de los virus que entraron en contacto con nuestra máscara fueron destruidos en apenas media hora», afirmó el microbiólogo de MedCu Gadi Borochov.
Hoy, los fabricantes de máscaras pueden usar el tejido de polipropileno tratado con cobre de MedCu fabricado en Israel y en otros lugares como reemplazo de las capas internas y externas de sus productos. «Se trata de una tecnología ‘plug-and-play’ que se puede utilizar para añadir propiedades antivirales a cualquier máscara quirúrgica o N95», le explicó Danny Lustiger, director general y cofundador de MedCu, a ISRAEL21c.
Cuando las máscaras se desechan después de ser usadas durante algunos días no representan un riesgo ambiental porque las partículas virales que se encuentran en ellas son neutralizadas.
En la actualidad, MedCu está en conversaciones con otros fabricantes de todo el mundo y abrirá una fábrica en Israel para abastecer al mercado local. «La demanda actual es interminable. Todo Occidente busca máscaras para que las personas puedan empezar a volver a trabajar pero con protección”, manifestó.
Adhesivo antiviral para máscaras quirúrgicas
Por estos días, el Centro Médico Galilee de Nahariya prueba un nuevo adhesivo antiviral que se pega a las máscaras quirúrgicas comunes.
Llamado «Maya», el apósito adherente impreso en 3D contiene fibras nanométricas recubiertas con antisépticos que atrapan a las partículas virales y las neutralizan.
Esta etiqueta fue desarrollada gracias a la asociación entre profesor Eyal Zussman del Laboratorio de Nanoingeniería en el Instituto Tecnológico Technion de Israel y el doctor Dan Greenstein del Equipo Nacional de Emergencia COVID-19 de la Dirección de I + D del Ministerio de Defensa de Israel. También contó con la colaboración del doctor Samer Srouji, jefe de cirugía oral del Centro Médico Galilee.
“Esta es una solución accesible y rápida basada en una sofisticada tecnología. Esperamos que el proyecto piloto tenga éxito y que esta innovación se pueda usar en muchos otros hospitales del país”, afirmó Srouji.
Las máscaras integrales de ViriMASK
Desarrollada en Israel por el médico e inventor de dispositivos médicos Noam Gavriely, la máscara ViriMASK se ata alrededor de la cabeza, cubre los ojos con una visera transparente y la nariz y la boca con un mecanismo de filtrado que bloquea los virus. Esto, por supuesto, incluyen al coronavirus.
La sección portátil es lavable y se puede desinfectar para su reutilización. Los filtros tienen que ser reemplazado luego de 12 horas de uso y deben ser desechados en un sobre especial con desinfectante.
Hace menos de un mes, Hemaclear, la empresa de Gavriely, abrió una fábrica en Tirat Carmel para producir los filtros. A fines de abril, los pedidos anticipados comenzaron a ser enviados.
Gracias a una subvención de la Autoridad de Innovación de Israel se podrá acelerar la comercialización de esa solución.
Cada máscara cuesta unos 240 shekels (69 dólares) e incluye un paquete de dos filtros y sobres para desecharlos. Los paquetes adicionales de sobres y filtros valen unos 35 shekels (10 dólares). Hay máscaras para hombres y mujeres.
Gavriely le dijo a ISRAEL21c que el artículo publicado en la página web generó consultas de muchos países, incluidos Bangladesh y Tanzania.
Protectores impresos en 3D para trabajadores de la salud
Los protectores faciales reutilizables impresos en 3D para trabajadores de la salud ya se fabrican en Israel gracias a la iniciativa filantrópica de la firma de impresión 3D Stratasys con sede en Rehovot y oficinas en Minnesota, EEUU.
Fabricados con materiales biocompatibles, los protectores son ajustables y se pueden desmontar, desinfectar y esterilizar luego de ser usados.
La compañía creó una alianza con más de 150 empresas y universidades de EEUU con la idea de satisfacer los pedidos de cientos de miles de máscaras. El primer envío fue despachado el 25 de marzo pasado.
En Israel, los protectores faciales son fabricados colaboración con Synergy3DMed, Matrix y Su-Pad.
Stratasys hizo públicos los archivos de diseño para que los protectores faciales puedan ser fabricados en cualquier sitio. A largo plazo, la empresa desarrolla máscaras faciales antivirales que cumplirán con las pautas regulatorias.
Por su parte, la compañía Massivit 3D Printing Technologies desarrolló otra iniciativa filantrópica para la producción de máscaras impresas en 3D en respuesta a la pandemia de COVID-19.
La exclusiva tecnología de fabricación de Massivit 3D puede producir 200 máscaras en cada turno de ocho horas.
Actualmente, las máscaras faciales para trabajadores de la salud son fabricadas en Italia, Irlanda, España, Portugal, Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Tailandia y Australia. Los socios del proyecto reciben un suministro gratuito del gel de impresión 3D patentado de Massivit.
Tal como lo decidió Stratasys, Massivit hizo públicos los archivos de impresión 3D optimizados para sus máscaras. «Nos dimos cuenta de la grave escasez de equipos de protección personal en todo el mundo y la necesidad urgente de ayudar a los equipos médicos a protegerse. Nuestro equipo se enorgullece de poder ofrecer una ayuda significativa durante estos difíciles tiempos. Y todos nuestro esfuerzo está hoy orientado a esta causa», explicó Erez Zimmerman, gerente general de Massivit 3D.
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