A la izquierda, el profesor Amir Yaron, director del el Banco de Israel, y a su lado el economista Nimrod Cohen, miembro del Departamento de Investigación de la entidad. Ambos se reunieron de forma virtual con su equipo de analistas financieros. Foto cortesía.
No hace falta ser un experto para ver que lo que la pandemia de coronavirus le ha hecho a la economía mundial. El creciente desempleo y una recesión inminente son peligrosos para muchas más personas que los pocos millones infectados por el virus.
Sin embargo, sí hace falta la visión un especialista -o varios- para entender con criterio qué desafíos y oportunidades le esperan a los países cuando pase la pandemia. Y qué medidas nacionales e internacionales podrían sanar la economía.
En ese sentido, ISRAEL21c les pidió a cuatro expertos israelíes que indicaran cómo veían el futuro del país pero también de las finanzas globales.
«Es una situación nueva e intrincada»
El profesor Avia Spivak, ex vicegobernador del Banco de Israel (BOI) y hoy titular del Centro de Educación Financiera de la Universidad Ben-Gurion del Néguev, cree que la imagen futura es vaga porque la situación actual es única en la historia. “La causa de esta crisis económica viene del lado de la oferta. La mayoría de las crisis económicas, como las Grandes Depresiones de 1873 y 1929, fueron causadas por la escasez de demanda. Ahora, eso sobra», explica.
Es que la oferta disminuyó como resultado de la interrupción masiva de actividades debido a paradas y cuarentenas. “Al menos hasta que haya una cura o una vacuna aplicable, vamos a tener que convivir con el virus. De este modo, el problema de la oferta estará con nosotros durante meses. Ojalá no sea por años”, analiza Spivak.
Según el economista, esta es una “situación nueva e intrincada” y el interrogante es cómo revivir la economía sin arriesgarse a un rebrote de la pandemia.
Spivak ve que cada país aprende a través de la prueba y el error y que los gobiernos se equivocan al dar efectivo a las empresas sin exigirles condiciones sobre usarán el dinero. «Hay que administrar los recursos de forma que incentive a los empleadores a mantener la mayor cantidad de empleados posible, al menos con un salario parcial», indica.
“Sabemos por la crisis económica de 2008-2009 que una vez que se despide a una persona, es difícil emplearla otra vez. La economía va a reestructurarse seguro y si se mantiene a los empleados básicos, será mejor para ellos y para las compañías», explica Avia Spivak
El ex directivo del BOI sostiene que en esta crisis los gobiernos deben aprender que lo importante es invertir en la construcción de un buen sistema de salud pública. “El porcentaje del gasto en salud en EEUU como parte del PBI es más del doble que el de los países de la OCDE. Pero debido a que el sistema estadounidense está basado en la medicina privada, no tiene la infraestructura para enfrentar este tipo de crisis. Eso tendría que ser modificado”, explica.
Spivak describe que la teoría económica sostiene que la salud es un bien público y como tal así debe brindarse. «La buena salud es la base de la economía, porque solo se puede trabajar de forma productiva cuando uno está sano», finaliza.
«No sabemos cuánto tiempo llevará»
Gal Baysberg, director general y dueño de Galai Communications, una consultora de gestión de crisis para organizaciones públicas y gubernamentales y empresas del Estado, afirma que los desafíos económicos que enfrenta Israel y otros países derivan de la incertidumbre creada por la crisis de la pandemia.
«No tenemos claro cuánto le llevará al mercado volver a su capacidad plena de trabajo ni cuáles son exactamente los pasos que el Gobierno de Israel va a tomar», explicó. Según el consultor, la recesión estadounidense generará cierto nivel de recesión en Israel.
Baysberg mantiene que la recesión también tiene sus beneficios e incluso puede servir como una oportunidad en un escenario con inestabilidad, volatilidad del mercado, disminución de los ingresos disponibles y baja del poder adquisitivo.
Según su análisis, la recesión puede sacudir a las empresas estancadas, forzándolas a adoptar nuevas tecnologías y estimular la reducción de tamaño, fusiones y nuevas adquisiciones.
En ese marco, Baysberg recomienda aplicar iniciativas de empleo a gran escala, como proyectos de infraestructura nacional para atraer a los trabajadores productivos a la economía formal.
De todos modos, indica, las estrategias de recuperación en Israel y EEUU serán diferentes debido a las diferencias de tamaño demográfico, corporativo, geográfico y corporativo además de las asimetrías en la estructura gubernamental, los recursos naturales disponibles y el grado de dependencia del comercio exterior.
“Otra gran diferencia yace en la mentalidad, cultura y cosmovisión. En EEUU se ha dado una gran importancia a los asesores financieros y a la formulación de un plan de gestión económica para la reconstrucción actual y posterior a la crisis. En Israel, el Tesoro y el primer ministro dictarán el futuro de toda la economía», describe.
Baysberg manifiesta que debido a que la economía israelí está configurada para ser de “emergencia en un país devastado por la guerra”, Israel está bien preparado para enfrentar las crisis. «Lo vimos en 2008 y también lo vemos ahora en la estabilidad que mantiene durante la crisis del COVID-19».
De hecho, una encuesta encargada por su consultora mostró que la mayoría de los israelíes son optimistas sobre la capacidad de recuperación de la economía local.
“No creo que veamos cambios reales y grandes resultados durante al menos un año y medio. La estimación aproximada es que cada mes de reducción o interrupción en la actividad requiere unos seis meses de rehabilitación”, analiza Gal Baysberg.
El ejecutivo predice que el sector de la alta tecnología será el primero en recuperarse. «Los fondos del gobierno para invertir en tecnología orientada al coronavirus, entre otros, son una de las mejores prácticas posibles», afirma.
Las áreas de la economía que ya venían peleando contra sus realidades -turismo, conferencias, eventos multitudinarios de cultura y entretenimiento-, dice Baysberg, fueron los más afectados y verán «caer con fuerza sus actividades o incluso sufrirán cambios permanentes».
«Estamos ante una gran puerta de entrada de nuevos inversores»
Jon Medved es fundador y director general de la plataforma de crowdfunding de capital OurCrowd. Para él, el impacto económico de largo alcance de la pandemia puede presentar una oportunidad dorada desde la óptica de la inversión.
«Invertir en épocas de recesiones económicas, como después del fin de la burbuja de Internet en 2001-2002, y tras de la crisis financiera de 2008-2009, ha resultado siempre lucrativo porque se puede comprar a menor precio. Ese es un muy buen escenario para los nuevos inversores” , explica Medved.
Desde su mirada, la crisis actual, a diferencia de las anteriores, generará cambios fundamentales a los que los inversores deberían prestar atención.
«Hay oportunidades como la telemedicina, el comercio electrónico, el trabajo remoto y el ejercicio desde casa. Zoom y Netflix comenzaron antes de la crisis pero se readaptaron bien», ejemplifica Medved.
El directivo agrega que no solo hay una justificación financiera para invertir en este momento sino también “un punto de inflexión en términos de grandes cambios sistémicos”.
De acuerdo con su visión, aquellos que estén dispuestos a adecuar la orientación de los recursos y a hallar a los socios correctos, “recordarán esta época como un momento extraordinario donde aprovecharon las oportunidades».
Medved predice que una mayor conciencia de los problemas médicos logrará que fluya más dinero a las áreas tradicionalmente menos financiadas de las empresas e investigaciones relacionadas con la atención médica. «Las personas están activas en el mercado de una manera que no recuerdo que sucediera en las dos crisis anteriores», dice.
En abril, Tyto Care, empresa israelí pionera en telemedicina, cerró una ronda de inversión de 50 millones de dólares y la compañía de ciberinteligencia sanitaria CyberMDX recaudó 20 millones.
Estos son dos de los muchos ejemplos de cómo Israel abordó la crisis del coronavirus.
Respecto a las empresas en sectores castigados como la aviación, hotelería y deportes, Medved aconseja reducir los gastos y tratar de pivotar para poder volver a ser relevantes en la realidad poscoronavirus.
Una empresa local que plantea un enfoque inteligente es Viziblezone. Originalmente creada para asistir a los conductores de automóviles a que eviten atropellar a los peatones, la tecnología de la compañía se comercializará ahora como una solución para que las empresas midan el distanciamiento social adecuado entre los empleados cuando regresen al lugar de trabajo de forma definitiva.
En referencia a esa situación, Medved explica que el desempleo es el problema más urgente para tratar. “Muchos de los otros inconvenientes se van a resolver mediante el uso de la tecnología, pruebas más rápidas y una vacuna contra la enfermedad. El drama principal es cómo lograr que un millón de personas vuelvan a trabajar”, vaticina.
«Hace falta entre uno y dos para la recuperación»
Israel Maimon es el presidente y director general de Israel Bonds, una compañía con sede en Nueva York que emplea a 210 personas en todo el mundo y que respalda bonos emitidos por el Estado de Israel que están en posesión de bonistas en EEUU, Canadá, Europa, Brasil y México.
Entre ellos, hay unos 25 estados y municipios de EEUU que tienen bonos de Israel. Y Maimon asegura que la pandemia no frenó la actividad. «A mediados de abril, el Estado de Ohio decidió comprar 25 millones de dólares adicionales en bonos porque allí saben que no habrá problemas de liquidez».
«En lo que se refiere a bonos oficiales, Israel continuará pagando intereses y capital como siempre lo ha hecho, incluso en tiempos de guerra», describe Israel Maimon.
Por otro lado, los gobiernos de todos los países afectados redujeron los ingresos ya que las personas trabajan y pero compran menos cosas. Y además tienen que aumentar de forma dramática el gasto en atención médica, beneficios de desempleo y ayuda a las empresas.
Con el aumento de los déficits y las deudas nacionales, los recursos internos y externos aprovechan para financiar estos gastos de emergencia. «Al comienzo de la crisis, hablamos con el Ministerio de Finanzas sobre la necesidad de un capital adicional de Israel. Los bonos de Israel son uno de los recursos externos más vitales que tiene el Gobierno para aumentar el capital e incrementar rápidamente sus beneficios. Así, acordamos vender mucho más que lo que planteaba nuestra meta anual habitual”, dice Maimon. ,
Es que para el especialista el impacto en la economía será grande y sus efectos durarán mucho tiempo .
En otra línea, Maimon añade que la crisis llegó a Israel cuando el país se encontraba en excelentes condiciones económicas, con bajo desempleo y una relación deuda-PBI del 60 por ciento en comparación con el 110 por ciento en los EEUU.
Según él, el Gobierno comenzó a recaudar sabiamente un capital adicional antes de que subiera el precio del dinero.
A pesar del largo alcance de las actuales dificultades, Maimon ve razones para ser optimista sobre la economía global, sobre todo si se considera que el sistema bancario permaneció intacto a diferencia de las crisis financieras anteriores.
“Los humanos nos hemos recuperado de terrible épocas, incluidas las dos guerras mundiales. Nuestra situación actual tomará de uno a dos años para la recuperación pero lo vamos a superar”, predice.
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