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| domingo diciembre 22, 2024

Un mensaje alentador sobre convivencia y destino compartido en tiempos de pandemia

Con el Profesor Fahed Hakim, Director del Hospital de Nazaret. Fotos: Gentileza del hospital.


Hospital de Nazaret

El Hospital de Nazaret  fue fundado en 1861, en tiempos del Imperio Otomano en la tierra de Israel y desde entonces, explica su director el Profesor Fahed Hakim, “sirve a la comunidad”. “El hospital ha estado al servicio de la población de la zona desde siempre, en toda circunstancia, y evidentemente, también en tiempos de pandemia”.

Recientemente participamos en una entrevista telefónica con el Profesor Hakim, organizada por Media Central para un grupo de periodistas. El mensaje transmitido por el Director del Hospital, fue alentador, tanto en cuanto a la entrega y dedicación de los equipos médicos, como a la relación con las autoridades del Estado y el cuidado que han dado a todos los sectores de la ciudadanía para enfrentar la pandemia.

“Cuando esto recién comenzó, como en los primeros días se demoraron las traducciones de todas las regulaciones del Ministerio de Salud Pública ya que el virus se hallaba sólo en el centro del país, nosotros decidimos traducir todo el árabe para que todos vayan sabiendo y entendiendo de qué se trata”, explica. “Era clave saber por qué hay que cuidar cuarentena, qué importancia tiene y cómo se propaga la enfermedad”.

En esta situación, era clave compartir información. “Desde el primer momento estuvimos en nuestro hospital muy conectados tanto con iniciativas lanzadas en el seno de la ciudadanía árabe y las municipalidades, como con numerosos profesores de todos los hospitales del país, trabajando mayormente con la población de la zona pero también con el Ministerio de Salud Pública”, explica.

“Nazaret se cerró antes que otras de la zona. Es la ciudad más grande del sector árabe y llegan aquí más de 3 millones de personas todos los años, por el turismo, pero evidentemente el turismo fue lo primero que se cerró”, agrega el Profesor Hakim.

Cuenta que lo primero fue instalar un servicio de Emergencia para Virología para internar allí a todos los pacientes sospechosos de haber contraído Covid-19. “Establecimos en el hospital mismo tres departamentos de Corona, a los que llamamos Victory 1, 2 y 3”. El Ministerio de Salud Pública les pidió abrir un cuarto departamento, por si se precisaran más camas. Dos de los departamentos quedaron activos rápidamente, y todas sus instalaciones estaban aisladas del resto del hospital, para poder seguir atendiendo a los pacientes con otros problemas, sin ningún tipo de riesgo.

En tiempos normales, la Emergencia del Hospital de Nazaret suele atender a cerca de medio millón de personas de la zona, la mayoría por casos cardíacos y diferentes tipos de trauma. De hecho llegan a este hospital también de las aldeas drusas del Golan cercanas a la frontera con Siria y beduinos del sur, porque al ser tratarse de un centro médico en el que el idioma principal es el árabe, se sienten en un ambiente cultural acorde con su mentalidad.

“Esto es especialmente importante en el departamento de Psiquiatría, ya que allí no se trata de auscultar a nadie o de medirle la presión, sino de lidiar con situaciones en las que el idioma y la cultura son esenciales. El hecho es que hemos atendido allí a más de un millón de pacientes”, señala el Profesor Hakim.

“Es muy interesante lo que está ocurriendo durante la pandemia en el sector árabe”, explica el Profesor Hakim. “Es un desafío también para nosotros, pero también es una oportunidad de ser parte de lo que está ocurriendo en todo el país. Es la primera vez que se ve que todos los ciudadanos están desplegando alguna actividad por una pandemia que nos desafía a todos por igual”. Recalca que cerca del 25% del personal médico en el país son médicos, enfermeros y técnicos árabes. “El país se basa también en ellos, son parte integral del sistema. Y también son líderes. Hay varios jefes de departamentos y en enfermería, los ciudadanos árabes marcan una presencia muy importante en todos los hospitales”.

 

Esto incide también en otra dirección. Como son tantos los ciudadanos árabes que trabajan en este campo como parte de equipos médicos a distintos niveles, el Director del hospital de Nazaret sostiene que “quizás en más del 80% de las familias árabes del país hay alguien en ese campo, o sea que se puede con facilidad llegar a todo el público árabe a través de ellos”.

Preguntamos si en medio de las complicaciones y también el dolor provocado por la pandemia, por gente enferma y por supuesto muertos, ve algo positivo a nivel nacional. El Profesor Hakim no duda ni un instante. “Vemos la cantidad de gente que hace actividades voluntarias a distintos niveles, que quiere estar involucrada, ayudar en algo. Lo vemos también en el hospital. Ciudadanos llaman, piden hacer algo, aportar en algo, se forman comités en la sociedad, en las municipalidades, es una gran cosa verlo.Me da mucho orgullo poder destacarlo”, sostiene. Cuenta que al comenzar la pandemia, aunque se dio la opción de ausentarse del trabajo para minimizar el riesgo en casos de puestos no esenciales desde el punto de vista médico, pero aún así seguir percibiendo el sueldo, nadie quiso aprovechar ese recurso. “Todos querían seguir trabajando, apoyando. Fue muy fuerte verlo. Sólo una pequeña parte de nuestro equipo, aquellos que por distintos problemas de salud podían estar en riesgo, no tuvo más remedio que irse a casa”.

Tras comentar que culturalmente hay diferencias entre la ciudadanía árabe y el resto de la población, destacó que en el sector árabe la población en promedio es más joven, lo cual ayuda a lidiar con el Coronavirus. Pero por otro lado, hay mayor incidencia de enfermedades crónicas en edades no tan avanzadas como entre 45 y 65 años,  como el doble de diabetes que en la población judía, alta presión y problemas cardíacos. “Esto se debe en gran medida a que más del 60% de los ciudadanos árabes fuman, lo cual es un factor de riesgo claro”, explicó.

En cuanto al riesgo de contagio entre los árabes de Israel, la parte cultural también influye. “En muchos casos, los mayores de la familia viven con nosotros, no pasan a un hogar de la Tercera Edad. Eso es muy bueno porque están en la comunidad y podemos cuidarlos, pero por otro lado aumenta el riesgo de su contagio”, explicó.

Preguntamos qué lecciones hay que sacar de la pandemia en Israel, en términos políticos en cuanto a la relación dentro del país entre los distintos sectores. El Profesor Hakim es claro. “No se puede dejar la política de lado. El virus nos enseñó que no diferencia entre unos y otros, que llega a todos lados-. Y lo que está pasando ha mostrado una muy buena conexión entre los ministerios de Salud Pública y Finanzas y hasta la oficina del Primer Ministro y la ciudadanía árabe”.

Un rol importante lo han jugado en la crisis los diputados de La Lista Conjunta, la tercera fuerza política del país, que suelen ser muy criticados por el israelí judío promedio por su dedicación intensa a la agenda palestina, y a veces también por los propios ciudadanos árabes a los que representan. El Director del hospital de Nazaret se refiere también a ellos. “Los diputados de la Conjunta han estado muy activos, están haciendo cosas, y en lugar de estar protestando contra discriminación, han entendido que es el momento de intensificar la cooperación, no de aumentar las diferencias. Eso está desarrollándose bien y conduce a cosas positivas”, asegura. Agrega que cuando ven un problema, lo plantean ante el Ministerio de Salud Pública, sugieren soluciones, no se limitan a andar echando culpas sino que buscan cooperación, y eso tiene resultados. “Hemos visto claramente que el Ministerio de Salud Pública presta atención y busca soluciones para todos”.

Preguntamos cómo ha actuado el Ministerio de Salud Pública con el hospital en cuanto a presupuestos y materiales. “El dinero para nuestros departamentos de Corona llegó todo del ministerio”, responde el director. “Esto ha costado millones de shekel y todo lo ha pagado el ministerio, claro está. Nos mandan todos los materiales y equipos necesarios. A veces hay cosas que se demoran, pero está claro que no habríamos podido abrir esos departamentos sin financiación”.

Telemedicina en el hospital de Nazaret con enfermos de Coronavirus

 

El Profesor Hakim agrega: “Yo veo un cambio en el encare mental. En lugar de quejarse , decir qué está mal y echar culpas, lo cual siempre ocurre en política, en lugar de estar diciendo qué no tenemos, qué no recibimos, vemos que se plantean los problemas al Ministerio, cuando algo está mal, abren puertas, se hacen escuchar, les prestan atención, y se hallan soluciones. Eso es importantísimo”.

Más allá del análisis a nivel nacional, de la relación central con el Estado, el Profesor Hakim analiza el comportamiento de la gente. “La mayoría se cuida, entiende y toma precauciones, como máscaras y guantes, todo lo que sabemos. Otros no hacen caso y hay también quienes sienten que un fantasma los acecha por todos lados”, señala. Cuneta, como pediatra, que la pandemia crea problemas sicológicos y sociales en niños, que no duerme n bien, vuelven a orinarse y temen salir de la casa. “Esto ocurre también con mayores que toman una aprensión muy grande y evitan salir aunque cuidándose bien podrían hacerlo. El gran problema al respecto es que hay casos-y nos pasó hace poco- de gente que muere porque teme ir al hospital aunque debería hacerlo, por ejemplo con dolor en el pecho. Ha pasado en nuestra zona, con una mujer que tenía dolor en el pecho y al final la encontraron muerta, y un hombre que había tenido un derrame cerebral , precedido por dolores que podrían haber indicado que debe ir al hospital, pero no fue, y finalmente falleció”.

El Profesor Fahed Hakim resume su visión, como ciudadano árabe israelí. “Como minoría, esto es una oportunidad. Yo veo la parte positiva. Depende de cómo se lidia con la situación. Yo veo una minoría que sabe poner las cosas sobre la mesa, estoy realmente orgulloso de cómo la gente lidia con esto. Quiero ver a los árabes integrados en la sociedad israelí, y después de esta pandemia, no volver al punto en el que empezamos. Hay que ir hacia adelante, no hacia atrás. Cada ciudadano es un soldado para su sociedad, que quieres ser parte y aportar. Y es posible. Queremos hacerlo”.

 

https://www.semanariohebreojai.com/articulo/2763

 
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