Cuando se habla de la pandemia como fenómeno global, ello no pasa por alto por supuesto a los palestinos. Pero tras una primera ola manejada con enorme éxito, el segundo estallido es duro y los números, preocupantes. Simbólicamente, está ocurriendo lo mismo que en Israel.
Para conversar sobre esto y otros temas relacionados a la temática palestina, nos contactamos con el periodista Ohad Hemo, cronista de asuntos palestinos en Hevrat Hahadashot (N12) en la televisión israelí.
P: Ohad, la primera ola de la pandemia en los territorios controlados por la Autoridad Palestina, así como en la Franja de Gaza bajo Hamas, fue llevada con gran éxito. Hasta resultaba sorprendente ver los números tan bajos. ¿Cómo te parece que se podía explicar?
R: Realmente había una anomalía en el mundo árabe en cuanto al Coronavirus en comparación con Europa. Eso incluye a los palestinos. Los números eran dramáticamente bajos. Claro que eso se puede atribuir a la joven edad de promedio y a las duras restricciones impuestas. Pero como sabemos, hoy todo cambió.La segunda ola golpea muy fuerte en los territorios. Los números son impresionantes. Estamos hablando el miércoles de tarde. Hasta ayer había casi 8500 enfermos confirmados , numerosos de ellos graves . En Hebron hay más de 6.000, es el foco central sin duda. Y esto tiene serias derivaciones médicas pero también económicas.
P: Las dificultades económicas no comenzaron ahora por cierto.
R: Por supuesto. La Autoridad Palestina está sumida en una seria crisis económica. Sigue oponiéndose a recibir de Israel el dinero de los impuestos que le corresponden, porque continúan enfrentados por los pagos que la Autoridad Palestina hace a los presos y a los “mártires”.
P: El polémico tema de los pagos a responsables de atentados y a sus familias, por lo que Israel decidió deducir la suma de esos pagos, del dinero de los impuestos que debe transferir a la AP. Y la AP lo rechaza.
R: Así es. La Autoridad Palestina se halla desde mucho antes del Coronavirus en una seria crisis económica. Las arcas públicas están vacías y no alcanza el dinero para pagar sueldos completos. Últimamente ha habido manifestaciones de independientes que se sienten ahogados. Y todo esto lleva a una situación de falta de gobernabilidad y caos muy serio.
P: Fauda. No sólo una serie, sino el sentido verdadero: caos.
R: Así es. Te diré que eso se siente más que nada en la zona periférica, fuera de las ciudades. O sea, en las ciudades mismas, la Autoridad Palestina está presente y es fuerte, pero el problema es la zona más campesina y los campamentos de refugiados donde tradicionalmente la gobernabilidad de la AP es menos fuerte.
P: ¿Y cómo influye la suspensión de la coordinación de seguridad con Israel que la Autoridad Palestina anunció meses atrás?
R: Esa suspensión, recordemos, fue una protesta de la Autoridad Palestina contra Israel por los planes de anexar parte de Cisjordania. Dado que esa posibilidad, que a los palestinos les preocupa , aún no ha desaparecido, se mantiene la reacción de la AP. Y en esta situación-volviendo al tema de la gobernabilidad de la AP-, tiene prohibido introducir tropas de seguridad de otras zonas a la periferia.
P: Y ese vacío-me imagino que a eso vas- siempre lo llena alguien.
R: Por supuesto. Quien sustituye ahora a la AP en esas zonas son más que nada el brazo armado de Fatah, el Tanzim, jóvenes de Fatah, que se presentan como “el adulto responsable”. Pero es un problema, porque son, como decía, el brazo armado de Fatah, no es la Autoridad Palestina misma.
P: Lo cual significa menos responsabilidad.
R: Por supuesto. Y en el terreno vemos los efectos en los últimos meses. Se nota la presencia de grupos armados que manifiestan, disparos entre clanes rivales, una sensación clara de debilitamiento del gobierno central.
P: Y en esta situación, la interrupción de la coordinación de seguridad por parte de la AP ¿es auténtica o para las cámaras? ¿Qué está pasando en el terreno?
R: Es absolutamente auténtica. No hay ninguna cooperación, nada de nada.
P: Muchas veces había habido anuncios así, pero en general eran más dramáticos que la situación real en el terreno.
R: Así es. Pero esta vez no. No hay absolutamente ninguna coordinación. No hay ninguna llamada telefónica entre oficiales israelíes y oficiales de los cuerpos de seguridad palestinos. Ningún contacto. Y eso es muy peligroso. Pero algo que sí ocurre, por decisión palestina, es que cuando Tzahal entra a una ciudad palestina a detener a algún sospechoso, las fuerzas de seguridad palestinas se van del lugar para evitar riesgo de roces. Quieren abstenerse de choques con Tzahal. Es muy peligroso si llega a haber disparos entre las partes, algún incidente producto de un malentendido.
P: Que tú sepas ¿ha habido incidentes de ese tipo en los últimos meses?
R: Muy pocos, pero hay que tener cuidado.
P: Cuando decías que es “peligroso” ¿eso incluye también el peligro que al no haber coordinación de seguridad con Israel haya mayor probabilidades de atentados contra Israel? ¿O te parece que la coordinación de seguridad no es clave en ese ámbito?
R: Me consta que la Autoridad Palestina continúa actuando contra el terrorismo como si hubiera coordinación de seguridad. Continúa deteniendo células de Hamas, irrumpiendo a sitios en los que se organizan. Claro que lo hacen por su propio interés porque entienden que es su interés que no salgan atentados contra Israel de los territorios bajo su control.
P: ¿Y notifican a Israel?
R: No, pero Israel sabe.
P: Ya que hablamos de las fuerzas de seguridad, una pregunta que las conecta con la parte económica. Tú informaste en el noticiero central que policías palestinos piden trabajo en Israel ¿verdad?
R: Así es. En los últimos meses decenas de efectivos de las fuerzas de seguridad palestinas han pedido permiso para trabajar en Israel. Y en situaciones más extsremas, ha habido policías palestinos que intentaron cruzar la barrera separatoria por puntos que están de hecho abiertos, para entrar a Israel como obreros ilegales y trabajar en construcción. Es una muestra de lo complejo de la situación.
P: Y se combinan el problema económico, la falta de estabilidad y la falta de gobernabilidad de la que hablaste antes. Además, claro, de la pandemia.
R: Así es. En la primera ola del Coronavirus la Autoridad Palestina se veía como el dueño de casa, parecía que habían vencido al virus, tomaron decisiones correctas, no populistas. Pero ahora la sensación es de pérdida de control y falta de eficiencia en la lucha contra el Coronavirus. Las decisiones que toman no son populares, hay no pocas manifestaciones, todo es un gran desafío para la Autoridad Palestina.
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