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| lunes diciembre 23, 2024

El Arte De Lo Posible


Pabellon de Israel en Expo Dubai 2021

Apenas se hizo público el acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos, se sucedieron obvias (y algunas no tan obvias) expresiones de felicitaciones y buenos augurios al tiempo que la lógica no se escondía: los palestinos, Irán y Turquía sacaban a flote todo su arsenal de sincero odio y resentimiento.

La Autoridad Palestina exhortó a los Emiratos a retractarse inmediatamente de un acuerdo que normalizará las relaciones entre un Estado árabe e Israel, y trataron a los gobernantes de los Emiratos y su decisión como “despreciables”. Uno de los voceros de la Autoridad Palestina Nabil Abu Rudeina dijo en la televisión palestina que están frente a “una traición al pueblo palestino, a Jerusalem y Al-Aqsa”.

Rudeina exigió una reunión de la Liga Arabe para rechazar el acuerdo y su jefe, el inefable Presidente Mahmoud Abbas, sentado hace 14 años en la Presidencia de la Autoridad Palestina ordenó el retorno de su Embajador en Emiratos como señal de protesta. Pero claro, los tiempos cambian. Cuando Egipto e Israel hicieron la paz, la Liga Arabe de entonces agredió muy fuerte a Egipto y lloró lágrimas de cocodrilo cuando lo asesinaron. Hoy, Arabia Saudita, Omán, Bahrein, miran con muy buenos ojos esta movida aunque son cautos al expresarse públicamente, pero Egipto y Jordania no son tan modestos y felicitan formalmente para que no haya nadie que no se entere. Hoy, no hay una Liga Arabe que vaya a responder al ataque de furia de Abbas. Y menos desde la Unión Europea, América del Norte, y América Latina(salvo Maduro y sus amigos cubanos) desde donde se sumaron los mensajes de apoyo al Acuerdo.

Los palestinos creen que lo mejor es sentarse a la vera de Irán que en una mesa de negociaciones. Declarativamente no les va mal. Semanario Hebreo Jai cita la primer declaración de un jerarca iraní apenas conocido el acuerdo y la misma no deja dudas sobre cómo se componen los bandos hoy en Medio Oriente. El asesor del Presidente del parlamento iraní para asuntos internacionales, ex vice Canciller de su país, señaló:”El nuevo encare de los Emiratos de normalizar vínculos con el Israel criminal y falso, no mantiene la paz y la seguridad sino que sirve a los continuos crímenes sionistas”, escribió Hossein Amir—Abdollahian. “El comportamiento de Abu Dhabi no tiene justificación, dando la espalda a la causa palestina. Con ese error estratégico, los Emiratos quedarán envueltos en fuego sionista”.

Y el otro aliado palestino,el Presidente de Turquía dijo rápidamente que los Emiratos habían cometido traición y en un gesto que habla de su pensamiento y acción política, Erdogan otorgó inmediatamente ciudadanía a decenas de terroristas de Hamas que operan y planifican desde Estambul.

Los palestinos, al igual que los demás protagonistas del ajedrez del Medio Oriente no pueden hacerse los distraídos. Cuando se anuncia públicamente un acuerdo como el de Israel y Emiratos es porque durante muchos meses han habido negociaciones de todo tipo no sólo en la región sino en y desde Estados Unidos (que por algo fue quien lo anunció) y en Europa. No se necesita ser investigador político para saber que hace mucho tiempo los relacionamientos fuera de formalidad y protocolo entre Israel y los Estados del Golfo se venían incrementando. Sin embargo, la Autoridad Palestina desde hace años prefiere apoyarse en Irán, Turquía y recoger migajas de Rusia, en lugar de dar un paso adelante. Claro, Abbas y su corte viven muy cómodos guardándose las fortunas que llegan a Ramallah y en realidad su gente les importa entre muy poco y nada. Ha sido muy cómodo atenderse en los hospitales israelíes, recibir el apoyo israelí para controlar el coronavirus, y al mismo tiempo llenarse de espuma en la boca gritando su odio más que anti israelí, antisemita liso y llano. Pero todo tiene su tiempo. Y ahora se les agota. Porque los discursos iraníes y turco son eso: discursos.

Uno de los consejeros de Abbas, Mahmoud Habash apareció hace tres días en la televisión palestina y preguntó mirando a la cámara: “¿Es esta la nación árabe que no reúne a la Liga Arabe en estos momentos? El vergonzoso silencio del mundo árabe muestra el rostro conspirador de la mayoría de sus miembros”. Y el Primer Ministro de la Autoridad Palestina Mohamad Shtayyeh anunció que van a boicotear la mundialmente famosa Expo Dubai del 2021.

Hasta aquí la estridencia. La realidad indica que los apoyos a la causa palestina de parte de la mayoría de los miembros de la Liga Arabe nunca se transformaron en hechos suficientemente tangibles como para siquiera modificar en un mínimo la historia que igual ha transcurrido con la implacabilidad del tiempo. Las abultadas ayudas económicas ofrecidas nunca llegaron a ser en la realidad ni cerca de lo prometido y para peor, no se necesitaba investigar mucho para saber que en medio de una corrupción rampante, las camarillas gobernantes desde Ramallah no hicieron nada que se parezca a redistribución de riqueza, por decir lo menos. Y lo otro que los gobernantes palestinos sabían y saben plenamente y no han querido enfrentar es que sus compatriotas en otros países árabes ni son bien tratados ni recibidos y mucho menos ciudadanos de los lugares donde han emigrado. O sea, la historia de la solidaridad árabe con la presunta causa palestina de la que se hizo alarde durante mucho tiempo, no sólo no fue tal sino que en 2020, tiró el velo al piso. El mundo árabe fue cambiando, mientras la narrativa palestina se quedó aferrada a decir no y apoyarse en la retórica iraní.

Los palestinos han perdido mucho otra vez. Coleccionaron oportunidades posibles y malogradas por décadas y la semana pasada, les guste o no, no fueron traicionados por Emiratos y los demás, como lo señalan sus dirigentes, sino simplemente dejados de lado. Así de duro, así de simple. No perdieron aliados vitales que se ocupaban a fondo de su causa sino apoyos retóricos, a veces también económicos que se cansaron de Abbas, y del rechazo de Hamas de 15 billones de dólares el 26 de julio de este año, para que Hamas deje su terrorismo y la contestación fue que no porque para Hamas (dicho por Ismail Hannyeh públicamente) lo importante es “la desaparición de Israel”.

Las acciones y reacciones al acuerdo entre Israel y Emiratos demuestran que probablemente los apoyos discursivos a los palestinos de algunos estados árabes podrán seguir, y no mucho más; que las relaciones comerciales, tecnológicas, científicas entre Israel y muchos estados árabes seguirán avanzando; que aún con cambios en la Administración de Estados Unidos, la política americana en Medio Oriente no mira la guerra sino acuerdos; que el terrorismo es para los terroristas: Hamas, Hezbollah ,su mentor Irán, y todo lo que pueda hacer en ese contexto Turquía.

Un escenario no necesariamente estable pero con alguna certeza más que hasta una semana atrás. Y por lo visto, aunque nadie pueda sorprenderse, otra vez el Consejo de Seguridad, la Alta Comisionada, el Consejo de DDHH, hicieron lo mismo que los palestinos: perdieron la oportunidad de estar a la altura. ¿Dónde están?. Vaya a saber.

 
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