Hasbara significa esclarecimiento en hebreo y consiste en esclarecer las verdades en torno al Estado de Israel. Si existe la necesidad de esclarecer verdades, es porque se mencionan, se publican y se propagan mentiras en torno al único estado judío del mundo. Y estas mentiras propician el odio y la hostilidad hacia Israel y de forma indirecta también hacia los judíos a los que prácticamente todo el mundo asocia con Israel.
Es fundamental dotar a los judíos de la Diáspora de herramientas útiles para combatir dicha hostilidad. Y añadiría que es imperativo que se invierta en formación en este campo a jóvenes y adultos para que la defensa de Israel y los judíos sea lo más profesionalizada posible. Es cierto que hay una parte de la población que siempre odiará a los judíos y que siempre negará la existencia de Israel por mucho que se expongan argumentos definitivos que contradigan las mentiras. Pero es también cierto que otra parte de la población, la más numerosa, está mal informada. Todos sabemos que la ignorancia es muy atrevida y puede ser el origen de muchas fobias. Y por eso, es imperativo informar con rigor de lo que de verdad es el judaísmo e Israel. La propaganda judeófoba y anti israelí es muy potente y los medios de comunicación en general tergiversan noticias y hechos que dañan notablemente la imagen de Israel y de los judíos.
Existen diversas investigaciones universitarias y publicaciones, así como varios parlamentos europeos, que sostienen que el antisionismo es una forma contemporánea de antisemitismo o mejor dicho de judeofobia. Pero hay que matizar que este antisionismo judeófobo no es estar en desacuerdo o criticar al gobierno israelí de turno. El antisionismo judeófobo se caracteriza sobre todo por no reconocer la legitimidad de la propia existencia de Israel, tildarlo de estado nazi, proclamar que es un país que practica el apartheid o proponer el boicot a todo lo que esté relacionado con Israel como hace el incipiente movimiento B.D.S.
Por tanto, hay que invertir en todo tipo de acciones educativas para poder combatirla hostilidad hacia Israel y hacia los judíos. Y estas acciones deben de estar encaminadas a desmentir mitos y luchar con prejuicios ya incorporados.
Así pues, es fundamental que la Hasbara y el combate contra la judeofobia se haga desde una óptica completamente apartidista y apolítica. Puede ser transversal y buscando la unidad, pero dichas acciones no deben estar acompañadas por un sesgo partidista o político porque si no, le resta credibilidad en los argumentos. Es difícil muchas veces abstraerse por completo de las convicciones políticas de cada uno y este combate por esclarecer la verdad para mitigar el odio a Israel y a los judíos debería centrarse en algunos puntos fundamentales y consensuados, mencionados a continuación.
Para la defensa de los ataques a Israel, habría sobre todo que insistir en tres grandes ejes.
En primer lugar, explicar la total e incuestionable legitimidad del Estado de Israel citando la Declaración Balfour en 1917, la partición del territorio de Palestina por parte de la ONU en 1947 (que los árabes rechazaron de plano) y las diferentes oleadas de inmigración de judíos a Palestina y sus legítimas compras de terrenos a ciudadanos árabes, así como la legítima votación de la ONU propiciando la declaración de independencia de Israel en 1948.
En segundo lugar, mostrar la excepcional e indudable salud democrática del Estado de Israel durante sus 72 años de existencia y que es la única democracia real de Oriente Medio donde las minorías gozan de plenos derechos, como la minoría árabe o LGTBI por citar algunos casos, e insistir en la diversidad cultural del país.
Y en tercer lugar, desmentir categóricamente que las fuerzas de Defensa de Israel tienen la intención de atacar población civil o conquistar unilateralmente territorios como muchas veces se las acusa. El objetivo es como el de cualquier país, es decir defenderse de amenazas terroristas dirigidas a destruirlo, así como el de salvar vidas inocentes propias. Reconocer errores de Israel no es negativo para el objetivo de mejorar la imagen. Pero hay que insistir que si se conservan algunos territorios conquistados con guerras defensivas o si mueren inocentes palestinos de forma fortuita es también es debido a la intransigencia y al profundo odio por parte de los enemigos de Israel que no luchan por determinados derechos, sino que su único objetivo es la destrucción de Israel.
Para el combate contra la judeofobia, las acciones se podrían englobar en tres o cuatro grandes áreas.
Primero, desmentir de forma contundente que los judíos mataron a Jesús que fue crucificado por los romanos, insistir que fue un judío importante en su época con grandes y valiosos aportes a la Humanidad y que sencillamente la religión judía está todavía a la espera de la llegada del Mesías.
También hay que recalcar que los ultra ortodoxos no representan más allá del 6 o 7 % de la población judía total, al mismo tiempo que hay que mencionar que los judíos no tienen ningún rasgo racial y físico diferente que les distingue.
Hay que desmentir igualmente con argumentos sólidos que los judíos no dominan la economía mundial ni conspiran para ejercer más poder. Los judíos no representan ni siquiera llegan a ser el 0,1 % de la población mundial y una mayoría de ellos no son millonarios precisamente. Todos estos argumentos a muchos les parecerán totalmente obvios, pero justamente en muchas ocasiones existe rechazo a los judíos por el total desconocimiento de los hechos y la tergiversación de la realidad.
Evidentemente, existen muchísimos más argumentos que sirven para mejorar la imagen de Israel y de los judíos. Es importante transmitir sobre todo sinceridad y honestidad y hay que volver a repetir la importancia de no posicionarse nunca de forma política ni partidista tanto en las tareas de Hasbara como de la lucha contra la judeofobia.
Y para acompañar esta serie de acciones, es imprescindible divulgar todo lo posible lo que fue el Holocausto (Shoah) para luchar igualmente con la creciente banalización y desconocimiento de la mayor de las tragedias ocurridas en nuestra historia.
Por supuesto, además de desmentir mitos y falsedades, es recomendable hablar siempre en positivo y con humildad de todos los logros de Israel y los judíos en el campo de la medicina, investigación y tecnología entre otros muchos ámbitos.
Ya por último, destacar de nuevo la importancia de que todos los judíos del mundo estén lo más unidos posible para defenderse de los ataques y combatir los estereotipos judeófobos y anti israelíes. Y para ello, he querido destacar en este artículo todos aquellos puntos donde hay un consenso generalizado. Ya lo dice el dicho: La unión hace la fuerza. Y yo añadiría aquí: la información verdadera e imparcial es el mejor antídoto contra la ignorancia y por ende contra el rechazo, la hostilidad y los prejuicios.
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