En los últimos tiempos, el Centro Simon Wiesenthal, cuya representación en Latinoamérica está dirigida por el Dr. Ariel Gelblung, nuestro entrevistado, ha cosechado grandes éxitos en la lucha contra el antisemitismo, al sumarse distintas instancias a la definición de antisemitismo de la IHRA, la sigla en inglés de la Alianza Internacional de Recuerdo del Holocausto. O sea, se abrazó un criterio internacional que define formalmente el antisemitismo. Y sabemos que decir las cosas claramente, es el primer paso para entender de qué se trata y poder combatirlas.
Sin subestimar la importancia de la inclusión de cada una de las entidades convencidas en la lista de quienes adoptaron la definición en cuestión, parecería que el ejemplo más interesante es de la Asociación de Fútbol Argentina. Al adoptar esa definición recalcó que debe combatirse el antisemitismo, racismo y discriminación en general en el deporte. En América Latina, eso es asunto serio.
Para comprender a fondo el significado de todo esto, nada mejor que entrevistar a Ariel Gelblung, nervio motor de todas estas iniciativas.
P: Ariel, en medio de numerosos éxitos en tu trabajo, en un país tan futbolero como Argentina, y por cierto lo hago extensivo también a Uruguay y América Latina en general, la adopción de la definición de antisemitismo de la IHRA por parte de la Asociación de Fútbol de Argentina me parece importantísima. ¿Qué podés detallarme al respecto sobre cómo se logró esto?
R: No es la primera vez que planificamos con la AFA.
Es más, la medida globalmente aplicada por los árbitros, de frenar el encuentro si verifican cánticos xenófobos o racistas en las tribunas son una creación conjunta entre el Centro Simon Wiesenthal y la AFA hace muchos años, a raíz de la repetición de situaciones de antisemitismo desde la hinchada de Chacarita cuando jugaba contra Atlanta, identificado con la comunidad judía por ser de Villa Crespo, barrio donde nuestra comunidad se asentó hace más de un siglo. De hecho, la resolución hace mención a eso. La AFA llevó esta medida a la FIFA y se globalizó.
P: Aquello fue hace tiempo, importantísimo, y esto es un nuevo paso, clave por cierto. Ustedes van a distintas instituciones, plantean el tema, sugieren que adopten la definición de antisemitismo…¿y qué pasa? ¿Enseguida te dicen “claro que sí” con entusiasmo, te preguntan y ellos qué tienen que ver , te piden que expliques?
R: La propia definición se identifica como “práctica no vinculante”. Por dicha razón, a pesar de ser adoptada por la nación, requiere un “acto de vinculación” para tener más fuerza. De hecho, la resolución del Ministerio de Relaciones Exteriores invita a organismos públicos y privados a adoptar la definición. Ahí tomamos la tarea activa de invitar a aceptar el convite, puerta por puerta.
En algunos casos preguntan si en su ambiente se ha sufrido casos de antisemitismo o por qué razón les llevamos la inquietud. Allí explicamos que Argentina tiene una ley antidiscriminatoria desde 1988 pero nunca queda claro cuando dicha discriminación es antisemita. Es fácil si alguien reclama que no lo aceptan en su trabajo por judío, pero no si sostenemos que lo responsabilizan por destrato a palestinos, por ejemplo. Hoy, la adopción, evita la laguna interpretativa.
P: ¿Podrías hacerme un resumen de todo lo que han logrado en los últimos tiempos? Casi te diría una enumeración de instituciones, entidades, que se han sumado a la definición de antisemitismo de la IHRA. Aunque en realidad, es muy larga la lista.
R: Así es, demasiado larga creo yo para enumerar a todos . Son numerosas. Gobiernos provinciales, municipalidades, distintas entidades en numerosas provincias del país, universidades.
P: Excelente.
R: De esa lista, algunas fueron impulsadas por comunidades judías locales. Otras en conjunto y algunas nosotros solos.
Por ejemplo. Apenas salió la adopción, hablamos con el Gobernador de Tucumán. Inmediatamente sacó la adopción e impulsó los otros dos poderes y la Universidad. La Universidad de Cuyo fue la primera porque tiene el antecedente de haber resuelto un caso de antisemitismo que denunciamos el año pasado usando la definición aún cuando Argentina no la había adoptado. Era casi un trámite.
Ayudamos en Rio Negro, Corrientes, Misiones.
Neuquén lo aprobó después que denunciáramos carteles antisemitas en las calles.
Bariloche fue un tema estrictamente personal. No podíamos dejar sin insistir en la ciudad que dio refugio a nazis, así como empezamos a insistir con el Partido de la Costa, dentro del cual se encuentra Santa Teresita, localidad donde vivió hasta su detención y extradición el ustacha Dinko Sakic.
Y la Universidad de Buenos Aires, tan politizada, para no comprometer a nadie, hicimos lo que debería suceder en todo el mundo. Empezamos el trámite por “ventanilla” (hoy digital). Seguimos todos los pasos burocráticos y lo logramos.
P: Un escéptico podría decir que las declaraciones no importan tanto, y que lo único que cuenta son las acciones. Entonces, primero…¿por qué es importante la adopción de la definición de antisemitismo?
R: Voy a responder como el abogado que nunca dejo de ser. Todos sabemos que nadie puede ser juzgado por una falta que no haya sido considerada tal previamente. Si una institución adopta la definición, está tomando partido por considerar falta a un acto previsto en sentido contrario. Y aquél que quiere denunciarlo tiene elementos para pedir esa condena.
Nuevamente lo que decía al principio, si la institución se vincula efectivamente y adopta para sí la definición, y en su ámbito sucede un acto previsto en la misma, ya no hay excusa para condenar.
P: ¿Y qué acciones esperas que deriven de ese paso de adoptar la definición? ¿Es más que nada un espíritu de respeto que se espera irradiar o algo más concreto aún? Y claro que no estoy minimizando la importancia de que haya una atmósfera exenta de odio y radicalismos.
R. Espero no ser reiterativo. Hoy la adopción ha marcado una línea clara que la ley antidiscriminatoria tenía muy difusa. Tenemos un elemento para defendernos y condenar a quien cometa actos antisemitas.
¿Por qué nos llamó tanto la atención la diputada de izquierda de Córdoba que votó en contra de la definición? Porque no quería bajo ningún concepto ser considerada antisemita por antisionista y apoyar la destrucción del Estado de Israel. Obviamente nadie quiere que su sistema jurídico lo considere en falta por sus convicciones. Pero los que hace un tiempo atrás hacían humor misógino hoy no tienen lugar porque la sociedad eligió otros valores. La adopción de la definición y nuestra lucha por ponerla en práctica nos da un elemento para cambiar ese paradigma.
P: Desde hace años, cuando investigadores de la universidad de Tel Aviv redactan el informe anual sobre antisemitismo, hay un aumento de los incidentes antisemitas. Es claro en Europa y en Estados Unidos. ¿Cómo evaluarías la situación en América Latina hoy en día?
R: Esta pregunta es un clásico de nuestros encuentros.
P: Tenés razón, siempre me preocupa.
R: Yo reitero que la región no es homogénea. Chile y Venezuela son cuestiones distintas. El resto, al lado de Europa y Estados Unidos parecen a resguardo. Podemos tener una vida judía en público sin temer por nuestra vida y seguridad. Eso no implica que vivamos en un paraíso. La pandemia ha generado, al igual que en todo el mundo, aumento de teorías conspirativas que nos involucran. Y sin duda, la pospandemia traerá graves consecuencias económicas y sociales que aún no vislumbramos. Pero cuanto mejor estaremos preparados para defendernos teniendo la definición adoptada….
P: ¿Hay algo que yo haya omitido preguntar y que te parezca importante mencionar ahora?
R. Si respondo todo lo que tengo para decir, me pierdo un próximo encuentro. Mejor no.
P: Con todo lo que hacés, siempre habrá razones para un próximo encuentro. Gracias mil Ariel.
R: A vos , como siempre.
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