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| domingo diciembre 22, 2024

Excelente entrevista! Digna de leer y difundir

Un gran testimonio humano y profesional desde el Hospital Rambam, con la médica Dra. Haitam Hussein, jefa de todo el sistema de Coronavirus

Fotos (salvo las de la Dra. Hussein): Dover Tzahal


La Dra. Haitam  Hussein (45), experta en Medicina interna, Epidemiología y Prevención de Infecciones del Centro Médico Rambam en Haifa, fue nombrada en el mes de marzo para encabezar el nuevo departamento “Keter” (Corona en hebreo) para lidiar con el nuevo desafío de la pandemia. Hoy ya son varios los departamentos de Corona que supervisa, cada uno de ellos con su director, siendo ella la que encabeza todo el sistema.

Haitam es originaria de la aldea árabe israelí Rame en la Galilea. Se graduó de médica en Hadassah en Jerusalem, vivió en Haifa y hoy en día reside en Carmiel con su esposo y sus dos hijas de 8 y 10 años. En el 2011 fue nombrada Coordinadora de Control de Infecciones en el Rambam y en el 2014 pasó a ser la Directora. Ahora, es la jefa de todo el sistema Coronavirus del hospital.

 

P: Dra.Hussein, gracias por atenderme nuevamente. La entrevisté por primera vez meses atrás, en marzo, cuando Israel estaba en la primera ola de la pandemia. En aquel entonces ¿podía concebir que se llegaría a la situación actual, que tantos meses después estaríamos aún lidiando con esto, con tal gravedad?

R: La verdad que no pensé que llegaríamos a esto. Nunca creí que llegaríamos a los números que tenemos hoy. No pensé que tendríamos que abrir nuestras instalaciones subterráneas. Ni siquiera en agosto, cuando comenzó el deterioro, pensé que se llegaría a esta situación. O sea, me dije que tendríamos más enfermos pero no así. Aún creía que lograríamos frenar la ola pero lamentablemente eso no sucedió. Para nada.

 

P: ¿Cómo dividir la responsabilidad por la situación actual? Está claro que la población no cuidó ni cuida lo suficiente , pero por otro lado el gobierno no manejó bien la crisis. Es mi análisis. ¿Así lo ve también usted? ¿La responsabilidad es compartida?

 

R: Creo que en efecto la responsabilidad es compartida. Es de todos. Por un lado el gobierno no impartió instrucciones suficientemente claras y hubo zigzagueo. Por otro lado, no se puede eximir a la población de su responsabilidad. Pedimos a la gente que se cuide. Yo me cuido no por el gobierno ni por los políticos sino por mí misma. El hecho que la gente no respeta las normas es un problema central.  La gente anda diciendo “va a estar todo bien”, como es muy común acá, que son tonterías,  actúa con una seguridad exagerada desde que logramos salir tan bien de la primera ola. En la primera ola sin duda fuimos de los mejores del mundo. Pero entonces pensamos que no tenemos que preocuparnos, que vamos a ganar también ahora. Y lamentablemente, también hay quienes no creyeron, quienes no creen en lo que es este virus.

P: Los que relativizan o desmienten el virus…aún existen.

R: Es lamentable que también hubo profesionales que confundieron al público, dando entrevistas a los medios que ponían en duda la importancia de las instrucciones, apoyando así a quienes no las cuidaban. Y hoy todos estamos pagando el precio.

 

P: Cuando esa gente hablaba, incluyendo algún médico ¿usted, que atiende a los enfermos, se preguntaba en su fuero íntimo por qué no prohíben esas entrevistas, pensando que son un peligro para la salud pública?

 

R: Somos un país democrático. No se puede hacer eso. Pero por otro lado no tengo ninguna duda que esas apariciones en los medios de gente, especialmente médicos, diciendo que Coronavirus es una tontería y no es tan serio,  era una absoluta irresponsabilidad. Me enojaba mucho ver esas entrevistas. Y lamentablemente, muchos de los que aparecían en televisión con su planteamiento negando lo grave de la situación, no creo que hayan atendido ni un día a un enfermo de Coronavirus.Eso me enoja porque gente común que los mira desde sus casas, ven a un profesor, médico, diciendo esas cosas, y pueden creerle. Y no entienden que esta es una enfermedad nueva, que ellos no tocaron ni a un enfermo de Coronavirus , no vieron a los enfermos deteriorándose, no vieron a un muchacho joven al que tenemos que conectar a respirador. Hay gente que no sabe nada y habla gratuitamente. No se puede presentar como experto  a quien no es epidemiólogo. Claro, es una democracia, y está permitido. Pero hay que tener responsabilidad.

 

P:¿Le enojaba ver ese tipo de entrevistas con gente que minimiza el Coronavirus sin venir de ninguna especialidad que justifique que opinen?

R: Por supuesto. Mucho. Estoy trabajando desde hace 8 meses sumamente duro, veo el trabajo de los médicos que están haciendo sus especialidades, a las enfermeras, a todos nuestros equipos desgarrándose en el trabajo y luego vienen quienes no atendieron a ni un enfermo de Coronavirus, no tuvieron que ponerse ni una vez el traje protector, y se ponen a dar opinión sobre lo que no conocen. Irresponsabilidad total.

 

P: Una enfermera que conozco bien, que trabaja en Corona, dice que esa gente debería ir de voluntaria a ayudarlos en el trabajo.

R: ¡Exacto! Quiero verlos media hora en nuestros departamentos de Corona. Que vean cómo un muchacho joven se deteriora, o una jovencita de 16 años por cuya vida luchamos…a ver si después dicen que el cierre no sirve y que esto no es nada grave.

 

Todos juntos,luchando

P: Hace poco todos los departamentos de Coronavirus del Rambam fueron trasladados al estacionamiento subterráneo que sirve ahora como una gran instalación especializada en el virus. Y trabajan todos juntos allí. ¿Cómo es el mosaico humano allí?

R: Tenemos allí todos los departamentos de Corona, CTI, todos en ese espacio sin divisiones internas en el que trabajamos juntos, uno al lado del otro. Además, entraron también equipos médicos del ejército .

El Vice Comandante en Jefe de Tzahal General Itzjak Zamir, junto al Director del Rambam Dr. Miki Halbertal (Foto: Dover Tzahal)

 

P: Eso es muy especial, sin precedentes. Este domingo justamente quedan inaugurados los dos departamentos de Corona de Tzahal.

R: Es sumamente especial. Y trabajamos juntos todos tal como lo hemos hecho todos estos meses, como siempre. Seguimos haciéndolo, apoyándonos unos a otros, todos los sectores de la sociedad israelí: árabes. Judíos, drusos, cristianos, de todas las comunidades y corrientes religiosas, laicos, es impresionante ver la mutua solidaridad y el increíble mosaico humano que tenemos aquí.

P: ¿Qué le parece que ha hecho esta pandemia-que ha redoblado el esfuerzo médico de rutina-  a las relaciones entre judíos y árabes en Israel? Recordemos que son numerosos los médicos y enfermeros que como usted, son miembros del sector árabe de la ciudadanía israelí. Y evidentemente, están también del lado de los pacientes que reciben atención.

R: Pero esto no es nuevo en nuestro hospital, en el Rambam. Así vivimos desde siempre. Puede que ahora haya quienes estén más expuestos a esto, pero es un valor evidente en Rambam, siempre. Nuestro centro médico es el empleador más grande del norte de Israel. Una zona en la que viven árabes y judíos. Siempre vivimos juntos. Y en este hospital, trabajamos juntos, vivimos juntos y desarrollados vínculos personales. El director del hospital ya lo dijo: esto no es un proyecto o responsabilidad solamente de un departamento sino que todo el hospital se aboca a ello. Y en la instalación subterránea, como no tiene separaciones, están juntos los médicos de medicina interna, cirujanos, pediatras, ginecólogos, anestesistas…Todos se encuentran allí . Trabajamos hombro a hombro, médicos de todos los sectores, enfermeras, psicólogos, asistentes sociales, porque esto es un operativo enorme. Y nos apoyamos todos mutuamente. Es impresionante. Nos ayudamos también en los turnos, en las noches, es una vivencia muy singular.

Los departamentos militares

P: ¿Y cómo ve la entrada de equipos de médicos de Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel, como parte del sistema? 

R: Ante todo, es algo que nunca ocurrió en Israel. Es muy desafiante introducir equipos del ejército al hospital. Es la primera vez que médicos del ejército van a atender a civiles dentro del  Estado de Israel. O sea, han atendido civiles en misiones en el exterior en ocasiones de catástrofes…

P: Las misiones de ayuda humanitaria…

R: Así es. Esta nueva situación es un desafío. A nosotros nos emociona. Hubo una gran logística para introducir a esos equipos y enseñarles cómo trabajamos. Lo hicimos gradualmente en los últimos días y lo seguiremos haciendo. Hallaremos la forma de trabajar también con ellos. Vinieron a trabajar, a ser parte de nosotros y eso es un gran apoyo, algo que nos permitirá continuar con la actividad del hospital, porque se trata de una gran cantidad de gente que nos ayudará mucho. Son tanto médicos ya con mucha experiencia como médicos más jóvenes que vienen al Rambam a erigir dos departamentos de enfermos de Coronavirus. Ya este domingo en uno de los departamentos empezaremos a recibir enfermos y si es necesario, abriremos el segundo.

P: Según se informó, se trata de aproximadamente 100 médicos, enfermeras y otros equipos médicos. ¿Van a estar de uniforme o vestidos como ustedes?

R: Como nosotros. Todo igual que nosotros. Son médicos como nosotros. Y las reglas en nuestro trabajo serán también suyas.

 

Vistiendo con el equipo protector, a uno de los miembros del equipo médico del ejército

 

P: ¿Y usted está a cargo de todos, como jefa de todos los departamentos de Coronavirus?

R: Yo estoy al frente, sí, de todo el sistema de Coronavirus.Los dos departamentos del ejército tienen su propio director y trabajamos juntos en cooperación. Cada departamento tiene su director y nosotros, los directores generales, trabajaremos juntos.

 

P: Todo es muy especial. Usted es una médica que llegó a su posición por su profesionalismo y trayectoria. Pero yo me quiero referir a algo que va más allá de ello. Y lo que veo acá es una médica del sector árabe israelí disponiéndose a trabajar con su colega, oficial en Tzahal. Y pienso que alguien que llega del exterior y conoce Israel sólo por los titulares de la prensa, puede no creer lo que estamos hablando. Es surrealista.

R: (risa) Es cierto. Pero reitero, nosotros estamos acostumbrados a ellos. Así trabajamos en el día a día. Te cuento que también cuando era una médica joven, cuando fue la segunda guerra en Líbano, lo viví. La mayor parte de los heridos llegaban al Rambam. En ese entonces, el 2006, yo estaba en Medicina interna.Ayudábamos a los cirujanos, en la emergencia, muchos de nuestros médicos fueron reclutados. El mes de la guerra, pasé casi todo el tiempo en el hospital. Soy parte del sistema, soy una médica israelí ante todo. Ahora trabajaremos con el ejército, pero como dije antes, nuestra realidad singular no comenzó ahora.

Una joven miembro del equipo médico militar, estrena su traje protector, ayudada por dos enfermeras. Combinación de identidades y religiones, todos israelíes.

 

P: Me parece muy emocionante.  Haitam, ustedes abrieron las instalaciones subterráneas que fueron construidas para la eventualidad de una guerra, para permitir que el hospital funcione bajo tierra, protegido de los misiles.  Y ahora están en otro tipo de guerra ¿verdad?

R: Así es. Es una guerra en todo sentido, pero el problema es que al enemigo lo tenemos entre nosotros, lo cual dificulta mucho las cosas. Como sabemos, puede haber gente enferma que no sabemos que lo está. Pero las armas de esta guerra son otras.

Los pacientes

P: ¿Qué me puede contar sobre los enfermos a los que atiende? En la primera ola se hablaba de gente mayor con enfermedades previas-un concepto problemático de por sí-y en esta segunda ola mucho cambió.

R: Por supuesto. Hay de todo. Hay enfermos de edad avanzada que llegaron de hogares de ancianos, pero hay también jóvenes. Muy jóvenes. Tenemos ahora a un chico de 26 años por cuya vida estamos luchando duramente. Tuvimos una chica de 24 años a la que tuvimos que conectar a respirador. Y una niña de 16 años en estado grave. De todo. También hay no pocos pacientes de entre 40 y 50 años que llegan en un estado sumamente serio. También gente que viene sin enfermedades previas. Pero ese concepto hay que entenderlo. Porque si alguien tiene presión alta y toma medicación para ello, lo cual es considerado una enfermedad previa, eso no significa que estaba por morir. Puede ser diabetes controlada con remedio, diversas cosas con las que la persona podría haber vivido muchos años más.

P: De no ser por el Coronavirus.

R: Exacto. Una publicación del departamento de epidemiología indicaba que entre el 40 y 50% de los fallecidos podrían haber vivido entre 5 y 10 años más por lo menos. Inclusive enfermos de cáncer, que no estaban por morir en absoluto.

La enfermedad

P: Como experta en enfermedades infecciosas ¿qué ha aprendido usted sobre esta enfermedad? Todo el tiempo se dice que como es natural, recién se está aprendiendo porque esto es nuevo.

R: Una de las cosas más importantes desde un punto de vista profesional, es que hay que ser humildes y entender que no sabemos todo. No conozco otra enfermedad en la que las cosas cambian tanto, de un extremo a otro, en tan corto tiempo. Es una enfermedad nueva en la que vamos aprendiendo sobre la marcha. Hay cosas que dijimos al principio que hoy pienso que eran tonterías. Y puede ser que dentro de un año escuche cosas que estoy diciendo hoy y entienda que estaba equivocada.

P: ¿Para tanto?

R: Sí. Es una enfermedad en la que aprendemos constantemente. La enfermedad va cambiando su comportamiento, tanto en lo relativo a cómo la vive el paciente, como al aislamiento que requiere y a su transmisión.

P: ¿A qué se refiere con esto último?

R: Al principio pensábamos que hay un componente muy fuerte de contacto directo que hace que la enfermedad pase de uno a otro. Se pensaba que el virus puede vivir semanas o meses quizás, pero hoy sabemos que este virus sobrevive como otros.

P: ¿Qué significa esto?

R: Sabemos que un virus, fuera del cuerpo, vive minutos o unas pocas horas, no más que eso. Eso pasa también con este virus. Y sabemos que la forma principal de transmisión es por las gotitas, por las vías respiratorias. Si hay un elemento de contacto, es secundario. No es el central. Otro elemento muy importante es que al principio suponíamos que había que conectar rápidamente al enfermo al respirador, no esperar. Pero hoy sabemos que hay que hacer todo el esfuerzo posible por no llegar a la respiración artificial.

P: ¿Eso los puede complicar más todavía?

R: Exacto. Puede agravarse. Así que hoy hacemos todo para no conectar al enfermo al respirador. Claro que no esperamos que el paciente se desmorone pero esperamos más que antes. Hoy también sabemos que los tratamientos con medicinas  no son tan buenos. Hay remedios anti virales pero hemos visto que lo que más efecto hace es el tratamiento de apoyo dado al paciente. Al principio se decía que no hay que dar esteroides pero hoy sabemos que los esteroides son un componente importante del tratamiento. Hemos aprendido mucho en el camino.

 

La irresponsabilidad de Trump

P: ¿Qué opinión le merece el comportamiento del Presidente Donald Trump?

R: Irresponsable. No es un ciudadano común que hace lo que quiere. Tendría que entender la influencia que tienen sus acciones sobre millones que lo miran. Es muy triste que también después de haberse contagiado siga con la misma línea. Es triste que el líder de uno de los países más grandes y fuertes del mundo, de los más influyentes, actúe de esta forma. Realmente es una gran irresponsabilidad. Es muy extraño.Yo veo a nuestros enfermos, el temor que sienten, la presión bajo la que están, veo cómo gente común cambia de opinión cuando lo vive, comprende la gravedad de la enfermedad. Me cuesta entender su empecinamiento.

A modo de resumen

P: Haitam ¿cuál es el mayor desafío en todo esto? Claro que está la parte médica, clave. Pero está también la dimensión emocional ¿verdad?

R: Sin duda. Lo que a mí me resulta más difícil es sentir que no hay horizonte, que no sé cuándo va a terminar todo esto. Al principio pensamos que duraría unos pocos meses, terminaría y volveríamos a ser lo que éramos antes, volveríamos a hacer lo que hacíamos antes. Pero ahora no veo el horizonte, no sé cómo será nuestra vida después de esto. Realmente no tengo idea cómo viviremos con el virus. Cuando se hacen estudios serológicos, se ve que sólo parte de los pacientes desarrollan anticuerpos o sea que uno se pregunta si pueden volver a contagiarse. Esta incertidumbre es lo más difícil. A mí no me da miedo trabajar duro. Hago todo lo que se necesita, pero no veo el final, y eso, a mí personalmente, me cuesta mucho.

 

P: Hablando de la parte emocional , se me ocurre que un aspecto muy difícil de todo esto es que muchos enfermos fallecen solos, sin su familia a su lado. Ustedes sustituyen en gran medida a la familia ¿verdad? ¿Cómo lo viven?

R: Bueno, te diré que al principio los que nos guiaba era que debemos cuidar a la gente, a los familiares, que no entren a visitar para no correr el riesgo de contagiarse. Pero de a poco las duras escenas de enfermos que fallecen  solos, de los familiares que no tuvieron la oportunidad de despedirse de ellos y de decirles las cosas importantes que uno desea decir a un ser querido en un momento así, me hicieron cambiar de pensamiento. Todo eso nos sensibilizó mucho. Es que es difícil describir en palabras esos momentos tan duros que viven las familias desde lejos. Tuvimos un caso de una jovencita de 24 años que estuvo un mes con nosotros, dos veces tuvimos que ventilarla, luego mejoró, pero yo sentí su soledad. Y en determinado momento me dije que sea como sea traeremos a sus padres, que no puedo más ver esas situaciones. Entró su papá. Al principio quería llevársela a rehabilitación en su casa, entró y salió llorando, dijo que adecuará la casa para eso, que no está dispuesto a que su hija se quede más tiempo en el hospital. Ese caso me cambió definitivamente la forma de pensar al respecto y hoy permitimos que más familiares entren a ver a sus seres queridos que están graves y mucho tiempo internados . Permitimos que se pueda visitar a gente con necesidades especiales, que los puedan ver aunque sea por un tiempo limitado, claro que en condiciones que no corran peligro. Y ahora también llegan voluntarios, gente que ya tuvo Coronavirus y se recuperó.

P: Justamente la oficina del portavoz de Rambam informó hace unos días que  había llegado una primera voluntaria de JABAD, una jovencita que se había curado.

R:Así es. Ya tenemos algunos voluntarios así que ayudan a los pacientes y vendrán más. Es que sin duda, una de las cosas peores es la soledad de los enfermos. Pero te diré que en ese sentido, las nuevas instalaciones subterráneas ayudan, porque como mencioné antes, no hay separaciones y todo el tiempo hay mucha gente dando vueltas junto a los enfermos. Es una situación muy distinta de los departamentos cerrados de arriba. Aquí en todo momento hay médicos, enfermeras, personal. Pero claro que no es lo mismo que tener a la familia cerca.

P: Me pregunto si usted saldrá de esta pandemia distinta como médica de lo que era cuando comenzó.

R: Eso está clarísimo.Yo estaba en mi pequeño mundo de enfermedades infecciosas y estos meses he vivido otras cosas. Pero ante todo, desde el punto de vista humano creo que esto ha sido y es una experiencia que forma la personalidad de todos nosotros .Influye en nuestro modo de mirar la vida.Y siendo parte de un sistema tan grande, uno ve cómo puede influir en cosas desde arriba.

P: Es muy fuerte y emocionante todo lo que me ha contado. ¿Quisiera agregar algo?

R: Solamente que estemos todos sanos.

P: Que así sea. Amén.Muchas gracias Dr. Hussein.

R: A ti.

 
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