La reciente ola de acercamiento entre los países árabes e Israel y la flagrante incapacidad de la Autoridad Palestina para evitar que más naciones persigan la normalización con el estado judío han dejado a Ramala atónita.
Los esfuerzos de los palestinos para evitar que los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein firmen tratados de paz con Israel fracasaron después de que la Liga Árabe se negó a respaldarlos, a pesar de que la declaración de rutina condena a los estados del Golfo por «abandonar» la causa palestina.
Los días en que el acoso palestino intimidaba a los emiratos han terminado. La nueva generación de gobernantes del Golfo está hecha de material más resistente.
La semana pasada, el exjefe de inteligencia de Arabia Saudita, el príncipe Bandar bin Sultan bin Abdulaziz, montó un ataque sin precedentes contra el liderazgo palestino, dijo. «Hay algo que históricamente los sucesivos líderes palestinos comparten en común: siempre apuestan por el bando perdedor, y eso tiene un precio».
La conmoción que se sintió en Ramallah fue palpable. Tanto es así que incluso el principal negociador palestino, Saeb Erekat, acordó a regañadientes que los países árabes que buscan normalizar las relaciones con Israel «pueden hacerlo», pidiendo únicamente que se abstengan de atacar al liderazgo palestino como lo había hecho el príncipe saudí.
Parece que los gobernantes del Golfo no son los únicos que han tenido suficiente de los palestinos. Tanto Líbano como Siria han dicho recientemente que ya no descartan la idea de negociar un acuerdo de paz con Israel.
Incluso para Beirut y Damasco, la posible normalización con Israel ya no está indisolublemente ligada a la resolución del conflicto israelo-palestino.
No hay duda que los palestinos se han ganado legítimamente la forma en que el resto del mundo árabe los trata ahora.
Durante décadas han dado por sentado el apoyo de los países árabes, exigiendo que se cumplan todos sus caprichos sin importar el precio. Los países árabes acordaron que no fueran tachados de «traidores» a la causa palestina.
Pero estos días se han ido. Las reglas árabes ahora anteponen sus propios intereses a los de los palestinos y esto ha marcado el comienzo de una nueva era, una de normalización y paz con Israel.
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
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