Científicos israelíes han desarrollado un sistema de nanotecnología de vanguardia que puede destruir células cancerosas en ratones y podría ser potencialmente efectivo en seres humanos, según lo informó un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv.
Este equipo de científicos fue pionero en este método de tratamiento, que al parecer es tan preciso que es como si se estuvieran usando unas diminutas tijeras moleculares para matar incluso las células cancerosas metastásicas más agresivas.
“Desarrollamos un sistema de administración para estas tijeras moleculares que puede llegar específicamente a las células tumorales mientras deja intactas las células normales”, señaló el doctor Daniel Rosenblum, becario postdoctoral del Laboratorio de NanoMedicina de Precisión de la Escuela Shmunis de Biomedicina e Investigación del Cáncer de la Universidad de Tel Aviv.
“Al cortar su ADN en genes específicos que son responsables de la división celular o la supervivencia celular, básicamente los neutralizamos y mueren por el tratamiento”, agregó. «El sistema que desarrollamos se basa en la proteína Cas9 CRISPR en un formato de ARN [mensajero]».
El proceso, conocido como edición del genoma CRISPR, permite a los investigadores alterar las secuencias de ADN. Específicamente, los científicos de la universidad crearon lo que se conoce como «CRISPR-LNP», un sistema de liberación de nanopartículas lipídicas que transporta un mensajero genético (conocido como ARN mensajero), junto con un sistema de navegación que puede «reconocer» las células cancerosas.
Los hallazgos de la investigación revisada por pares se publicaron el mes pasado en la revista Science Advances.
«Este es el primer estudio en el mundo que demuestra que el sistema de edición del genoma CRISPR puede usarse para tratar el cáncer en un animal vivo de manera efectiva», señaló por su parte el profesor Dan Peer, vicepresidente de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Tel Aviv y director de TAU Laboratorio de NanoMedicina de Precisión.
“La idea aquí es tomar las células de los pacientes, editarlas en una placa fuera del cuerpo y luego inyectarlas de nuevo” en el paciente, añadió. «Creemos que esto podría ampliarse a mucho más que sólo los dos modelos que hemos probado», dijo Peer.
Hasta ahora, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv han probado la tecnología en ratones y no han observado reacciones adversas. Esto contrasta con la quimioterapia, que mata tanto las células cancerosas como las sanas.
Los CRISPR-LNP se probaron en tumores de glioblastoma, un tipo de cáncer cerebral extremadamente agresivo que tiene una tasa de supervivencia a cinco años de sólo el 3%. Además, los investigadores probaron el sistema en cáncer de ovario metastásico, una de las principales causas de muerte entre las mujeres y el cáncer más letal cuando se ve afectado el sistema reproductor femenino.
Para los tumores de glioblastoma, se encontró que el tratamiento duplicaba la esperanza de vida promedio de los ratones y mejoraba su tasa de supervivencia general en aproximadamente un 30%. Para el cáncer de ovario, la tasa de supervivencia general aumentó en un 80%.
“Imaginamos que simplemente podemos inyectar [el tratamiento] en el cuerpo y gracias al GPS pueden encontrar el camino hacia el tumor”, dijo Anna Gutkin, estudiante de doctorado en el laboratorio.
“Encontramos varios obstáculos en el desarrollo de esta tecnología, pero es emocionante trabajar en esto. Realmente nos abre nuevas vías para desarrollar terapias novedosas», agregó.
Además de su impacto potencialmente revolucionario en los tratamientos futuros del cáncer, la tecnología también abre la puerta para tratar enfermedades genéticas raras y enfermedades virales como el SIDA, según los investigadores.
Actualmente, Pfizer (BioNTech) y Moderna están utilizando una tecnología similar basada en ARN mensajero para sus vacunas COVID-19.
“Nuestro sistema es un poco más sofisticado tanto por los materiales con los que se crean [y] también le dimos un sistema GPS, que es bastante único”, señaló Rosenblum.
En el futuro, Peer y su equipo esperan probar la tecnología innovadora en modelos animales más grandes. Se espera que los ensayos en humanos comiencen en unos dos años.
“Debido a la crisis del coronavirus, hemos sido testigos de la rapidez con la que los nuevos enfoques podrían trasladarse a la clínica”, dijo Peer. “Cuando empezamos pensamos que se trataba de un ‘enfoque de ciencia ficción’, pero básicamente funciona, al menos en los modelos animales que hemos probado”, concluyó.
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