Un enorme entusiasmo envolvió a Israel en el primer día de la vacunación

Este domingo 20 de diciembre fue en Israel un día muy especial. Podríamos limitarnos a informar sobre el hecho que comenzó la campaña nacional de vacunación contra el Coronavirus, sobre las distintas etapas que se irán cumpliendo y cuántos van recibiendo ya la vacuna. Pero lo que quisiéramos destacar es  el ambiente general, la emoción, el entusiasmo. Y eso ocurre cuando la gente siente que se acerca el fin de la pandemia y  que aunque aún lleve unos meses, se ha encontrado la solución.

Claro que aún están quienes dudan, quienes ideológicamente se oponen a vacunas-existen en Israel y en el resto del mundo-y quienes no se animan a dar por segura una vacuna creada en un año.  Pero la sensación generalizada es que Israel se lanzó con los brazos abiertos a esta campaña, en parte quizás también por el orgullo que inspira que el país sea uno de los primeros del mundo en comenzar la vacunación de toda su población.

Evidentemente recién cuando se confirme cuánta gente se vacuna, podremos decir si nuestra impresión era correcta o si percibimos equivocadamente el sentir general. Pero por ahora, vale la pena compartir algo de esta jornada singular.

A media mañana llegamos por razones personales al hospital Hadassah de Jerusalem y captamos un movimiento especial. El Presidente de Israel Reuven Rivlin estaba por llegar a vacunarse, fue recibido por el Director del hospital Profesor Zeev Rotshtein  y evidentemente, aseguró luego que se siente lo más bien y exhortó a todos a recibir la vacuna.

Todo el día se fue informando desde distintos especiales, qué figura pública se había vacunado y dónde. El Ministro de Finanzas, el Jefe del Ejército, el Canciller, dos Premios Nobel del Technion, el Alcalde de Jerusalem y muchos más.

Del hospital Rambam de Haifa informaron al mediodía que a tan solo dos horas de haber comenzado la vacunación en sus instalaciones, ya se habían vacunado 800 miembros de los equipos médico

De las mutuales médicas en todo el país informaban cuántos ciudadanos ya se habían anotado para recibir la vacuna desde este lunes al comienzar la parte pública de la campaña . La verdad, sentí que hablaban de mi familia, ya que mi esposo y yo ya tenemos turno para este sábado a las 14.00.

Indudablemente, las imágenes más emotivas del día-perdón, ando reiterativa con eso de las emociones-salieron del hospital Ichilov de Tel Aviv. El cantante Ivri Lider fue invitado a presentarse allí para celebrar el comienzo de la campaña, y lo que ocurrió fue hermoso. Decenas de médicos y enfermos/as, con sus ropas verdes de trabajo y cubiertos muchos de ellos con túnicas blancas, se hicieron presentes en el lugar en el que Lider cantaba y comenzaron a bailar, al son de su música y de las palmas que todos batían.

La letra, aunque habla de un “Nuevo Medio Oriente”, parecía escrita en parte para esta situación: “…El pequeño ciudadano espera al mesías de noche, espera que llegue y nos traiga luz…gente, gente, sólo juntos lograremos ser fuertes”.

Mirábamos esas imágenes, que captamos en un tuit de un periodista israelí, y pensamos lo que debían sentir los equipos médicos que durante meses atendieron enfermos en pandemia arriesgando sus propias vidas, y he aquí que llega la vacuna, motivo claro de esperanza.

La pandemia aún no ha terminado, en absoluto. Sería un craso error dejar de cuidarse ahora. Pero ha comenzado otra etapa.

Nos alegra sobremanera que esto ya se esté viviendo en Israel. Quisiéramos ver este día, muy pero muy pronto, también en Uruguay. Que así sea.

Semanariohebreojai