Tawfiq Al-Sayf (Fuente: Al-marsd.com)
En un artículo publicado antes de la fecha de Navidad, el Dr. Tawfiq Al-Sayf, escritor y estudioso saudita insta a los musulmanes a no abstenerse de desearles a sus vecinos no-musulmanes Feliz Navidad y un feliz año nuevo y renunciar a la costumbre ya establecida entre algunos musulmanes de cuestionar si el Islam les permite hacerlo. Este afirma que identificarse con la alegría y el dolor de los demás es parte de la naturaleza humana concedida por Alá y no tiene nada que ver con la religión; por lo tanto, esto no requiere de ningún reglamento religioso. Al-Sayf agrega que «unirse a la felicidad de los demás es una forma de difundir alegría y paz en el mundo» y que quienes evitan estas acciones lo hacen porque le temen a la influencia externa y por lo tanto buscan aislarse.
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo:[1]
«La última semana del año cristiano es una semana de felicidad mundial durante la cual los cristianos celebran el nacimiento de Jesús, otros celebran el Año Nuevo y todos los demás observan estas festividades y comparten la alegría de estas festividades a través del mundo. Yo soy uno de una pequeña minoría en el mundo que ha elegido específicamente esta ocasión festiva para ocuparse una vez más del viejo y antiguo debate: ¿Está permitido que los musulmanes le deseen una Feliz Navidad a los cristianos y los congratulen el resto de sus festividades?
«En la próxima semana, seguramente alguien les hará esta vieja pregunta. Este [abstenerse de felicitar a los cristianos en las festividades navideñas] es una costumbre que inventamos y luego comenzamos a repetir todos los años y más aún durante el último medio siglo, hasta que uno pudiera pensar que el único tema que ocupó a nuestros antepasados en esos días a finales de año era enfatizar repetidamente los límites que los separan de sus vecinos cristianos.
“Yo abordo este tema porque deseo instarle a mis queridos lectores a que renuncien a esta costumbre, que las luchas políticas establecieron hasta convertirlo en un deber religioso, o parecer que es así.
«Las relaciones interpersonales no son un tema religioso en lo absoluto, sino más bien una simple cuestión moral cuyo lugar en la escala de valores es bastante claro para cualquier ser humano inteligente… Todos entendemos de manera innata que Alá creó al ser humano para que se conocieran unos a otros[2] y vivan en convivencia y consideración mutua. Cuando tu vecino es diferente a ti, es mejor que lo ayudes y seas amable con él, sin importar su raza o color. Y si es tu enemigo, aléjate de él para evitar enfrentamientos con este. Esto es lo que dicta el sentido común y el cómo se comportan los seres humanos inteligentes.
«Dado que el tema es de lo más claro y obvio, no existe necesidad de crear un reglamento religioso. Si el pueblo en la calle, en lugar de los calificados estudiosos religiosos hubiese dictaminado que desearles unas felices fiestas a los cristianos estaba prohibido o es obligatorio, entonces este reglamento hubiese sido artificial e innecesario. Y si el fallo contradice el sentido común, entonces gente razonable lo hubiese condenado en nombre de Alá, quien les concedió la razón para que pudieran decidir sobre estos asuntos. Cuando yo planteé este tema en el pasado, un lector me preguntó: Si este tema está tan claro, ¿por qué existe tanto consenso entre tantos de nuestra nación [de que está prohibido desearle felices fiestas a los cristianos]? Yo le respondí para ese momento que los defensores de estas extrañas opiniones representan a la minoría en el mundo. La compasión es parte de la naturaleza humana otorgada por Alá. Como resultado, uno se ve afectado espontáneamente cuando ve la felicidad o el dolor en el rostro de otro, incluso si esa persona es un extraño. Además toda gente razonable considera el regocijarse por la desgracia ajena, alegrarse por el dolor ajeno, o manifestar dolor durante sus celebraciones, como signo de maldad y de mala moral, ya que esto es totalmente contrario a la naturaleza humana y a la generosidad del espíritu.
«Tengo la sensación de que la tendencia a condenar la participación en las ocasiones felices o tristes de otros seres humanos… es parte de una tendencia mucho más amplia, que surge de la inclinación a aislarnos por temor a ser influenciados por la mayoría no-musulmana en el mundo.
«Desearle a los cristianos una Feliz Navidad o desearle a la gente un feliz año nuevo no es un tema de ley religiosa y no tiene ninguna conexión a ningún reglamento religioso que lo permita o prohíba, porque no es un tema que requiera del dictamen de un jurisprudente. Incluso si se le preguntara a un jurisprudente sobre este tema y diera una respuesta, su respuesta no cuenta como fatua [sentencia religiosa], sino más bien como una opinión general, que no tiene validez como obligación o prohibición.
«Unirse a la felicidad de otros es una forma de difundir alegría y paz en el mundo, por lo que yo insto a todos mis queridos lectores a que extiendan sus felicitaciones navideñas a sus conocidos no-musulmanes con motivo de sus festividades y eventos festivos y que renuncien a esta costumbre, siendo esta inaceptable e incompatible con las necesidades de una naturaleza humana normal».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de diciembre, 2020.
[2] Esto es en alusión al Corán 49:13: «Oh humanidad, de hecho te hemos creado varón y hembra y hemos hecho pueblos y tribus de ustedes para que se conozcan unos a otros».
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