El tener el privilegio de celebrar Pésaj en familia es un regalo de la vida en estos tiempos de pandemia y de tanto odio. Celebrar Pesaj es un orgullo al ver a la nueva generación leer la Hagadá, entonar sus cánticos y comer tradicionales platos alusivos. Los miles de años han grabado la epopeya y seguimos rememorándola.
Pero la gran diferencia entre la vieja y la nueva generación es la imaginación de ayer y la tecnología de hoy. Los de la vieja camada revivíamos lo sucedido a través de las palabras y hasta nos sacudíamos la arena del desierto, nos compadecíamos de un Moisés condenado a morir y dejado a la protección divina su destino para salvarlo, sentíamos el fragor de la zarza ardiente y todo era una interpretación asociada a la lectura. Y ni hablar de las plagas y de cuando fueron condenados a morir los hijos de los egipcios y los nuestros salvados y los grandes cuestionamientos que nos hacíamos sobre ese elección.
Pero no hay que olvidar que el pueblo judío fue el cultor de la palabra acumulada y retransmitida por nuestros mayores. La Mishná fue una bella manera de lo que luego conocimos “Y le contarás a tus hijos”…. Todo ese mundo de continuidad invisible visible hoy cuando nos reunimos en el Séder fue desafiado por el cine, la televisión, la computadora, el celular y sobre todo al whatsapp, pero sigue vigente. Es tan fuerte el legado que al repetir “Dejad salir a mi pueblo”…ese pueblo que la Historia envidió por su inamovible fe ante las persecuciones, conversiones, inmolaciones, asesinatos y éxodos sigue vivo porque ser judío fue siempre un desafío. Porque nuestros hijos saben lo que es Israel y ser libres. Ese pueblo que vive en la Diáspora sabe que tiene su centralidad adonde llegaron los salieron de la esclavitud hacia la tierra ancestral. Ese pueblo que tiene a su otro pueblo que sabe que hay una Jerusalem terrenal y otra espiritual para protegerlo y amarlo. Ese pueblo que en una mano sostiene un libro de rezos y con la otra una nación judía entre las del mundo. Un sueño herzliano hecho realidad. Esa tierra que sólo el milagro de los creen en ellos pudo dejar la esclavitud para vivir en libertad. Que aunque parezca un cuento se abrió el Mar Rojo para dejarlos pasar como un fenómeno comandado por Dios y tan real como los wadis en el desierto que fueron ríos ahora secos que dejaron su traza,, o las plantas bíblicas que siguen creciendo, o los escritos en la piedra jerosolimitana que son mensaje pétreos de distintas civilizaciones que detentaron su poder y la de las caravanas y los Rollos de Qumram tan ocultos para ser encontrados y leídos a través de los siglos.
Todo esto parece ciencia ficción pero es real. Nos separa la velocidad de información pero no la grabación del peregrinaje de nuestros hermanos en sus cuarenta años en pos de la Tierra Prometida contada por nuestros mayores.
Qué orgullo es ser parte de una reunión familiar en Pésaj con una mesa que luce lo simbólico y repite las recetas de antaño y que con un cuadrado de matzá que al cortarlo se rompe en pedazos y sus crujidos son las almas de los que ambularon por el desierto diciendo ¡Gracias!
“Dejad de odiar a mi pueblo” sería lo que hoy un nuevo Moisés proclamaría ante las ONU y debería escribirse una nueva Hagadá con la creíble convivencia con el mundo árabe no terrorista que aprendió a regar el desierto, a saber que la tecnología y la ciencia es el futuro junto al intercambio cultural, a la apertura de sus sedes diplomáticas, que el hebreo no es un maldito idioma, que todo este milagro fue y es posible porque dejaron salir al pueblo de Israel del cautiverio de sus prejuicios.
La liberacion que encarna Pesaj, simbolizada en la salida de la esclavitud de Egipto, solo alcanzará su plenitud y proposito, cuando los hijos de Israel alcancen a su vez, el conocimiento perfecto de La Palabra, aquella misma que desde entonces fue derramada entre las naciones, para salvacion de la humanidad en su conjunto …Palabra libertadora en verdad, de ataduras internas, de entendimientos embotados, de visiones opacadas …Palabra viva y efectiva, regeneradora y trasnformadora de seres espiritualmente nuevos y libres del peso de ideas estériles y obras muertas
este milagro de fé a buen seguro acontecerá tal como viene profetizado, tal vez incluso antes de lo que nos pensamos ….por mi parte solo puedo desearlo por el bien de todos, y concluir esta parrafada con un sonoro y sentido «A M E N «