Vista desde el dormitorio de una villa en el hotel resort Six Senses Shaharut. Foto: Assaf Pinchuk/Galería de fotos de Six Senses
La cadena hotelera Six Senses de Tailandia elige siempre sitios exóticos y apartados para sus hoteles, complejos turísticos y spas de lujo. Desde Brasil hasta Vietnam.
El Six Senses Shaharut, que se inaugurará el 5 de agosto en el valla de Aravá, marcará la primera incursión de la compañía en Israel.
Shaharut es una pequeña y remota comunidad con una población de menos de 200 habitantes ubicada en una cresta en el extremo sureste de la Aravá unos 45 minutos al norte de Eilat cerca de las hermosas montañas de Edom.
No se trata de un complejo para viajeros con una agenda apretada o un presupuesto ajustado ya que para llegar al hotel desde Tel Aviv o Jerusalén hay que hacer un viaje de tres horas y media o un vuelo de cabotaje de 50 minutos desde la estación aérea Sde Dov al Aeropuerto Internacional Ramon (destino de varios mercados europeos) y luego un traslado de 45 minutos.
El costo de una estadía de una noche, de mínima, algo menos de USD 1.000 y algunos bloques de tiempo requieren un mínimo de dos o tres noches.
Para quienes puedan disfrutarlo, el Six Senses Shaharut, promete unas vacaciones sumidas en la belleza natural, alimentos, cerámicas y textiles locales, y un gran énfasis en el bienestar y las experiencias locales.
Las 60 suites y villas del complejo de 19 hectáreas más una reserva privada de tres dormitorios, son estructuras separadas parcialmente sumergidas en el suelo. Dos de las unidades son accesibles para sillas de ruedas.
El sitio entero fue construido con materiales de origen como piedra caliza y pedernal tallado para estar en armonía con el lugar a lo largo de la antigua Ruta del Incienso en el Néguev.
La arquitecta Daniela Plesner, responsable del proyecto edilicio, afirmó que fue muy importante la participación de la comunidad vecina, el kibutz Neot Smadar, proveedor de hormigón reforzado con vidrio utilizado para el proyecto, y carpinteros, soldadores, albañiles y ceramistas locales.
El mismo kibutz suministró materiales de construcción para el Waldorf Astoria Jerusalem inaugurado en 2014.
“Todas las paredes internas están hechas de tadelakt, una superficie impermeable de yeso usada en la arquitectura marroquí. Los muebles y accesorios fueron meticulosamente escogidos y conseguidos para complementar las formaciones rocosas erosionadas, y para ello se usó piedra natural, madera y cobre, inspirados en las montañas de Edom. Las puertas de entrada e interiores fueron hechas a medida con teca recuperada rescatada de barcos, casas y pasarelas en desuso”, describió Plesner.
Respecto a las comodidades, el Six Senses Shaharut contará con un restaurante principal, salón de cócteles, bar y parrilla (no kosher) junto a la piscina.
Además tendrá un spa con un hammam (baño caliente), una piscina cubierta de 18 por 25 metros, otra de entrenamiento al aire libre (seis de las suites y todas las villas también tienen piscinas privadas); gimnasio y estudio de yoga con vistas al desierto; Barra manicura y pedicura; una bodega; y el Alchemy Bar, donde los huéspedes prepararán exfoliantes a base de hierbas y mascarillas faciales.
Un centro de actividades en el desierto incorporará el Earth Lab, donde los huéspedes podrán aprender sobre las iniciativas de sustentabilidad del hotel para reducir el consumo, producir de forma local y apoyar a las comunidades y los ecosistemas.
Los que allí se alojen podrán montar camellos en el lugar, caminar por una huerta de palmeras datileras y disfrutar de las noches de “Cinema Paradiso” en un anfiteatro al aire libre. El lugar de reunión estará disponible para los huéspedes más pequeños que no quieran unirse a las aventuras de sus padres.
Al margen de sus múltiples piscinas, el Six Senses Shaharut busca ser un hotel que no derrocha y por ello tiene un asesor de uso de agua y un director de sustentabilidad en el lugar.
“A los proveedores les damos paquetes reutilizables para nuestra comida. Disponemos de nuestro propio compostador y contamos con nuestra propia planta de tratamiento de agua. El plástico no al hotel porque la idea central es volver a conectar con la naturaleza, el bienestar y lo sustentable El bienestar rodea la forma en que se duerme y se come, así como nuestras actividades creadas. En ese sentido, tenemos colchones Naturalmat hechos de fibras naturales, y la comida es saludable, de temporada y local, de cosecha propia tanto como sea posible”, explicó la portavoz Naama Ben-Dror.
Desde el momento en que un bugui eléctrico recoja a los huéspedes de la base de la colina para llevarlos a la recepción, estos oirán una banda sonora del desierto especialmente compuesta que también está disponible en cada habitación.
El hotel tendrá aforo limitado hasta la temporada alta que comienza la noche del 6 de septiembre.
En ese sentido, Ben-Dror explicó que la pandemia de COVID-19 retrasó la apertura del hotel, lo que resultó tener algunas ventajas en cuanto a tener listos todos los extras.
“Se suponía que íbamos a abrir hace un año cuando acabábamos de plantar semillas en nuestro huerto orgánico. Ahora todo está realmente listo”, afirmó la vocera.
Finalmente, Ben-Dror manifestó que Six Senses es una marca internacional con 19 resorts en todo el mundo y otros 25 en proceso, así como spas independientes principalmente en Asia. “Nos adherimos a los estándares de Six Senses y tendremos capacitadores del extranjero para facultar al personal para brindar ese nivel de servicio”, concluyó.
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