Crónica De Una Guerra Anunciada

Ismail Haniye lider politico de hamas, actualmente en Catar

Un problema de morosidad contractual, no de nacionalismo como pretende ser presentado de forma irresponsable y manipulada, implicó el desalojo de familias árabes que no pagaron su alquiler a los propietarios judíos de unos inmuebles ubicados en el sector Sheik Jarrah, en Jerusalén, derivando ello en el pretexto ideal para que tanto la Autoridad Palestina como el grupo terrorista fundamentalista islámico Hamás desencadenen una ola de violencia en la siempre volátil Ciudad Santa, más aun teniendo en cuenta la sensibilidad por la coincidencia en este año de la festividad islámica “Aíd al Fitr” con la israelí “Día de Jerusalén”.

No olvidemos que Israel, única democracia del Medio Oriente y a la vez chivo expiatorio ideal para justificar los males que adolece la sociedad árabe palestina, evacuó entre 1994 a 1997 las mayores ciudades palestinas de la margen occidental que componen al 90% de la población en la citada zona. Tampoco olvidemos que Israel evacuó, completamente, la Franja de Gaza en el año 2005, momento desde el cual no hay un solo soldado o civil israelí en el enclave de 385 km² habitado por dos millones de árabes palestinos que son gobernados por el extremismo islámico desde que Hamás desalojó por la fuerza, en el año 2007, a su rival Al-Fatah, partido del octogenario presidente palestino Mahmuod Abbas, circunstancia en la que asesinó a más de 200 funcionarios palestinos para proceder, de inmediato, al lanzamiento de, hasta hoy, más de 20 mil misiles dirigidos a blancos civiles israelíes en el lapso de estos 14 años. Israel, al amparo del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, ejerce el derecho a la legítima defensa, paso que incluye un bloqueo marítimo y terrestre junto con el vecino Egipto a fin de prevenir el contrabando de armas provenientes principalmente de Irán, el actor incendiario regional que trabaja incansablemente en su afán de hacer desaparecer al Estado Judío del mapa.

Tengamos claro también que el ya citado presidente Abbas anuló las que iban a ser las primeras elecciones legislativas y presidenciales palestinas en quince años, decisión unilateral derivada de la certeza de su inminente derrota ante su impopularidad y la del entorno corrupto que lo rodea. Hamás, grupo perjudicado por la arbitrariedad consumada, necesitados de conflictos para legitimarse, prometieron incendiar el Medio Oriente, amenaza cumplida hasta la redacción de las presentes líneas.

No olvidemos que Israel, a pesar de la hostilidad de Hamás, proporciona electricidad, agua y gas a la población palestina, servicios que no pagan, reiterando que no es con el pueblo palestino con quien se tiene el conflicto sino con su dirigencia fundamentalista de Hamás y demás grupos terroristas como la Yihad Islámica negados a aceptar la existencia de Israel. No olvidemos que Israel facilita el suministro de decenas de miles de toneladas en víveres e insumos, a la par que aprueba la transferencia de dinero en efectivo proveniente de Qatar, en teoría, todo ello, destinado para satisfacer las necesidades de la población local. Tampoco olvidemos que Israel aprueba el acceso de miles de pacientes palestinos a sus hospitales, en territorio israelí, derivado de las pésimas condiciones hospitalarias existentes en Gaza. Es importante señalar, que, entre los pacientes atendidos, figuran familiares de los líderes de los grupos radicales islámicos.

No olvidemos que Hamas destina centenas de millones de dólares en la fabricación de armas, dinero también destinado a la construcción de túneles ofensivos que buscan adentrarse en territorio israelí a fin de secuestrar ciudadanos israelíes, y de no poder hacerlo, asesinarlos con el objetivo de debilitar la moral en el frente interno rival sembrando la sensación de vulnerabilidad ante el terrorismo que promueven. No olvidemos que dicho dinero invertido en armas es en detrimento de las inversiones que no se hacen en salud, vivienda, educación y demás necesidades básicas de la población palestina.

No olvidemos lo que es una seguidilla llena de manipulaciones, en donde Hamas y demás grupos islámicos, primero disparan misiles en contra de civiles israelíes para luego esconder a sus terroristas, líderes y arsenales entre su población civil usándolos como escudos humanos, a la par que publican fotos o videos, hábilmente fraguados con niños y mujeres fallecidos o heridos, incluso, relativos a otros conflictos en otras latitudes El mundo se deja llevar por las imágenes y condena a Israel que trata, por todos los medios posibles, de evitar bajas civiles entre los escudos humanos usados por Hamás. Y por último, tengamos presente que las agencias de noticias que despachan desde Gaza tienen la orden de transcribir las noticias dictadas por los radicales islámicos, de lo contrario, afrontarán las consecuencias de la ira de los terroristas que pueden ser o expulsión de Gaza o sencillamente el asesinato de sus corresponsales.

No solo recordemos, sino que, tengamos muy presente que, una vez finalizada la incensada guerra propiciada por Hamás en contra de Israel, seguiremos conviviendo los unos al lado de los otros, por eso, no importemos a tierras lejanas conflictos propios de otras latitudes.

*Alberto Jabiles Schwartz

Lic. en Educación e Historia, Universidad Hebrea de Jerusalén