“Al Aqsa está en peligro”, es la mentira con la que se incitó ya décadas atrás y se continúa incitando contra israel, acusándolo de querer destruir la mezquita de Al-Aqsa , sagrada por cierto para los musulmanes. Es combustible seguro para la violencia a través de la demonización de los judíos.
De fondo está la convicción de los radicales, de que Israel no tiene nada que hacer en lo que los judíos llaman el Monte del Templo-y los musulmanes Haram el-Sharif- no porque hoy estén allí las mezquitas, sino porque sostienen que allí nunca estuvieron los templos Sagrados de Jerusalem.
Es que algo clave que debe tenerse presente es que el monte en el que fue construida siglos atrás la mezquita de Al Aqsa es sagrado también para los judíos, ya que allí había estado hace milenios el Templo sagrado de Salomón-destruido en el año 586 AC por los babilonios-, y luego el Segundo Templo, erigido por el Rey Herodes y destruido por los romanos en el año 70. Por eso los judíos lo llaman el Monte del Templo, en hebreo Har Habait.
Es precisamente por ese hecho histórico que los musulmanes construyeron allí sus mezquitas, seguros de que el lugar era sagado.
Pero en las últimas décadas, la distorsión de la historia es lo que se impone y de allí nacen las mentiras incitadoras.
También en las últimas semanas, especialmente de cara al mes sagrado del Ramadán, ese fue el libelo usado por los terroristas de Hamas para encender Jerusalem, Cisjordania y a los árabes israelíes, lo cual “festejó” agregando el lanzamiento de cohetes desde Gaza a Jerusalem el lunes 10 de mayo.
Pero esto no se queda en la mentira general aquí mencionada, sino que se la infla continuamente con propaganda peligrosa sobre judíos que “irrumpen” a la mezquita y que “invaden” Al Aqsa. Esta es exactamente la terminología con la que los palestinos se refieren a los grupos de judíos que visitan la explanada de las mezquitas , aunque no entran siquiera ni a Al Aqsa ni al Domo de la Roca, la famosa mezquita de cúpula dorada.
Lo que evidentemente no dicen al mundo al optar por presentar a los judíos como peligrosos profanadores de un santuario musulmán, es que los únicos que están limitados en el lugar son los judíos, no los musulmanes.
Los musulmanes pueden subir siempre al monte sagrado y entrar a las mezquitas, a cualquier hora, cualquier día, por cualquiera de los accesos. Los judíos pueden visitar –no rezar- solamente de domingo a jueves, entre las 7 y las 11 de la mañana y luego entre 13.30 y 14.30. Y tienen prohibido rezar.
Durante todos estos últimos tiempos de choques y tensión, el monte estuvo cerrado a los judíos a lo largo de 3 semanas. Cuando esta semana se retomó la rutina de visitas, nuevamente salieron los comunicados palestinos diciendo que los judíos “irrumpen” a Al Aqsa. Y en las fiestas musulmanas, el monte no está abierto a los judíos.
Es cierto que en los últimos años se han multiplicado las visitas de judíos al lugar. Es cierto que hay quienes tratan de rezar igual, aunque formalmente está prohibido. Los palestinos lo perciben como amenaza directa y lo presentan al mundo como un deseo israelí de quitarles Al Aqsa, aunque la realidad en el terreno es totalmente distinta. Los judíos no “irrumpen” sino que suben tranquilamente a recorrer la explanada de las mezquitas, porque consideran que con ello están visitando su lugar sagrado. Pero el hecho que los palestinos no reconocen el vínculo histórico del pueblo judío con el Monte del Templo , es la base del problema.
El increíble broche de oro lo agregó este martes el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas al decirle al Canciller de Jordania que lo visitó en Ramallah, que como parte del alto el fuego entre Israel y Hamas, debe pactarse que los judíos tengan vedado el acceso al monte sagrado.
No me cuento entre quienes viven ansiosos por subir al Monte del Templo, ni a recorrer ni a rezar. Puedo entender por supuesto a quienes lo hacen, motivados por la Fe. Pero sé que aquellos a los que se limita en el monte sagrado, es a los judíos. No a los musulmanes. Que ahora el Presidente Abbas pretenda imponer la prohibición a que judíos suban al monte sagrado, es una de las peores señales que podía transmitir en estos días de tensión.
¿Acaso desea fortaleecer a sus enemigos de Hamas mostrándole que sus esfuerzos incitadores han tenido éxito?
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