En menos de una semana, el uso desproporcionado de la desvergüenza (por orden de fechas) en la OMS, en el Consejo de DDHH y nuevamente en la OMS, han demostrado que el terrorismo y las dictaduras tienen apoyos muy firmes en grandes potencias y que Israel seguirá siendo objeto de ataques físicos y políticos respaldados con total desparpajo.
Cuando la pandemia sigue arrasando y la OMS envía consejos y comentarios a las decenas de países que están esperando por vacunas sin darles siquiera un atisbo serio de posibilidades para recibirlas, el organismo tiene tiempo y dinero para hacer reuniones plenarias debatiendo temas políticos bajo falsas premisas, en lugar de hacer su tarea.
El miércoles 26 de mayo, la OMS, en sesión especial, acusó a Israel de violar los derechos a la salud en los Altos del Golán. La acusación fue presentada por la Autoridad Palestina y respaldada por Cuba, Irak, Libia, Pakistán, Qatar, Arabia Saudita, Sudán, Siria, Turquía, Venezuela y Yemen. Entre abstenciones y votos en contra hubo 54 países que decidieron no hacerse cómplices. Pero las dictaduras no entienden de votaciones u opiniones diversas, así que ya de paso resolvieron volver a tratar el tema el año próximo. La Asamblea anual de la OMS tiene 34 puntos a tratar. En lugar de concentrarse en la pandemia en forma absoluta, uno de los puntos sólo está dedicado a Israel. Ningún ítem sobre Siria, Yemen, Somalia, Venezuela, que sólo ha vacunado a algunos adeptos del régimen, tiene el sistema de salud colapsado y no se sabe cuántos muertos se ha llevado el COVID.
El Director de UN Watch Hillel Neuer detalla con precisión esta agresión contra Israel: “Aunque los palestinos tienen su propio sistema de salud, y según los Acuerdos de Oslo II, es la Autoridad Palestina la responsable por vacunar a su población, Israel ha vacunado a más de 100.000 trabajadores palestinos desde marzo y ha donado miles de dosis de vacunas para médicos palestinos. Equipos médicos israelíes coordinaron con profesionales médicos palestinos para proporcionarles capacitación y asistencia. Israel transfirió equipos médicos y entrenó a decenas de médicos, enfermeras y otros profesionales médicos de Gaza, antes de la suspensión de la coordinación con Israel que la Autoridad Palestina decidió en mayo del 2020, lo cual aumentó la presión sobre su sistema de salud durante la pandemia”.
Aunque gran cantidad de palestinos (incluyendo la sobrina de uno de los cabecillas de Hamas Ismail Haniyeh, y esto sucedió durante el ataque de Hamas a Israel) se atienden en hospitales israelíes, aunque médicos y enfermeros palestinos se capacitan y especializan en Israel, la OMS se deja secuestrar sin resistencia e inventa una realidad paralela porque la política de las dictaduras se lleva puesta a su Asamblea. Y para no variar mucho, tuvieron el voto cómplice de democracias como Francia. La historia, en este caso, parece destinada a repetirse.
Un día después, 27 de mayo, tal como lo señalamos en nuestra columna anterior, el Consejo de DDHH en una resolución obscena votó la creación de una comisión investigadora sobre presuntas violaciones a los derechos humanos, pero sólo para Israel, omitiendo con previsible descaro pero no menos irritante, el ataque terrorista de Hamas y sus más de 4 mil cohetes lanzados contra la población civil israelí. La Alta Comisionada y ex Presidenta de Chile Michele Bachelet acusó a Israel de cometer “crímenes de guerra”, negándole así a Israel el derecho a defenderse de un ataque terrorista y uniéndose a varios países de América Latina como México y Argentina que, por omisión, terminaron apoyando a Hamas.
Dos días después, el 29 de mayo, la OMS alcanzó un nuevo récord de inmoralidad. Siria fue elegida para formar parte del Comité Ejecutivo de la Organización. Cito a Neuer de nuevo: ”Eligieron a un piromaníaco como jefe de bomberos”. La organización mundial humanitaria Cascos Blancos condenó la designación de Siria señalando que “se le da una recompensa al régimen de Assad por destruir hospitales, asesinar médicos, y tener a su población en la ruina”. En los últimos diez años hubo 600 ataques contra instalaciones sanitarias, y 930 médicos fueron asesinados de acuerdo a lo que informa la organización Médicos por los DDHH.
Casi simultáneamente a la tropelía que cometía la OMS, el Observatorio Sirio para los DDHH, emitió cifras escalofriantes sobre el balance de 10 años de guerra civil en Siria. El informe demuestra no sólo la nula calidad moral de la OMS, sino cómo pueden manipular las barbaries, gobiernos como los de Rusia, Turquía e Irán, que no sólo han hecho de Siria su coto de caza, sino que han logrado crear una de las mayores catástrofes humanitarias del planeta desde la segunda guerra mundial.
El Observatorio informa que en una década de guerra han muerto 500 mil personas en Siria. En total, desde el inicio del conflicto han fallecido 159.774 civiles, entre ellos 25.000 menores de 18 años. La ONG afirma que los ataques del régimen sirio liderado por al Asad y de sus milicias aliadas son responsables de la mayoría de estas muertes. Hubo 60 mil asesinados en las prisiones gubernamentales y centros de detención del régimen. Hay 13 millones de sirios desplazados. Los que aún están en Siria, no tienen hogar porque en la guerra perdieron todo.
Tras haber sumado varias victorias a partir de 2015 gracias al apoyo de Rusia e Irán, el régimen de Damasco controla casi dos tercios del territorio. Assad fue reelecto por otros siete años el pasado fin de semana en elecciones similares a las que celebran Corea del Norte o Cuba. Recibió como premio la votación de la OMS.
En la votación del Consejo de DDHH del jueves pasado, la resolución de investigar a Israel y omitir a Hamas fue aprobada por 24 de los 47 miembros. Entre votos en contra y abstenciones hubo un rechazo de los otros 23. Argentina y México votaron junto a Cuba, Venezuela y Bolivia. Brasil se abstuvo y Uruguay votó en contra. Eso hicieron los países de América Latina que integran el Consejo. Ningún país europeo la votó. ¿Cuál es el mensaje que dejan las democracias que votan junto a dictaduras?. Uno muy peligroso. Estas resoluciones al igual que las de la OMS no deciden los hechos en el terreno pero generan consecuencias. Assad se sabe impune para seguir asesinando y violando los derechos humanos de sus propios compatriotas porque la OMS le da una medalla y el Consejo de DDHH se calla. Mientras, al antisemitismo se le abren ventanas de oportunidad para seguir creciendo. Si las autoridades de un país democrático omiten un día acusar al terrorismo de Hamas, y al día siguiente en CNN dicen que Israel tiene que proporcionar su uso de la fuerza si es que Hamas fuera terrorista, los militantes del odio no se van a sentir presionados y no van a titubear en manifestarse.
Los cohetes matan, hay que condenar a quien los lanza. Las palabras incitan. Y ya sabemos cómo terminan las incitaciones. Es tiempo de certezas. O se condena a Hamas, a Assad, al terrorismo, a las dictaduras, o se los apoya. No hay error, olvido ni omisión que valga.
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