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| viernes noviembre 15, 2024

El Estado soy yo (Bibi)- El Estado somos nosotros (actual gobierno de Israel)


El PM Bennett y el PM alternativo y Canciller Yair Lapid (Foto: Twitter de Bennett-GPO)

Decidí escribir este artículo cuando al día siguiente de la asunción del nuevo gobierno en Israel, me tocó presenciar y escuchar por internet una reunión del bloque ahora opositor encabezado por Bibi, reunión en la cual la palabra más escuchada era «lehapil», lo que quiere decir «hacer caer»(al nuevo gobierno). Democráticamente. Pero hacerlo caer.

Oposición constructiva que le dicen…

 

Una nueva era ha comenzado en Israel. La era post-Bibi.

Aunque en política nada es definitivo…

Con todas las limitaciones que pueda tener un judío de la diáspora, me limito a opinar como muchos otros -con legítimo derecho- también lo hacen.

Y lo primero que quiero expresar es que no comprendo…

No comprendo que haya quienes se indignan porque el Primer Ministro de Israel Naftalí Benett sea el Primer Mandatario, argumentando que el partido el cual encabeza recibió solamente seis mandatos o bancas.

Quienes se indignan por esto último (amparado totalmente por la democracia israelí) no se lamentan porque Bibi ha estado 12 años consecutivos (también amparado por la democracia israelí) en el poder.

Quienes se indignan por los «tejes y manejes» que llevaron a la formación de la actual coalición gobernante, nunca se indignaron por las manipulaciones que hizo Bibi en todos estos años…

No comprendo a quienes se indignan porque esta coalición se formó para derrocar a Bibi.

Todos nosotros conocemos casos en los cuales se forman coaliciones heterogéneas, con el objetivo de que determinados gobernantes o partidos políticos no sigan en el poder y lo vemos como algo natural.

¿Cuál es la diferencia con este caso?

No comprendo a quienes se indignan diciendo que el Likud, partido mayoritario, debía ser quien forme gobierno. Cuantas veces, y lo sabemos muy bien, un partido mayoritario en votos no forma gobierno (por ballotage o por otros motivos) y no solo que no nos lamentamos, sino que lo aprobamos.

 

Bibi, en quien en lo personal no solo veo sombras en estos doce años sino también luces y demostrada capacidad de estadista, en mi opinión no daba para más.

Y no me refiero a acusaciones en su contra que, hasta que no se prueben…

Pero no daba para más porque casi que desfiguró el concepto de democracia; porque dividió el país entre «los que están conmigo y lo que están contra mi»; porque utilizó la palabra «izquierda» como una mala palabra; porque todos quienes no estaban con él eran «izquierda» (incluyendo…el actual gobierno de Israel!!!) porque tuvo como aliados a elementos semi kahanistas; porque tuvo en su gobierno como Ministro del Interior a un corrupto, Arie Deri, quien ya había tenido que afrontar una condena.

Por su alianza con jaredim: un estado dentro del estado…

Ojalá que la alianza fuese con religiosos sionistas del tipo Yosef Burg del Mizraji de antes, pero no…

Parecería que cuando se trata de coalición con jaredim, poco importa que sean anti sionistas o no sionistas… (por cierto: no solo Bibi ha hecho coalición con jaredim)

De Bibi sus partidarios se referían a él como «Melej Israel», rey de Israel.

Considero que esos conceptos no son precisamente los más indicados, por lo menos en lo que a un gobierno democrático se refiere.

 

Hay un nuevo gobierno en Israel.

Celebro que sea una coalición plural en la cual la mayoría de los sectores se encuentran representados.

Celebro que haya alternancia o rotación entre un Primer Ministro religioso y uno laico.

Celebro que haya nueve mujeres como ministras de gobierno.

Celebro que haya derecha, izquierda y centro.

Y que la diversidad sea respetada.

Y también es importante que haya un partido árabe, Raam ¿por qué no?

Es cierto: Seguramente «no son sionistas».

Y los jaredim ¿lo son? …

Pero, además: ¿Acaso Bibi no intentó negociar con Raam cuando todavía se estaba en «tejes y manejes» para formar una nueva coalición de gobierno?

 

Al actual gobierno de Israel le esperan desafíos muy complejos.

Desde afuera y lamentablemente desde adentro también.

Que la oposición sea constructiva. ¿Lo será?

Le deseo la mejor de las suertes al nuevo gobierno de Israel.  Abrámosle una cuota de crédito.

No prejuzguemos ya desde el vamos.

Que el sinat jinam (odio gratuito entre hermanos) no nos haga daño…una vez más…

Un buen gobierno para Israel es bueno para todos…

 
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