El mundo esperaba que las diferencias entre nosotros nos definieran. Uno de nosotros es judío y el otro es musulmán. Uno de nosotros es israelí y el otro es árabe. Estas cualidades nos han moldeado como seres humanos, pero más que eso, nos han llevado a hacernos una pregunta que surge una y otra vez. ¿El pasado determina el futuro o dominamos nuestro propio destino?
En la semana en que tuvo lugar la primera visita oficial de un ministro israelí a Emiratos Árabes Unidos, durante la cual inauguramos la embajada y el consulado de Israel en Emiratos, esta es una oportunidad para hacer la pregunta nuevamente y responderla.
Nuestro enfoque es actuar ante todo por un diálogo abierto entre los dos pueblos, pero tendremos que vencer a las fuerzas que intentarán socavarnos
Cuando Emiratos Árabes Unidos e Israel firmaron los históricos Acuerdos de Abraham en 2020, decidieron tomar un camino diferente. Establecer relaciones diplomáticas es un esfuerzo conjunto de los dos países para definir una nueva cosmovisión que afectará a toda la región, centrada en la búsqueda de la paz, la estabilidad, la seguridad, la prosperidad y la convivencia entre nuestros dos pueblos. Nuestra determinación de implementar los acuerdos surge del reconocimiento de que tenemos muchos objetivos comunes, el más destacado de los cuales es nuestro compromiso de crear un futuro mejor para las generaciones futuras. Si tenemos la oportunidad de construir un mundo de paz para ellos, no debemos dejarla pasar.
No hay dudas de que nos enfrentamos a grandes desafíos. La paz que han elegido nuestros países se da en un contexto de estallidos de violencia y extremismo en una zona caracterizada por dinámicas diplomáticas complejas e intereses económicos de peso. Nuestro enfoque es actuar ante todo por un diálogo abierto entre los dos pueblos, pero tendremos que vencer a las fuerzas que intentarán socavarnos. Y, sin embargo, creemos de todo corazón en el poder de las decisiones valientes que anteponen el bienestar de nuestros ciudadanos y esperamos seguir animando a más países de la región a elegir el camino que conduce a la paz.
Los beneficios de establecer una paz estable son evidentes para todos. El establecimiento de las relaciones entre Emiratos Árabes Unidos e Israel ha llevado a una gran prosperidad: crecimiento económico, intercambios culturales y cooperación política entre los países. Somos testigos de delegaciones empresariales que han examinado oportunidades prometedoras para la inversión y el comercio en una variedad de industrias: salud, aviación, agricultura, educación, energía, tecnología, turismo y más. Estamos siendo testigos de la estrecha cooperación entre nosotros en la investigación y el desarrollo de vacunas contra el coronavirus. Israel y Emiratos Árabes Unidos están liderando la lucha contra la pandemia y sus tasas de inmunización se encuentran entre las más altas del mundo. Ambos países ahora están comprometidos a compartir conocimientos y experiencia con otras naciones para contribuir al esfuerzo internacional para derrotar al COVID-19.
En estos días, dos de las culturas más avanzadas y dinámicas del mundo han comenzado a construir juntas un poderoso motor de progreso y nuevas oportunidades, no solo para Emiratos Árabes Unidos e Israel, sino para el beneficio de toda la región
Además, nuestros dos países se alegran de compartir sus recursos en áreas como transformación digital, ciudades inteligentes, inteligencia cibernética e inteligencia artificial. El crecimiento de estas industrias beneficiará enormemente a los jóvenes, promoverá el bienestar de los ciudadanos, aumentará la competencia en el mercado y preparará a nuestros países para el futuro.
Como parte de los acuerdos, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos e Israel han anunciado el establecimiento del Fondo Abraham, a través del cual los tres países podrán movilizar más de 3 mil millones de dólares para invertir en el mercado privado y desarrollar iniciativas que promoverán la economía regional, la cooperación y la prosperidad en el Medio Oriente y más allá. Un precedente para los residentes de la región.
En estos días, dos de las culturas más avanzadas y dinámicas del mundo han comenzado a construir juntas un poderoso motor de progreso y nuevas oportunidades, no solo para Emiratos Árabes Unidos e Israel, sino para el beneficio de toda la región. Compartimos esta visión y es de suma importancia. Los ciudadanos emiratíes e israelíes quieren vivir en un mundo de paz. Para cumplir esta visión debemos trabajar duro, crear oportunidades para construir puentes y alentar a otros a unirse a nosotros. Este esfuerzo sólo puede promoverse mediante la cooperación multilateral entre países que comparten nuestro compromiso de invertir en cooperación y no en conflictos.
Si bien los Acuerdos de Abraham, son los primeros de su tipo en la región, creemos que allanan el camino para nuevos tratados, para un futuro donde las diferencias no sean un obstáculo en el camino del diálogo. A medida que la acción gana impulso, se nos recuerda que a veces las decisiones más cruciales son las que nos parecen difíciles, y quizás incluso imposibles.
Ambos queremos vivir en un mundo donde la paz sea posible. Debemos trabajar duro y juntos, con nuestros ciudadanos y entre nosotros. Con el fin de alcanzar soluciones sostenibles a largo plazo a los problemas de nuestra región, continuaremos liderando la visión de la paz en todos nuestros esfuerzos por construir un mundo mejor para nuestros hijos. La paz no es un acuerdo que se firma. La paz es una forma de vida. Las ceremonias que celebramos esta semana no son el final del camino, son solo el comienzo.
Elegimos un camino diferente, el de la paz.
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