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| domingo diciembre 22, 2024

El ataque desde Líbano y el dilema israelí

Es la cuarta vez en cuatro meses que organizaciones palestinas disparan misiles desde el sur libanés. Israel respondió, pero debe evitar que la opinión pública mundial deje de observar lo que ocurre con los ataques navales de Irán.


El lanzamiento de tres cohetes desde el Líbano hacia Israel de este miércoles fue el cuarto ataque de este tipo en los últimos cuatro meses. Los responsables, miembros de pequeñas organizaciones terroristas palestinas, viven en campos de refugiados cercanos a las ciudades costeras de Tiro y Sidon.
Estos campos albergan a muchos militantes palestinos de diversas organizaciones, y tanto el movimiento Hezbollah como el ejército libanés se muestran reacios a entrar allí para poner orden y evitar estos incidentes. En teoría el ejército y Hezbollah controlan la región, pero la crisis política y económica en Líbano debilitó el poder de ambos, a tal punto que en el ejército se acusa la falta del pago de salarios a los soldados y la escasez de alimentos en las bases.
El extremismo palestino se está aprovechando de esa situación. Se estima que los disparos fueron motivados por la audiencia de la Corte Suprema por las disputas legales de terrenos entre judíos y musulmanes en el barrio Sheikh Jarrah de Jerusalem, un sitio de relevancia religiosa debido a su proximidad al Monte del Templo.
Más allá del motivo de los disparos, es posible que Hezbollah haya mirado para otro lado en el contexto del primer aniversario de la explosión de amoníaco en el puerto de Beirut, que mató a cientos de personas y destruyó barrios enteros de la capital libanesa. La tragedia despertó críticas hacia Hezbollah como responsable de la negligencia que provocó la explosión. A su vez, detractores del grupo terrorista acusan a Hezbollah de retrasar la investigación de la tragedia, y los disparos de misiles son una oportunidad para que la opinión pública libanesa desvíe su atención en esta fecha sensible.
Pero el motivo detrás del disparo de los palestinos no es realmente importante. En el Líbano hay representantes de Hamás y Fatah, y todos tienen algún grado de interés en demostrar actividad. Lo que debería preocupar a Israel es que los problemas de gobernanza en Líbano permite que extremistas palestinos ataquen a Israel sin obstáculos. Esto viene ocurriendo con una frecuencia que no se veía desde hace más de diez años.
En teoría el ejército y Hezbollah controlan la región, pero la crisis política y económica en Líbano debilitó el poder de ambos, a tal punto que en el ejército se acusa la falta del pago de salarios a los soldados y la escasez de alimentos en las bases. El extremismo palestino se está aprovechando de esa situación.
Los lanzamientos de misiles palestinos desde Líbano le presentan a Jerusalem un dilema difícil. Por un lado, las FDI y el sistema de defensa quieren cumplir su palabra y garantizar una respuesta poderosa que disuada, tanto a los tiradores como a quienes controlan la zona. Pero los bombardeos dentro de campos de refugiados podría llevar a situaciones no deseadas. Los campos de refugiados palestinos están abarrotados de gente y un ataque allí podría dañar a muchos civiles no involucrados.
Además, atacar las profundidades del territorio libanés también podría derivar en una escalada con Hezbollah, movimiento autoproclamado como defensor del Líbano, especialmente del sur. El fuego israelí podría ser percibido por Hezbollah como una oportunidad de calentar el clima de la región. Y es factible considerar que los iraníes busquen animar a Hezbollah a iniciar una confrontación contra Israel, de manera tal que se alivie la presión sobre los iraníes en el conflicto por los ataques a barcos civiles en aguas internacionales.
La intención de Israel, justamente, es que la comunidad internacional no quite la vista de los recientes ataques terroristas de la Guardia Revolucionaria a barcos que navegaban por el mar Arábigo y el Estrecho de Ormuz. Para eso se debe evitar que los ojos del mundo se desvíen hacia el Líbano.

Ejército Líbano

El ejército libanés, debilitado para controlar los campos de refugiados palestinos.
(AP)
Por eso la respuesta al ataque de este miércoles fue mesurada, con el objetivo de que el ejército libanés y Hezbollah arresten a los palestinos responsables y evitar que se repitan estos disparos. Tanto el ejército como Hezbollah cuentan con recursos y métodos para imponerse ante las agrupaciones palestinas, especialmente cuando los escuadrones salen de los campos de refugiados. Por eso el gobierno y las FDI decidieron responder con proyectiles de artillería a los lugares desde los cuáles se dispararon los misiles: para dejar claro que Israel sabe desde dónde se realizaron los disparos y que los libaneses, si no quieren problemas en el sur, se aseguren de que terminen los ataques palestinos.
La respuesta fue proporcionada y busca disuadir, y al mismo tiempo evitar que se desvíe la atención internacional sobre Irán. Pero si los palestinos continúan atacando territorio israelí una respuesta más fuerte será inevitable. Eso forzará a Hezbollah y al ejército libanés a actuar con determinación, como ellos saben, contra los palestinos que exportan sus disputas internas hacia el territorio israelí.
 
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