Joven musulmana, imagen a través de pxfuel.com
Las mujeres árabes jóvenes deben respetar una línea muy estrecha o arriesgarse a traer “vergüenza” a su familia, lo que podría resultar en el asesinato por sus propios parientes. El “ asesinato por honor” es una plaga que continúa infectando al mundo árabe, aunque no está sancionada ni por la religión ni por el estado .
Una joven árabe siria de 18 años, Aida Hamoudi Saeedo, fue ejecutada recientemente por un pelotón de fusilamiento por negarse a casarse con su primo. Vivía con sus padres y su hermano en la región de al-Hasaka en el noreste de Siria. Aparentemente vivía bajo la protección de su familia, pero el pelotón de fusilamiento que la ejecutó estaba formado por sus propios familiares.
Muchos en el mundo musulmán todavía se casan con primos, y en la niñez se les dice que esto es lo que sucederá cuando alcancen la edad para contraer matrimonio. Aida tenía otros planes. Ella desobedeció la orden de sus padres y se escapó con otro joven de quien estaba enamorada. Cuando sus padres, familia y amigos finalmente la encontraron, se vio obligada a pagar el precio máximo por haber «profanado» el «honor» de la familia.
Prácticamente todos los llamados «asesinatos por honor» implican el asesinato de mujeres. En la sociedad árabe, se dice que cualquier comportamiento de las mujeres que no se ajuste a los valores de la sociedad avergüenza a sus familias. En gran parte del mundo árabe, incluso las mujeres que son víctimas de violación a veces son asesinadas por familiares con el argumento de que su estado físico comprometido deja una mancha negra en su familia. El resultado es que muchas mujeres árabes que son violadas nunca denuncian el crimen por temor a las consecuencias mortales. Por lo tanto, son objetivos vulnerables y, a veces, incluso los miembros de la familia las victimizan.
Cuando capturaron a Aida, la encerraron en una habitación, le negaron comida y agua y la golpearon brutalmente. Su “ofensa” contra el honor familiar era doble: se había escapado con un hombre sin el consentimiento de sus padres y se había negado a un matrimonio concertado con un pariente cercano. A los ojos de su familia, esto causó graves daños tanto a la unidad familiar como al clan en general, y nada es más importante en la sociedad árabe que la familia y el clan. La solución de la familia fue la siguiente: el padre de Aida, los hermanos y el primo con el que se suponía que se iba a casar la pusieron contra una pared y le dispararon, al estilo de un pelotón de fusilamiento. Para asegurarse que el mensaje fuera recibido por una audiencia más amplia, la familia tomó la inusual medida de publicar un video de la espantosa ejecución de Aida en las redes sociales. Su voz se puede escuchar en los segundos antes de morir, gritando: «¡Madre, por favor sálvame!»
Por horrible que sea el asesinato de Aida, los «asesinatos por honor» como este ocurren en todo el mundo árabe. Nada puede cambiar miles de años de tradición, ignorancia y pensamiento tribal primitivo. El asesinato está prohibido por la ley siria y es contrario a la ley sharia: no hay instrucciones en el Islam para matar a una mujer joven porque se niega a casarse con un primo o porque huye con su amado. El problema no es ni el estado ni la religión. El problema es la sociedad, que está profundamente enferma.
Sólo en las sociedades islámicas tiene lugar el «asesinato por honor». En muchos países árabes, incluidos Egipto, Jordania y los Estados del Golfo, el sistema legal perdona a los perpetradores de violencia contra las mujeres. Si un esposo asesina a su esposa y a su amante, por ejemplo, es probable que reciba una sentencia leve y, a veces, sea liberado sin tiempo en la cárcel.
En Israel, hay decenas de casos cada año de «asesinatos por honor» cometidos para borrar una presunta «profanación» de la familia. La mayoría, pero no todos, ocurren en el sector musulmán beduino, y la mayoría de las víctimas son mujeres. Cuando una mujer beduina tiene relaciones sexuales con un hombre antes del matrimonio, se considera un acto de vergüenza que daña la dignidad de la familia. Las mujeres beduinas divorciadas, o las jóvenes beduinas que se casan con judíos, deben huir de sus tribus y son perseguidas por sus familias por el resto de sus vidas. Una mujer dejó su lugar de residencia en Jerusalén Este y huyó a Eilat en busca de seguridad hasta que su exmarido la encontró y la asesinó.
En Israel, los perpetradores de «asesinatos por honor» reciben duras penas, al igual que los perpetradores convictos de cualquier asesinato, ya sean judíos o árabes. Pero esto no parece ser una disuasión adecuada. Solo la educación y las pautas de los clérigos musulmanes ayudarán a reducir este fenómeno. En ninguna religión está permitido asesinar por honor, ni siquiera en el Islam. Estas normas retorcidas provienen de mentalidades tribales primitivas que son intolerables en la sociedad moderna.
Esta es una versión editada de un artículo publicado en Israel Hayom el 15 de julio de 2021.
El Dr. Edy Cohen, investigador del Centro BESA, creció en el Líbano y sirvió durante 15 años en la comunidad de inteligencia israelí. Se especializa en las relaciones interárabes, el conflicto árabe-israelí, el terrorismo y las comunidades judías en el mundo árabe. Es el autor de El Holocausto a los ojos de Mahmoud Abbas (hebreo).
Traducido para Porisrael.org y Hatzadhasheni.com por Dori Lustron
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