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| jueves abril 25, 2024

Dramático logro de científicos israelíes en la lucha contra el cáncer

“El futuro está aquí”, afirma la científica israelí Profesora Ronit Fainaro a raíz de lo que se perfila como un gran logro en la lucha contra el cáncer


Fotos. Universidad de Tel Aviv

Lo alcanzado es absolutamente revolucionario. Y si finaliza la última etapa de experimentos en forma exitosa, se habrá abierto un camino que ahorre tiempo dramáticamente en la lucha contra el cáncer.

El equipo encabezado por la Profesora Ronit Satchi-Fainaro  en la Universidad de Tel Aviv, ha conseguido imprimir por primera vez un modelo tridimensional de glioblastoma, el tipo más mortal de cáncer de cerebro, en base a tejidos humanos que contienen todos los componentes del tumor maligno, extraídos de pacientes en el quirófano del departamento de Neurocirugía del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv (hospital Ichilov). En otras palabras, se trata de un modelo que se comporta como un tumor activo de glioblastoma, que incluye un complejo sistema de pequeños tubos que se comportan como vías sanguíneas, por los cuales pueden fluir células sanguíneas y remedios, todo lo cual simula un tumor real.

 

Este logro permitirá una prediccion rápida del mejor tratamiento posible para pacientes con el tumor, la aceleración del desarrollo de nuevos remedios y el descubrimiento de nuevos objetivos a los que se pueda aplicar distintas medicinas.

La Profesora Ronit Satchi-Fainaro(49) , catedrática de Farmacología  de la Facultad de Medicina e  investigadora en la Escuela de Neurociencia de la Universidad de Tel Aviv,  es la Directora del Centro de Investigación de la Biología del Cáncer, encabeza el Laboratorio de Investigación del Cáncer y de Nanomedicina  y de la Iniciativa de Bioimpresión en 3D para la Investigación el Cáncer.

La tecnología que ha hecho posible impresión 3D mencionada,  ha sido desarrollada por Lena Neufeld, estudiante de Doctorado, junto a varios investigadores del laboratorio de la Profesora Fainaro: Eilam Yeini, Noa Reisman, Yael Shtilerman, Dra. Dikla Ben-Shushan, Sabina Pozzi, Dra. Galia Tiram, Dra. Anat Eldar-Boock y Dra.  Shiran Farber.

Ronit con Eilam Yeini y Lena Neufeld

 

El verdadero gran sueño de la Profesora Ronit Fainaro es hallar remedios que curen distintos tipos de cáncer. La mayor cantidad posible, claro está, de los aproximadamente 300 tipos conocidos hoy, algunos de los cuales tienen muy mala prognosis. Allí estaría la gran solución. Pero mientras avanza en el exigente camino de la investigación científica que lo haga posible, sabiendo que todo lleva muchos años, en su marcha alcanza hitos revolucionarios.Y el más novedoso acaba de ser publicado por la Universidad de Tel Aviv.

 

Ya antes de autorizarse su publicación, supeditada a la aparición previa en la revista científica “Science Advances”, logramos conversar con la Profesora Fainaro, quien tal como recordábamos de una conversación anterior, combina la visión y la altura de miras, con su gran sencillez  y una enorme cordialidad.

 

Este ha sido el diálogo mantenido.

P: Ronit, felicitaciones ante todo por este gran logro que es el corolario de una larga investigación y que entiendo ya sabes podrá ser claramente utilizado como una herramienta para decidir cuál es el mejor tratamiento que debe recibir un paciente con gioblastoma, el tipo más letal de cáncer de cerebro. Eso es al menos lo que ha destacado el comunicado oficial de la Universidad de Tel Aviv.

R: Esperamos que en efecto se pueda utilizar lo que hemos logrado como herramienta para decidir qué tratamiento exacto precisa un paciente, pero no solamente con gioblastoma ya que se puede imprimir modelos para cáncer de páncreas, de mama, melanomas, distintos tipos. El gran aporte será , así lo esperamos, que dos semanas después de que el paciente haya sido operado de un determinado tumor, sacándose del mismo para analizar la patología  y otra parte para que podamos imprimir el modelo tridimensional, podamos saber qué tratamiento es el mejor para él.

P: ¿Cómo se llegará a eso?

R: Al recibir tejido del tumor que tiene el paciente, extraído durante la operación, podemos imprimir 100 “mini tumores” y poder estudiar en cada uno qué tratamientos son aplicables e inclusive intentar distintas combinaciones.

P: Experimentos que en el paciente mismo no se pueden hacer, seguro que no al mismo tiempo.

R: Por supuesto . Supongamos que tengo tres materiales o sustancias a probar para ver si funcionan en el paciente con tal o cual tumor. La primera línea siempre es lo que más comúnmente se da a todos en una situación determinada, según el tumor. Inclusive para ese tratamiento, el más común, en el paciente mismo se sabrá recién 3 ó 4 meses después de recibirlo, en una resonancia magnética, si surtió algún efecto. Y es mucho tiempo. Con nuestro modelo se podría saber en sólo dos semanas si el tratamiento puntual que se dio al paciente le puede servir. Recordemos que a cada paciente se le puede dar solamente un remedio por vez evidentemente, no hay otros grupos de control.

P: Pero ustedes, en el laboratorio, pueden probar 100 cosas al mismo tiempo, en cada modelo…

R: Exacto. Y si logramos validar esto en los enfermos mismos, y demostramos que hay una correlación directa entre lo que pasa con el enfermo y lo que nosotros vemos en el laboratorio, es importantísimo . Aclaro que sirve también si se ve que el tratamiento no funciona. O sea el tema no es sólo tener la imaginación para probar cosas distintas en los modelos que luego puedan ayudar al paciente en la vida real, sino también lograr descartar rápidamente, en dos semanas en lugar de 3,4 ó 6 meses, un tratamiento que se le dio y en la práctica no es el que le sirve. Eso hace ganar mucho tiempo.

P: Entiendo que en el proceso científico hay etapas. Ustedes han alcanzado este logro de la impresión del modelo 3D en base a tejidos del tumor de un paciente, pero entiendo que lo que podrán hacer más adelante será más de lo que pueden hacer ahora.

R: Exacto. Nosotros recibimos muchos tejidos de tumores extraídos en quirófanos, pero no sabemos a qué paciente corresponden. Son, digamos, tejidos anónimos. Por ahora es lo que se llama un experimento abierto, puedo hacer los exámenes pero sin intervenir en las decisiones.

P: ¿A qué te refieres?

R: Como en esta etapa no podemos saber de quién es cada tejido que recibimos y que sirve para imprimir un modelo, no puedo tampoco hacer ninguna recomendación. Pero cuando se pase a la próxima etapa en la que sí sabremos la identidad, podremos decir al médico si el modelo impreso con el tejido de tal o cual paciente, reaccionó bien o no al tratamiento que le recomendó. Como dijimos, lo sabremos en sólo dos semanas, sin tener que esperar meses. Se llegará a esa etapa cuando podamos terminar de validar nuestro sistema, comparando con los pacientes en vida real. Eso sería la prueba definitiva de que el modelo funciona.

Para poder recomendar qué tratamiento hacer, lo más ético es que hayamos validado nuestro sistema , o sea que hayamos podido demostrar que cada paciente reaccionó tal como lo mostró el modelo. Eso es clave, para que nos crean, muy especialmente en los casos en los que el tumor es especialmente problemático, con pocas opciones en el “arsenal”, ya que en el modelo podemos sí tener más armas, más opciones, que en el arsenal de la vida real con el paciente.

Cuando hayamos pasado esta etapa, podremos sí ayudar a decidir, recomendar qué usar.

P:¿Qué significaría ese cambio, ese pasaje a la próxima etapa?

R: Debemos ser dignos de ello mostrando que esto funciona. Es mucha responsabilidad porque es como jugar a Dios. Creamos un “monstruo” y hay que hacerse responsable.

P: ¿Cuánto tiempo crees que llevará llegar a eso?

R: Uno o dos años.

 

El entorno necesario

P: Entiendo que una de las grandes novedades de lo que han hecho es que la réplica tridimensional del tumor está insertada en un entorno, llamémoslo así, que simula el propio cerebro.

R: Así es. Células del microambiente del tumor, la sangre, elementos que sirven a la comunicación entre las céludas, que pueden frenar el tumor o no. Si lo tenemos en la dimensión común, o sea las células cancerígenas en el plato, el cuadro que resulta de ello no es fidedigno, porque faltan cosas que podemos tener sólo en 3D. Por eso si estamos investigando por ejemplo el uso de determinado remedio, puede que el 90% se tire a la basura porque no podemos probarlo en las condiciones óptimas.

P: ¿Qué es lo que ven en el modelo 3D que les permite decir “esto funciona”?

R: Vemos que se comporta como tumor en el cuerpo, por ejemplo en el ritmo de división de las células, vemos que las vías sanguíneas son funcionales, que están conectadas a un sistema de caños y a un dispositivo que pompea como al corazón  y que los remedios fluyen por el tumor y así nos permiten ver cómo reaccionará el turmor al tratamiento que se le aplique.

 

Lo más emocionante

P: Decías que el modelo puede tener también otros usos, no sólo el tema de decidir qué tratamiento aplicar.

R : Así es. Puede ser clave para el desarrollo de medicamentos. Si hoy, para desarrollar una medicina, tengo que hacer muchos intentos en animales, lo cual lleva mucho tiempo y recursos, al revisarlo en el mini modelo tridimensional, es mucho más rápido. Si una compañía está desarrollando 5 remedios y quiere saber cuál es mejor, con cuál avanzar, es mucho mejor hacerlo utilizando el modelo que trabajando un año en ratones.

Y es muy importante la impresión tridimensional ya que sabemos, por ejemplo, que células cancerígenas se comportan muy distinto en el plato de experimentos que en el cerebro mismo o en el modelo 3D. Recordemos que podremos trabajar en distintos tipos de cáncer, cada uno con su modelo especial. Melanoma, ovarios, mama, muchos tipos.

P: Estamos hablando de remedios para cáncer ¿verdad?

R: Así es. Nuestro modelo permitirá hacer descifrar la secuencia de los tumores, poder delinear todas sus característics, a fin de poder entender nuevos blancos de los remedios. Esto es lo que a mí más me emociona porque hoy hay muy pocas opciones, el arsenal no es grande.

Y es muy importante el modelo 3D porque en modelos 2D hay cosas que no se encontrarían.

 

El futuro de la lucha contra el cáncer

P: ¿Es concebible hoy que en el futuro se halle cura a todos los tipos de cáncer hoy conocidos? ¿Es sólo cuestión de tiempo?

R: No lo sé. Hoy hay unos 300 tipos distintos. Es muy desafiante. Y a veces también cambian. Los tumores son un blanco en movimiento. No creo que podamos curar todo en nuestra vida pero para muchos sí creo que en 10 años se habrá hallado solución. Hay muchas cosas que realmente hacen estallar la mente, impresionantes, como inmunoterapia, que antes no se conocían.

P: Dices “que hacen estallar la mente”, en el buen sentido del término…y me pregunto si aún estando dentro de todo esto en algún momento te alejas y te dices a ti misma “increíble lo que se puede hacer hoy ,es como estar en el futuro”.

R: Claro que sí. Yo también me asombro.  En los últimos 20 años hemos logrado secuencias de algo que antes no sabíamos que era posible. Hoy es parte de la rutina todo lo relacionado a inmunoterapia, tema que hace 2 años fue motivo del Premio Nobel , o sea el sistema por el cual se logra que el propio sistema inmunológico del paciente ataque al tumor. Es algo que hace 10 años ni sabíamos que existiría. No existía la tecnología. Antes no existía siquiera el término.  Así que no sabemos qué puede ser lo próximo.

P: Son muchas las cosas que sin tecnología de avanzada no funcionan, no existen. Pero diré algo que estimo es una noción simplista, pero me parece clave: antes de la tecnología que se logra desarrollar, es necesaria la noción comprendida por el hombre de lo que hay que hacer, la idea concebida por el ser humano…¿no?

R: Así es. La comprensión es clave y también saber cómo usar la tecnología. La tecnología nos permite por ejemplo hacer la secuencia de todos los genes, me puede estudiar 7.000 proteínas distintas y encontrar cuáles son las 100 que tienen valores altos y se manifiestan en un gioblastoma distinto de un cerebro sano, pero ¿cómo decido en qué concentrarme y qué importancia dar a cada una?

Vaya uno a saber….quizás en 10 años la computadora nos sustituye totalmente.

P : ¿Te parece?

R: Quizás…hay campos en los que los avances son impresionantes. En ciencia de datos, mucha inteligencia artificial, también en patología digital.Pero creo que aún habrá lugar para las ideas humanas, que tienen que ser las que nos lleven a plantear las preguntas correctas.

P: ¿No te asusta pensar que las computadoras nos sustituyan?

R: No. Si hacen mejor trabajo que nosotros, iremos a la playa y la computadora trabajará (risas).

Opción de vida

P: Ronit, de todo lo que haces hace años ¿cuál es tu mejor proyecto?

R: Mi familia, sin duda, con mi pareja y nuestros tres hijos.  Y el gran desafío es cada día crear el trabajo que despierta tanta curiosidad y da tanta satisfacción, aunque hay que saber lidiar con los fracasos en el camino. Esta debe ser nuestra fortaleza, hay muchas decepciones en el camino.

Todos sabemos ser profetas respecto al pasado…el futuro es otra cosa.

P: Y de las cosas que has hecho hasta ahora en el laboratorio  ¿puedes ennumerar las que dirías que son los grandes logros?

R: Yo creo que todavía no los he tenido. Hemos hecho muchas cosas interesantes pero creo que lo que determinará el logro principal será la capacidad de hacer un cambio en los pacientes que hoy no tienen respuestas.

Creo que estoy educando y preparando en mi laboratorio la nueva generación de científicos , con una combinación de médicos, ingenieros, químicos, cada uno por su camino, que terminan Doctorado, luego post-Doctoradon abren alas y marchan por su propia senda.

P: ¿Cómo llegaste tú a la ciencia?

R: Por casualidad…fui bailarina hasta que terminé el post-doctorado a los 32 años , cuando nació mi hijo mayor. Mi doctorado fue en Química, en polímeros, nanotecnología, me parecía apasionante. El post doc lo hice en Harvard, en vías sanguíneas y cuando volví a Israel en el 2006 conecté todas las disciplinas que había estudiando, recluté ente para mi laboratorio, de distintas partes-biología , medicina, arquitectura, computación, cirujanos- y logramos que lo que cada uno dice sea accesible a todos. Al principuo, cuando unos hablaban de las fuerzas mecánicas en el cuerpo, los de biología casi se desmayan, pero luego uno entiende que eso es crítico para el proceso de las células cancerígenas y así el diálogo resulta pruductivo para todos. Es lo que se llama bio convergencia.

P: ¿Israel es digno de su imagen de avanzada en investigación científica?

R: Sin duda. Pero no porque seamos más talentosos o sepamos más que otros, no.  Yo he estudiado en los mejores lugares del mundo, donde hay enormes recursos . Pero en Israel hay osadía, “jutzpá” (atrevimiento en el buen sentido de la palabra), energías que veo en mis estudiantes, que saben preguntar, que discuten, que no dicen a todo que sí. No tienen la mente cerrada. Eso es lo que distingue a Israel.

P: ¿Sientes que con tu trabajo tocas el futuro?

R: El futuro ya está aquí. Lo siento todos los días. Y aún no sabemos qué más nos espera.

 

Semanariohebreojai

 

 

 
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